Si bien todavía no está claro el impacto general del cambio de administración estadounidense, hay proyectos desplegados en Uruguay en revisión y programas que perdieron financiamiento. Estas medidas preocupan a las autoridades del gobierno actual, entrante y a algunas organizaciones que trabajan, en particular, con migrantes que llegan al país, de acuerdo con las consultas de Búsqueda.
A fines de enero, poco después de que asumió Trump, diversas organizaciones internacionales recibieron la notificación del gobierno norteamericano de que por 90 días habría una pausa en toda la ayuda exterior, excepto la vinculada a Unicef. Tampoco afectó los apoyos que reciben Israel y Egipto.
Mediante un cable dirigido a los diplomáticos estadounidenses distribuidos en todo el mundo, cuyo contenido fue divulgado por CNN el 25 de enero, el secretario de Estado, Marco Rubio, informó que las decisiones de “continuar, modificar o terminar programas será tomada” después de la revisión.
Búsqueda consultó a la Embajada de Estados Unidos en Montevideo acerca del impacto en sus tareas en Uruguay. La consejera de Prensa, Educación y Cultura, Kerri Spindler-Ranta, respondió que “para mantener coherencia con la Orden Ejecutiva del Presidente Trump sobre la Reevaluación y Realineación de la Asistencia Exterior de los Estados Unidos”, el secretario de Estado “ha pausado temporalmente toda la asistencia exterior estadounidense a nivel global que es financiada por o a través del Departamento de Estado y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés) para su revisión”.
“Siguiendo sus instrucciones, actualmente estamos revisando nuestros programas y prioridades en Uruguay y realineando nuestros recursos para seguir la nueva orientación y avanzar en nuestra misión de hacer que Estados Unidos sea más seguro, más fuerte y más próspero. Como afirmó el Secretario Rubio: ‘Esto requerirá reemplazar algunas prioridades, restar énfasis a ciertos temas y eliminar algunas prácticas’”, añadió.
Spindler-Ranta aseguró que informarán a los beneficiarios “si sus programas se ven afectados” y trabajarán con ellos “en caso de que sea necesario introducir ajustes”. Subrayó que Uruguay “sigue siendo un socio y aliado sólido” de Estados Unidos en el hemisferio.
La embajada no detalló los proyectos que podrían verse afectados.
La llegada de Trump dejó en suspenso los planes vinculados a la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP, por sus siglas en inglés), una propuesta del gobierno de Joe Biden para impulsar el intercambio con la región y que tenía a Uruguay como un socio activo.
Uno de los proyectos era la creación entre varios países de una “red de inversores ángeles”. Había un compromiso inicial de inversión superior a los US$ 1.000 millones. La red “se estableció para avanzar en los objetivos de la Alianza de las Américas de promover la competitividad económica y la integración en toda la región. Uruguay, como co-líder, está ejecutando esta iniciativa a través de su programa Uruguay Innovation Hub”, dice un documento oficial.
“Lo que se comunicó es que todo queda congelado por 90 días. Estaba el apoyo de la Casa Blanca para la red de inversores ángeles, pero no había plata. El BID estaba poniendo plata para que Endeavor Miami hiciera alguna cosa pero ahora eso está frenado a la espera de ver qué pasa”, dijo una fuente de Cancillería. En el gobierno actual aspiran a que el proyecto, aunque sea con otro nombre y características básicas, siga adelante, dado que el centro de la propuesta depende de inversiones entre privados.
APEP tenía previsto un taller y dos ciclos de capacitaciones vinculados al tema energía e hidrógeno verde, que quedaron en suspenso, al igual que una misión a Uruguay de empresas de Estados Unidos.
A nivel del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) también fue congelado un apoyo. El consultor especialista en Gestión de Riesgo de Desastres para USAID, Pedro Maldini, informó al gobierno uruguayo que “en atención al cumplimiento de las órdenes ejecutivas emitidas por la nueva administración del gobierno de Estados Unidos, el Programa Regional de Asistencia a Desastres (RDAP) ha entrado en suspensión temporal por un plazo de hasta 90 días”.
