“Una brecha ideológica está emergiendo entre hombres y mujeres jóvenes en muchos países del mundo”, escribió en enero el periodista del diario británico Financial Times John Burn-Murdoch. La conclusión del artículo se basaba en datos de la encuesta de Gallup en Estados Unidos que muestran que, tras décadas en que hombres y mujeres se dividían de forma similar entre conservadores y liberales (o progresistas en el contexto norteamericano), hoy las estadounidenses de 18 a 30 años son 30 puntos porcentuales más liberales que los varones de esa edad. También citaba estudios que evidencian una brecha política de género similar en países europeos como Alemania, Reino Unido y Polonia; asiáticos como Corea del Sur y China, y africanos como Túnez. The Economist, otro medio británico, analizó encuestas de opinión en 20 países desarrollados y llegó a la misma conclusión: los hombres de 18 a 29 años son más conservadores que las mujeres de esa generación.
Más cerca, en Argentina, el triunfo de Javier Milei se explicó en parte por el apoyo de varones jóvenes, que lo votaron 7% más que las mujeres de la misma edad, según recoge un artículo de El País que analizó la “grieta” de género entre la “generación Z” argentina. Y en México, un análisis del diario español a partir de datos del Latinobarómetro reveló que los hombres se movieron a la derecha de las mujeres en los últimos años. La brecha ideológica se observó en todos los grupos de edad, aunque aquí es menos clara entre los jóvenes y más nítida en los grupos de 25-40 años y 40-59 años.
“A nivel global lo que estamos teniendo es una bifurcación valórica entre hombres y mujeres en la generación más joven. En muchos de los países desarrollados del mundo, los estudios muestran que están emergiendo varones más conservadores y mujeres más progresistas”, sintetizó el sociólogo y director de Opinión Pública de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnabar, consultado por Búsqueda.
¿Pero qué sucede en Uruguay? La socióloga Delmira Louis explicó a Búsqueda que las mujeres en Uruguay han estado históricamente “más a la derecha” que los hombres, pero que en los últimos años se notan cambios: la evolución en las últimas décadas muestra que esa diferencia está disminuyendo y, hoy en día, casi no hay distancia. Es decir, las mujeres uruguayas se han vuelto menos conservadoras con respecto de sí mismas.
En esa misma línea, Zuasnabar indicó que estudios preliminares muestran que en Uruguay “está habiendo movimientos en la misma dirección” que se observa en otros países. “Si uno utiliza escalas de izquierda o derecha, ya sea sobre el Latinobarómetro o las encuestas regulares de Equipos Consultores, uno encuentra que, gruesamente hablando, hace 20 años entre la generación más joven había más bien hombres progresistas y mujeres conservadoras. El sentido del movimiento es el mismo que vemos en otros países: la brecha se achica. En Uruguay todavía no cruzó. Cuando tomamos solo izquierda-derecha no es que tenemos más hombres conservadores y mujeres progresistas, pero está claro que el sentido del movimiento va en la misma dirección”.
Adultos mayores viran hacia la izquierda
Según datos del Latinobarómeto analizados por Louis para Búsqueda, en la evolución del promedio de autoidentificación ideológica de los uruguayos se observa que, desde 2003, las mujeres están posicionadas levemente más hacia la derecha que los hombres. En una escala de 0 a 10 (donde 0 es izquierda y 10 es derecha), en 2003 ellas se ubicaban en promedio en 5,1 y ellos en 4,9. En un lapso de 20 años, los varones se movieron más hacia la derecha y, en 2023, se ubicaron en 5,1; mientras, el movimiento de las mujeres fue más leve (5,2).
Si se analiza la autoidentificación ideológica según edad, se observa que en la franja de 18 a 29 años las mujeres y los hombres se volcaron más hacia la derecha con el paso del tiempo. Pero, si bien la gráfica es ascendente en los dos casos, cuando había más diferencia entre los géneros eran las mujeres las que estaban más a la derecha, señaló Louis. En 2003, por ejemplo, el promedio de autoidentificación ideológica era de 4,7 en las mujeres y 4,3 en los varones. En 2013, 4,7 vs. 4,5. Pero para 2023 ambos géneros están casi parejos: ellos se colocaron en el 4,8 y ellas en el 4,9.
