Francia necesita “más garantías” para apoyar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur

En diálogo con Búsqueda, Ramis cuestionó la versión de que Francia es el único país que se opone al acuerdo en su redacción actual. “Eso es una leyenda”, dijo la exembajadora francesa en Colombia. “El tema no está en las manos de Francia, hay otros países que tienen las mismas exigencias y es falso decir que nosotros somos el obstáculo y que nos echen la culpa. No es tema de obstaculizar, sino de mejorar el acuerdo para que cumpla con los requisitos de la protección del medioambiente”.

—El propósito de mi visita es doble. En primer lugar, participar en el lanzamiento de los encuentros capitales, que son encuentros entre el mundo científico francés de muy alto nivel y el mundo científico uruguayo. En el encuentro se discutió un tema muy interesante: ciencia y sociedad. La idea es poner la ciencia a disposición de la sociedad. Luego celebramos las consultas bilaterales. Es un encuentro entre un viceministro de Uruguay y yo, como directora para las Américas, donde se tocan todos los temas de la relación: políticos, económicos, culturales, de cooperación, de defensa y los temas multilaterales. Es como una revisión global de la relación. Y la idea no es solamente hablar, sino llegar con propuestas y salir con resultados entregables.

—¿Cuáles son esos resultados hacia adelante?

—Al final, firmamos una hoja de ruta hacia adelante que tiene objetivos para estrechar los lazos en el campo universitario, científico, económico. Es decir, que es una manera de estrechar los lazos e ir más allá conjuntamente, para evitar los problemas bilaterales, arreglar dificultades. Uruguay es un socio importante de Francia, un actor internacional con el cual compartimos valores, visión democrática y multilateralismo.

—¿Pero en esa hoja de ruta acordada hay elementos concretos de cooperación?

—Hay un proyecto de crear una escuela central. La Escuela Central es una escuela muy prestigiosa en Francia de Ingeniería, sus egresados de Central tienen carreras científicas en el mundo de la defensa, de la ciencia, de la economía. La Escuela Central quisiera crear una filial aquí en Montevideo como su representación en América del Sur. Es un proyecto que necesita apoyo mutuo, financiamiento, pero sí, es un resultado muy concreto. Otro tema que se discutió es que Francia y Uruguay expresaron su interés mutuo de negociar un convenio de no doble imposición para las empresas, para los ciudadanos. Es un deseo mutuo de negociar esta convención, una cosa muy concreta para el mundo económico, para ciudadanos que tienen empresas aquí pero que también pueden trabajar en Francia. Seguramente, una vez que se concrete, va a facilitar el trabajo de las empresas y fomentar las inversiones.

—Un tema que es de mucho interés para Uruguay es el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur. ¿Eso estuvo en las conversaciones?

—Sí, claro.

—El año pasado, después de visitar Francia y otros países de Europa, el ministro Francisco Bustillo declaró que no era optimista sobre la posibilidad de que el acuerdo entre los dos bloques sea ratificado en el corto plazo, en particular como consecuencia de la posición del gobierno de Emmanuel Macron. Días atrás, la revista Político publicó un artículo en el que un diplomático de la Unión Europea dice que Francia es el “principal obstáculo” del acuerdo. ¿Eso estuvo en el diálogo con Uruguay?

—Eso es leyenda. Eso es una leyenda. Que Francia es responsable de todo y que ningún otro país tiene dificultades con el acuerdo. La realidad es otra. En primer lugar, sí discutimos este tema, que es absolutamente prioritario para el presidente Luis Lacalle Pou. Ustedes son un país de libre comercio, necesitan exportar sus productos agrícolas, y sí se discutió el tema. Nosotros no tenemos ningún problema en discutir el tema, solo que tenemos una posición constante que expresó el presidente Macron. La posición es que el acuerdo ha sido negociado hasta el 2019 —el 2019, solo para recordar, fue el momento en el que hubo muchos incendios en la Amazonia y mucha desforestación—, y tal como fue negociado no incorpora los últimos estándares en términos de protección del medioambiente y de la lucha contra el cambio climático. Entonces, la posición constante de Francia es decir: Hay que actualizar el acuerdo con un addendum de valor vinculante para agregar la obligación de los miembros de respetar las normas del Acuerdo de París sobre el cambio climático; que también el acuerdo no pueda ser fuente de desforestación importada, es decir, que no se puede exportar a Europa productos que han resultado de la desforestación de sus bosques, y finalmente que los productos exportados respeten las normas sanitarias y fitosanitarias de la Unión Europea. No es un asunto de Estados, sino que la Comisión Europea, que es la autoridad que negocia los acuerdos comerciales en nombre de los 27, está trabajando sobre un addendum, un documento adicional al acuerdo. Nosotros no hemos visto el acuerdo, pero sabemos un poco qué va a contener. Ahora la comisión tiene que buscar un acuerdo entre los miembros de la Unión Europea y el Mercosur, pero el Mercosur también tiene que buscar un acuerdo entre sí, son cuatro países con sensibilidades diferentes. Entonces, cada grupo tiene que tener un acuerdo, y bueno, después podemos avanzar, pero por el momento la clave es el documento que prepara la Unión Europea para buscar complementar el acuerdo.

—De lo que han visto hasta ahora, ¿es de agrado del gobierno francés el documento en elaboración?

