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“Esta es mi verdad, y la cuento porque ya no puedo callar”, comienza la carta a la opinión pública firmada con las iniciales P. R. y escrita por una persona que relata haber convivido con el exsenador blanco Gustavo Penadés durante más de 15 años. Penadés está hoy en prisión preventiva, imputado por múltiples delitos sexuales y explotación de menores.
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Su expareja escribió que lo visita “cada semana” en la cárcel y que habla con él “diariamente”. “Conozco a Gustavo como muy pocas personas pueden llegar a conocer a alguien. Compartimos la vida: los días buenos y los malos, los proyectos, las discusiones, los logros y también las pérdidas. Lo conozco en la convivencia diaria, en lo cotidiano, en lo esencial”, señala. “Durante todos estos años, jamás presencié en él ni una sola conducta que pudiera asociarse, ni remotamente, con el acoso, el abuso o cualquier forma de violencia, ni hacia mí ni hacia nadie”, dice su expareja, un hombre de 57 años con quien Penadés mantuvo una relación entre 2008 y 2023, según pudo saber Búsqueda.
La defensa del exsenador, liderada por el abogado Homero Guerrero, evalúa citarlo como testigo en la causa judicial.
“Escuchar que se lo describe como ‘el depredador sexual más grande de la historia del país’ es, para mí, una de las formas más brutales de maltrato. Que esa frase provenga, además, de alguien con responsabilidad institucional dentro de una investigación judicial, lo vuelve aún más grave”, cuestiona en alusión a los dichos del fiscal adjunto Federico Fascioli.
“Lo escandaloso no es solo la frase: es el silencio posterior. Nadie exige una rectificación. Yo sí la exijo”. “Me duele verlo atravesar este momento. Me duele el escarnio público, la cancelación sin límites, el descrédito que arrasa con todo”, agrega.
Y señala que decidió firmar su carta solo con sus iniciales para “preservar su vida profesional” del “foco mediático” y evitar que su nombre “se convierta en objeto de especulación o prejuicio”.