Sin acuerdo para la fórmula tras las elecciones internas, el Partido Colorado no quiere repetir error de 2014

Esto sería ratificado en la convención partidaria del 9 de agosto de 2014. La crónica de Búsqueda recoge las sensaciones predominantes del evento. Una de ellas es el cuestionamiento al haber escogido como compañero a alguien de su propio riñón —algo que se entendió por lo contundente de su victoria— y no buscar una fórmula más representantiva de todo el partido. José Amorín Batlle, el precandidato que tuvo el 26% en esa interna, había dicho incluso que ya había que pensar en votar al nacionalista Lacalle Pou en un eventual balotaje.

Si imponer no resulta lo mejor, lograr un consenso entre los postulantes para abrochar la fórmula lo más pronto posible —lo ideal es que eso ocurra la misma noche del 30 de junio— es considerado por las partes como el camino óptimo para llegar a buen puerto. El problema es que no se ha generado aún un ámbito de negociaciones o conversaciones entre los distintos sectores con ese fin, según dijeron a Búsqueda desde el entorno de los precandidatos.

“Quizá nos podamos reunir antes para acordar un criterio. Yo estoy para arreglar rápido, sea cual sea el resultado”, señaló el postulante de Batllistas, Tabaré Viera. No todos tienen el mismo criterio. Andrés Ojeda, de Unir para Ganar, dijo que no ve “ambiente” para una conversación previa sobre este tema con nadie: “Yo lo veo en la actitud de mis compañeros. En el homenaje a Batlle y Ordóñez (el 21 de mayo en la sede partidaria) hubo discursos sobre la unidad. Pero esos discursos duraron hasta que salió la siguiente encuesta”.

Las encuestas lo ubican a Ojeda —a quien muchos rivales miran de reojo por el dinero usado en su campaña y por su “cercanía” con el presidente Luis Lacalle Pou— como el postulante mejor posicionado, con porcentajes que van del 37% al 49%.

Casi unanimidad

Ratificado el compromiso de “quien gana, gana”, para así evitar la resolución de la convención en el caso de que el vencedor no llegue al 40% de los votos con 10 de ventaja sobre el segundo, la mayor coincidencia entre los precandidatos colorados a la hora de hablar de una fórmula es que esta dependerá del veredicto de las urnas. Ninguno se desvela tampoco por una fórmula paritaria.

Con la salvedad de Ojeda, desde el entorno de los otros postulantes con posibilidades de vencer, Robert Silva, Gabriel Gurméndez y Viera, se baraja como plan A que los dos más votados conformen la propuesta colorada para octubre. Con la misma excepción, se piensa que lo ideal es que la fórmula salga esa misma noche, ya que se considera que eso es fundamental para empezar a trabajar en una buena votación del partido en octubre, algo a su vez considerado esencial para un triunfo de la coalición de gobierno.

“Hay que abrochar la fórmula lo antes posible. Hay que ver cómo se desarrolla la votación. El primer camino es conformarla con los más votados. Un segundo camino sería acordar entre todos un compañero de fórmula que esté por fuera”, dijo Silva (Crece). “Las fórmulas ideales son las de perfiles distintos, las uniformes no han resultado buenas”, agregó.

Gurméndez (Impacto) dijo que la fórmula se definirá “en función de los votos”, que debe reunir “el mayor consenso” y salir “lo más rápido posible”. De todas formas, resaltó que “el que gana es mano”. El expresidente de Antel subió a su cuenta de X una foto junto a Pedro Bordaberry, de indudable peso en la interna y que hasta ahora había buscado permanecer ajeno en la contienda, en la casa del excandidato presidencial. Desde su comando resaltaron que esta es una “señal”.

Viera dijo que lo ideal es “resolver rápidamente, de ser posible la misma noche”, la fórmula. A su criterio lo “lógico” es que el segundo más votado la complete, pero precisó que “eso es algo que no está acordado”.

“No me consta que una buena votación en octubre dependa de que se resuelva rápido la fórmula”, subrayó por su parte Ojeda, a contrapelo de sus rivales. Desde su entorno también hay reparos en que el segundo más votado acompañe al ganador, en el sentido de que quien salga segundo en la interna pueda tener un caudal de votos muy bajo o de escasa diferencia con el tercero, lo que “difícilmente” lo haga representativo. “El que vaya para vice tiene que potenciar al ganador”, resaltaron.