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El Banco Mundial apoya la reforma educativa pero no interviene, dice su referente regional
El organismo multilateral respalda la reforma educativa en Uruguay pero no interviene, dice Jaime Saavedra, su director de Desarrollo Humano para América Latina, que descarta mercantilización o privatización del sistema
Los principales problemas de la educación uruguaya radican en que casi 40% de los niños que egresan de Primaria no logran comprender un texto simple y otro tanto no puede hacer un cálculo básico, mientras la tasa de egreso del sistema formal obligatorio ronda el 50%, con altos niveles de repetición y abandono en educación media, resume Jaime Saavedra, flamante director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del Banco Mundial (BM) desde hace un mes. Con ese diagnóstico, el economista peruano ve con buenos ojos la orientación de la transformación educativa impulsada por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).
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Saavedra sostiene que el campo de la educación suele estar “fuertemente politizado” en América Latina y considera “normal” que ante una reforma educativa “automáticamente” surjan “resistencias” políticas y sindicales. “Siempre ha habido resistencias en todos los países del continente a los procesos de reforma”, dijo a Búsqueda quien también ha sido ministro de Educación de Perú entre 2013 y 2016. Desde allí impulsó varias reformas que llevaron a mejoras considerables en el desempeño educativo de su país, reflejadas en los resultados de evaluaciones internacionales de aprendizaje como PISA, donde Perú se despegó del último lugar en el ranking que ocupó en 2012.
“Cuando te piden que hagas cosas distintas a cómo se han hecho en las últimas décadas es normal que haya resistencia”, comentó este economista, consciente de que Uruguay atraviesa un proceso de esas características.
De hecho, los sindicatos educativos rechazan la transformación en curso, entre otras razones, por considerarla “inconsulta”, “marketinera” y, especialmente, “ajustada a los lineamientos dictados por el Banco Mundial”. Los planes oficiales, aprobados por la mayoría política del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, están “inspirados” en directivas del Banco Mundial y del BID, dijo tiempo atrás a Búsqueda Julián Mazzoni, consejero del Codicen electo por los docentes.
“No puede ser que el Banco Mundial se meta a educar”, dijo Mazzoni, y advirtió que estos procesos de reforma apuntan a la autonomía y la descentralización, que explica “la pérdida de potestades de los consejos desconcentrados” en el ente y de la autonomía de la ANEP en favor de una mayor “influencia” del Ministerio de Educación y Cultura.
Sobre estos cuestionamientos, el referente del BM en educación opinó que se debería apartar la política de la discusión educativa, llevando el debate al ámbito técnico. “Deberíamos sacar a la política de la discusión educativa. El debate debe ser técnico y estar siempre focalizado en cómo mejorar el bienestar del estudiante. Absolutamente todas las decisiones que uno tome en educación tienen que responder a si estas serán o no buenas para el alumno. Yo llevaría el debate técnico, e inclusive el político, a eso: ‘¿Esto es bueno para el niño o no?’”, planteó.
Según el jerarca, el BM apoya la reforma educativa impulsada por ANEP pero niega cualquier tipo de “intervención” en su diseño y “menos dictar políticas”, “ni a Uruguay ni a ningún país”.
“Ya quisiera el Banco Mundial poder dictar políticas a nadie”, dijo Saavedra, y explicó que la estrategia de educación del organismo multilateral se centra en “garantizar que todos los niños, donde sea que se encuentren, puedan aprender”. La institución apoya las políticas oficiales “cuando entiende que están alineadas con lo que creemos que es correcto para el bienestar de la gente y en este caso porque es útil para mejorar la calidad educativa”, sostuvo. Como ejemplo, citó el apoyo a cambios en la educación uruguaya como la extensión de la jornada en las escuelas durante 30 años.
“Ahora estamos apoyando este proceso de reforma, de formación de docentes y de directores, pero es un proceso de reforma propio del gobierno. El banco simplemente apoya. Eso es lo más que podemos hacer”, insistió.
También desde ámbitos políticos y gremiales advierten sobre una eventual y paulatina “mercantilización” o privatización de la enseñanza pública mediante cambios que habilitan “una mayor injerencia de la participación público-privada” en la educación ligada a empresas que invierten en enseñanza por afanes lucrativos.
Al respecto, Saavedra despejó temores. “La reforma que yo veo en Uruguay —a menos que se me esté escapando algún elemento— apunta a mejorar la oferta pública. Se puede debatir si la competencia debe ser esta u otra, que tal materia o cual extensión horaria, pero todo gira en torno a cómo mejorar la calidad de la escuela pública”, señaló, y destacó que ese es “el gran objetivo de esta reforma”. Explicó que los actores privados pueden tener un rol importante en tecnología.
“En el caso uruguayo tienes el ejemplo más interesante del Ceibal, que es un ‘bicho raro’, porque utiliza mucha innovación privada para mejorar la calidad de la provisión pública. Ese tipo de intervenciones son bienvenidas”, indicó.
Por otro lado, dijo, en Uruguay no es tan grande la participación de la oferta educativa privada, que es incluso menor que en el resto de América Latina. En otros países esa oferta privada ya está llegando a 30% o 35%, cuando en Uruguay es de 15%. En cualquier caso, consideró que es responsabilidad del Estado regular la calidad de esa oferta.
“Es necesario un Estado fuerte para garantizar educación de calidad para todos” y “también para que el mercado funcione”, afirmó Saavedra, que como ministro intentó fortalecer el sistema público y regular el sistema privado, que en Perú es “mucho más grande” que en Uruguay.
“Aquí no veo mercantilismo ni privatización por ningún lado”, completó. El diagnóstico de Saavedra es compartido por su colega Cecilia Ortega, representante del BM para Uruguay, quien dijo a Búsqueda: “Es realmente una tragedia lo que tenemos aquí. Cuando viene gente de afuera es lo primero que le sorprende. No se siente urgencia porque con los que hablamos tenemos a nuestros hijos en colegios privados y no salen en las estadísticas”.
Saavedra visitó días atrás Uruguay para participar en la presentación del Informe Global de Tecnología en la Educación elaborado por la Unesco, que planteó una postura crítica sobre el uso de celulares en clase.