El 70% del endeudamiento del sector lechero tiene como acreedor al Banco República y el 30% corresponde a la banca privada. Cabe destacar que la tasa de morosidad (créditos vencidos sobre la deuda total) descendió marcadamente, del 6% en 2021 al 3% en la actualidad. Los últimos datos oficiales divulgados por el Banco Central del Uruguay (BCU) indican que los préstamos vencidos, tanto de productores como de la industria, suman unos US$ 11 millones, dijo a Agro de Búsqueda el socio de Cibils Soto Consultores y decano de UCU Business School, Marcos Soto.
Tambos e industrias
Los tambos representan el 52% del total de la deuda del sector lácteo, y se aprecia una tendencia decreciente en las deudas bancarias de esa actividad productiva.
Una parte del endeudamiento correspondiente al sector primario está asociada al Fondo Lechero (FAL III), que tomó US$ 78,8 de capital en el año 2016. Sin embargo, en 2022 el sector canceló el Fideicomiso Financiero constituido en ese FAL III, con el Fondo de Garantías para Deudas de Productores Lecheros (FOGALE), para revertir el conflicto que se generaba con productores que ya ha habían cubierto su préstamo y seguían pagando a ese fondo.
A casi ocho años de haber recibido el primer adelanto del Banco República, en noviembre de 2015, todavía hay un 39% de productores activos que siguen pagando el FAL, es decir 821 productores. Además están los productores que ya abandonaron la actividad, pero continúan con deudas al FAL.
El objetivo es que el FAL se termine de pagar en agosto de 2024, y la ley establece que las carpetas que queden sin resolverse deberán ser vendidas. Pero teniendo en cuenta la cantidad de productores que aún está pagando el fondo, es difícil pensar que se pueda cumplir con los plazos establecidos.
Al 31 de enero de 2023 había 2.177 productores lecheros activos. Se cerraron 55 empresas en los últimos 12 meses analizados, pero se estima que en febrero y marzo esa cifra se incrementó, producto de la sequía.
Para estimar el impacto de la seca en el sector primario, que se traduciría en endeudamiento futuro, la Federación Uruguaya de Grupos CREA (FUCREA) elaboró un informe en función de las proyecciones para el rubro.
Al analizar esta información, es importante puntualizar que los productores CREA parten de un endeudamiento muy bajo, ya que utilizan poco crédito. Esto responde a que se trata de productores ubicados en el tercil superior de la producción, con economías de escala que los productores promedio no tienen, y que en términos generales poseen una mejor salud financiera.
Cuando comenzó esta crisis climática FUCREA puso mucho énfasis en la importancia de solucionar los problemas financieros que se presenten sin perjudicar el sistema de producción. Se considera que en caso de afectar a la máquina de producir, es decir a la vaca, el problema se extendería por muchos años más.
Al analizar el impacto de la seca se debe tener en cuenta que los costos asociados a la alimentación crecieron notoriamente con respecto al último ejercicio. De todos modos, se destaca que los productores CREA lograron incrementar 3,3% su producción. Si bien es menor a la estimación inicial, se valora que a pesar de las circunstancias adversas la productividad no bajó.
Además, hay que considerar que en el año anterior las empresas del sector productivo vendieron leche a US$ 0,38 por litro, mientras que este año el precio fue de US$ 0,42 por litro. Si bien esa suba responde a la tasa cambiaria, tiene un impacto favorable en el producto bruto.
Medido en vacas en ordeñe, el costo total de la seca para los productores de FUCREA fue de US$ 525, pero con un incremento en la facturación de US$ 255, medido también en vaca en ordeñe. Por lo tanto, el costo neto de la seca en este ejercicio sería de US$ 270 por vaca en ordeñe.
Se destaca que en el ejercicio 2021/22 las empresas CREA tuvieron un ingreso de capital de US$ 648 por hectárea. Con la previsión de la seca, en octubre se proyectó que en el ejercicio 2022/23 el ingreso de capital será de US$ 484 por hectárea. Sin embargo, en marzo se realizó una nueva estimación, y la proyección del ingreso de estas empresas se ajustó a US$ 305 por hectárea.
En tanto, el ingreso neto de los establecimientos lecheros de FUCREA pasaría de un promedio de US$ 547 por hectárea a US$ 205 por hectárea, una baja equivalente al 63%, aunque se destaca que de todas formas seguiría siendo positivo.
Por lo tanto, al analizar los números fríos, se observa que el impacto de la seca en estas empresas será sensiblemente menor al del promedio de todos los productores lecheros que hay en Uruguay.
Se aplazarán vencimientos
Por otro lado, el Banco República, las gremiales lecheras y Conaprole trabajan en un plan que pretende aplazar los vencimientos previstos para los próximos meses, asociados a las compras de insumos que se debieron realizar para enfrentar los impactos que generó la sequía en el sector lechero.
Se prevé que muchos productores no podrán hacerle frente a esos próximos vencimientos, considerando esa situación, las autoridades del Banco República anunciarán nuevos instrumentos en los próximos días, que permitirán aplazar los pagos entre tres y cuatro años, tanto para los productores como para proveedores de insumos.

Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS
Situación de las industrias
En una entrevista publicada en la edición anterior de Agro de Búsqueda el presidente del Banco República, Salvador Ferrer, dijo que la mora del sector agroindustrial ronda el 3% y que las pequeñas industrias lácteas son las que están desnivelando en ese indicador. En tanto, ya está aprobado el decreto reglamentario para el Fondo de Reconversión de las Industrias Lácteas (FRIL), que tiene como objetivo apoyar la transformación productiva de empresas dedicadas al procesamiento primario de leche, que procesaron hasta 50 millones de litros en su último ejercicio fiscal. Industrias no pasibles de créditos podrán acceder a estos fondos, como Claldy, Calcar y Coleme, además de otras de pequeña escala.
El decreto establece el otorgamiento a las industrias de aportes para la compensación de costos por impuestos indirectos, así como la posibilidad de préstamos para proyectos de reconversión industrial tendientes a mejorar la competitividad. El FRIL se integrará con la transferencia de recursos del Fondo de Garantías de Deudas de Productores Lecheros (FGDPL), cifra que asciende a US$ 9 millones, y del aporte del Poder Ejecutivo –a través de Rentas Generales– de US$ 3 millones durante los primeros tres años de vigencia de la ley aprobada en enero de 2023.
Si bien aún resta conformar la comisión asesora que evaluará los proyectos a presentar, la propuesta fue considerada como muy positiva para las industrias lecheras más comprometidas por sus deudas. Las empresas deberán presentar un plan de negocios que dé cuenta de la reconversión industrial, un estudio de factibilidad, incluyendo indicadores de evaluación económico-financiera, la situación comercial, económica y financiera actual, la cantidad de productores remitentes, el número de empleados, declaración jurada de los litros de leche procesados en el último ejercicio y estados contables auditados de los últimos tres ejercicios.
A su vez, el decreto establece que la comisión asesora será la que evalúe los proyectos, y que tendrán preferencia para acceder a esos recursos las empresas que demuestren restricciones de acceso al crédito con el sistema financiero.
El fondo está orientado fundamentalmente a la industria quesera. Un informe del Instituto Nacional de la Leche indica que en los últimos 15 meses estas industrias trabajaron con números en rojo. Se pretende que los proyectos presentados busquen darle sostenibilidad a las empresas. Esta herramienta fue muy bien valorada por las industrias y varias ya están elaborando sus proyectos para presentarlos a la comisión que los evaluará.