—Todavía no tenemos posición porque no hemos visto el acuerdo completo. Lo estamos revisando, pero queremos ver el documento completo. Tenemos información sobre los temas, los capítulos, pero no hemos visto el acuerdo completo. Entonces, la comisión va a ir paso a paso discutiendo con cada grupo y después supongo que va a producir un documento completo que se va a someter a los miembros, pero no estamos ahí todavía. Lo que sí cambió la perspectiva es la elección del presidente Lula en Brasil. El presidente Lula, en primer lugar, se declaró muy comprometido con el medioambiente, quiere realmente ser un actor contra el cambio climático, dijo que iba a contrarrestar la desforestación de la Amazonia. Tiene una ministra de Ambiente muy involucrada: Marina Silva, que es una autoridad moral muy fuerte. El presidente Lula dijo que iba a promover la firma de este acuerdo, pero supongo que él también tiene que conocer qué hay adentro, porque el acuerdo fue negociado cuando no era presidente. Además, querrá conocer qué hay en el instrumento adicional. Pero podemos esperar que Brasil pueda proporcionar las garantías en la lucha en defensa de la biodiversidad y el medioambiente, entonces eso crea otra perspectiva. El tema no está en las manos de Francia, hay otros países que tienen las mismas exigencias y es falso decir que nosotros somos el obstáculo y que nos echen la culpa. No es tema de obstaculizar, sino de mejorar el acuerdo para que cumpla con los requisitos de la protección del medioambiente.

—¿El gobierno de Francia es el más transparente al plantear su oposición, entonces?

—Exacto. Pero hay otros países. Por ejemplo, el Parlamento de Países Bajos adoptó una moción que exige que el gobierno neerlandés pida lo mismo: que exija normas de protección del medioambiente. Entonces, realmente se necesita un acuerdo en el interior de cada bloque y después entre los dos bloques. Es un trabajo técnico que se tiene que hacer y que necesita algunos meses. Tiene que tomar el tiempo necesario para lograr un acuerdo aceptable.

—Francia es uno de los pesos pesados de la Unión Europea, por eso se tiene en cuenta hacia dónde se inclina. Si bien se requiere el apoyo de los 27 países, no es lo mismo la oposición del Parlamento neerlandés que el peso de Francia detrás de una solución al acuerdo.

—Tenemos una opinión pública que es muy sensible a los temas de medioambiente y necesita recibir garantías, y el presidente tiene que tomar eso en cuenta. Somos ambiciosos en cuanto a los resultados, pero realmente es algo que no tenemos vergüenza de decir: necesitamos más garantías y mejoramiento de este acuerdo antes de poder concluirlo.

—Usted hablaba de reclamos medioambientales de un sector de la población sobre el acuerdo con el Mercosur. El gobierno de Macron enfrenta ahora protestas por una reforma jubilatoria que impulsa. ¿Puede jugar eso también como para que su gobierno no ponga sobre la mesa un tema que genera resistencias como es el acuerdo con el Mercosur?

—No sé. El tema del medioambiente es importante.

—Es importante, pero el acuerdo con el Mercosur no solo levanta resistencias desde ese sector, sino también del agropecuario.

—Puede haber preocupaciones a las cuales hay que responder. Es normal que los grupos interesados tengan que tener garantías, pero no sé si tendría el mismo impacto… Hay expectativa de los sectores relevantes y de los jóvenes, que no quieren que el libre comercio afecte el medioambiente.

—No son los únicos. Macron habló…

—Sí, claro, habló en la feria agrícola. Esos son los más interesados. Lo que dijo el presidente Macron es que los productos importados tienen que ser sometidos a las mismas reglas que los productos producidos en Francia, que no tiene que haber una exención o algo así. Que cumplan las mismas normas.

—¿Eso no estaba en el acuerdo original, sin la adenda que se está discutiendo?

—No, es que hacen falta cosas en este acuerdo.

—Si eso es así, ¿no negociaron mal en 2019 si el acuerdo permitía que productos con menor calidad puedan ingresar sin cumplir estándares?

—No está suficientemente tratado en el acuerdo.

—Cuando comenzó la invasión de Rusia a Ucrania, algunos actores plantearon que si el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea estaba vigente, podrían haber aprovechado para comprar productos más baratos y mitigar la distorsión que provocó la guerra en algunos precios. ¿Cree que la guerra puede empujar de algún modo el acuerdo?

—Puede ser un elemento. Hay un cambio total, una configuración política muy nueva con la guerra en Ucrania, pero también con otros cambios que ocurrieron en América Latina. Sí, puede ser un elemento de reflexión en el marco de los estudios sobre el acuerdo. No soy especialista en cuestiones agrícolas, pero supongo que eso puede tener su valor en la reflexión global sobre el acuerdo, si está bien equilibrado, pero no podría decir más porque no he profundizado sobre ese vínculo.

—Quitando de la pregunta el factor acuerdo Mercosur-Unión Europea, ¿cree que esta nueva realidad geopolítica hace que Europa deba mirar más a América Latina?

—Su pregunta tiene implícito que se mira poco. Creo que se mira más de lo que se cree, pero no todo se expone en la plaza pública. América Latina es un socio muy importante para Europa y Francia, en particular, por lazos históricos, especialmente con Uruguay. Esperemos que el presidente pueda viajar este año a América Latina. Los países latinoamericanos son socios indispensables para nosotros, no solamente desde el punto de vista político, económico, cultural. Y los necesitamos también en los temas globales, en los asuntos que se discuten en Naciones Unidas. Lo que vimos en el tema de Ucrania fue que la mayoría condenó la agresión de Rusia contra Ucrania. Tenemos realmente una proximidad política y tal vez no lo mostramos permanentemente. Tal vez la guerra en Ucrania nos ayude a concientizar que más que nunca Europa necesita a América Latina y que América Latina necesita cada vez más a Europa.

• Recuadro de la entrevista

La “diplomacia feminista” es necesaria porque la igualdad “es una lucha constante”