En términos porcentuales, también se ve la reducción de la distancia entre ambos géneros: mientras en 2003 el 50% de los hombres y el 35% de las mujeres de 18 a 29 años se identificaban de izquierda, en 2023 esa relación era de 37% a 29%. Entre quienes se identifican de derecha, las mujeres pasaron de 25% a 27%, mientras los varones tuvieron un salto más pronunciado: de 24% a 30%.
En la franja de 30 a 49 años se observa con claridad una mayor “derechización” de los varones en comparación con las mujeres: entre 2018 y 2023 ellos pasaron de 4,2 a 5,3 en la escala izquierda-derecha, dando un “salto más marcado”, explicó Louis. En el caso de ellas, la curva no es tan pronunciada; pasan de 4,7 a 5,0. Si se mira en términos porcentuales, en ese período el total de mujeres de ese rango etario que se identifican de izquierda pasó de 32% a 33%, mientras que en los varones cayó de 38% a 27%.
Y en la última franja, la de mayores de 65 años, las mujeres se vuelcan marcadamente hacia la izquierda con el paso del tiempo (de ubicarse, en promedio, en 6,4 en 2003 pasaron a 5,5 en 2023), mientras la posición de ellos es más estable (pasa de 5,7 a 5,4). Así, mientras en 2003 el 18% de las mujeres mayores de 65 se identificaban de izquierda, hoy son el 32%. Los varones eran el 20% unos 20 años atrás, y ahora son 34%.
Esto, explicó Louis, “tiene que ver con el recambio generacional”. El crecimiento de la izquierda en Uruguay “estuvo acompañado del crecimiento del Frente Amplio”; esos jóvenes que se empezaron a identificar con la izquierda entonces, ahora son adultos mayores. Y si bien los individuos tienden a volcarse más hacia la derecha en el transcurso de su vida, si se compara los que eran adultos mayores años atrás con los adultos mayores de hoy, los de ahora son más de izquierda, indicó la socióloga.
Más allá de la autoidentificación ideológica, hay otros indicadores que son indicativos de una distancia entre varones y mujeres jóvenes. Por ejemplo, en una encuesta realizada por Equipos Consultores en diciembre de 2023 para ONU Mujeres sobre la representación política de las mujeres en Uruguay, el 80% de las mujeres de 18 a 29 años dijo que cree que debería haber más legisladoras, mientras que solo el 51% de los varones de esa edad piensa eso.
El movimiento feminista y la rebeldía
Las explicaciones sobre la emergente brecha ideológica entre varones y mujeres jóvenes varían y son multicausales, aunque en general los analistas identifican al movimiento feminista y sus consecuencias como un factor clave. Mientras ellas militan por más igualdad y conquistan nuevos espacios, ellos se sienten perjudicados e interpelados. Como dice la investigadora de la Universidad de Stanford, Alice Evans, citada en un artículo de El País, la generación Z “son dos generaciones, no una”.
Además del impacto de los avances de la agenda de género, Louis señaló entre las posibles causas de una mayor “derechización” entre los jóvenes la asociación de una actitud de rebeldía —que antes se vinculaba más bien a la izquierda— a movimientos de derecha. "Lo anti-establishment hoy está más asociado a la derecha que antes, que era claramente de izquierda", explicó.
En todo caso, se trata de un cambio social que, de confirmarse a nivel global, es de “una magnitud significativa”, opinó Zuasnabar. “Porque buena parte de la capacidad de convivencia generacional tiene que ver con la cierta homogeneidad valórica, sobre todo en temas intergénero”. Históricamente, el choque de valores se da entre generaciones (jóvenes vs. adultos), y a veces podían encontrarse diferencias intrageneracionales entre personas más o menos educadas, por ejemplo. Por eso, la bifurcación “entre hombres y mujeres es un cambio efectivamente llamativo”, consideró. Y añadió: “Es un tema a atender, un signo de época que, como todo, a Uruguay, aunque de manera más atenuada, llega”.