En su mensaje, al que accedió Búsqueda, Maldini agradeció la comprensión “por los inconvenientes”, advirtió que se quedará, al menos de manera momentánea, sin acceso a su correo y teléfono oficial del USAID y deseó que el proyecto pueda retomarse en un futuro.
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Asistente de Acnur conversa con un inmigrante venezolano.
Golpe a migrantes
El impacto de las medidas de Trump también llegó a Uruguay por vía indirecta. En el gobierno existe preocupación por la continuidad de algunos proyectos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, por sus siglas en inglés) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La transferencia de dinero para sustentar algunos programas que debía ingresar en enero y que servía para financiar las actividades del primer trimestre del 2025 “no ingresó”, relató una de las fuentes.
Las organizaciones están viendo qué programas congelar, cuáles pausar. Durante 90 días congelar todo lo que es ejecución presupuestal que no tiene que ver con personas. Por ejemplo, una de las contribuciones de Acnur es la instalación de oficinas de atención a inmigrantes, refugiados. "Ese tipo de gastos está en pausa”, relató uno de los informantes.
Describió que en América del Sur el peso del aporte de Estados Unidos a estas agencias es cercano al 80%.
Acnur tiene tres proyectos que surgen de acuerdos con el gobierno uruguayo: programa de reconocimiento prima facie (para venezolanos), programa de residencias por arraigo y programa de fortalecimiento de capacidades de la Comisión de Refugiados.
El programa de reconocimiento prima facie fue anunciado en mayo por el gobierno de Luis Lacalle Pou. Se trata de un plan piloto para “admitir la condición de refugiado a primera vista de los solicitantes de origen venezolano, que cumplan con determinados requisitos básicos para acceder a este estatus legal y sin la necesidad de realización de entrevista”, según un comunicado oficial.
“En este momento no se sabe bien cuál va a ser el impacto concreto, pero seguro va a haber algún impacto”, dijo la fuente. “En Uruguay es doblemente complejo porque se da en un momento de transición. El gobierno entrante se encuentra con programas y financiamiento internacional que no sabe si van a estar o no”.
En el marco de sus medidas, Trump resolvió retirar a su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que era uno de los principales aportantes.
En la representación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Uruguay no quisieron formular declaraciones sobre posibles recortes. Según expresaron desde la delegación, es algo que se maneja “a nivel gerencial”.
Sin embargo, ya hubo repercusiones. Fue cortado el contrato que la organización mantenía con Grisel Rodríguez, consultora nacional de la OPS en el tema de la resistencia a los antimicrobianos, un tema que era seguido con apoyo de varios ministerios uruguayos.
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Vista aérea del Canal de Panamá, paso estratégico en el comercio mundial.
AFP
Contrarrestar la influencia china en la región
El gobierno de Trump prometió un reenfoque de su política exterior, aunque en algunos casos no implica un giro de 180° con relación a la gestión de Joe Biden, sino una profundización de ciertas estrategias, como la disputa con China. Y si la anterior administración norteamericana aseguraba que no exigía a sus socios regionales optar por uno u otro país, eso no parece tan claro a partir de ahora.
En una columna de opinión que publicó en The Wall Street Journal, publicada el 30 de enero, el secretario de Estado dijo que las Américas es una región prioritaria para el nuevo gobierno de su país.
“A medida que nuestros socios regionales se fortalecen, pueden resistir más fácilmente a países como China, que prometen mucho pero cumplen poco”, dice la nota. “La migración masiva ha desestabilizado toda nuestra región. Los cárteles de la droga, ahora correctamente categorizados, gracias al presidente Trump, como organizaciones terroristas extranjeras, se están apoderando de nuestras comunidades, sembrando la violencia y envenenando a nuestras familias con fentanilo. Los regímenes ilegítimos de Cuba, Nicaragua y Venezuela están amplificando intencionadamente el caos. Mientras tanto, el Partido Comunista Chino utiliza su influencia diplomática y económica, como en el Canal de Panamá, para oponerse a Estados Unidos y convertir a países soberanos en Estados vasallos”.