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La Unión Europea transmite su “disposición” a impulsar la firma del TLC con el Mercosur
El canciller Bustillo dijo que el tema está entre las prioridades del gobierno, aunque opina que “probablemente” los resultados de las negociaciones ya concluidas con los europeos “no sean todo” lo halagüeños “que muchos se imaginan”
El mensaje que recibió el gobierno uruguayo por varias vías es claro: la invasión rusa a Ucrania “despertó” a la Unión Europea. Con el estado de situación actual, según transmitieron a la Cancillería, es oportuno intentar dar el empujón final para concretar la firma del tratado de libre comercio (TLC) que el bloque europeo negocia con el Mercosur desde hace más de 20 años.
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Y si bien el canciller Francisco Bustillo informó en el Parlamento que Uruguay intentará aprovechar ese impulso mientras ostenta la presidencia del Mercosur, en el Ministerio de Relaciones Exteriores son cautelosos acerca de las posibilidades reales de firmar el tratado, dijeron a Búsqueda fuentes diplomáticas.
La reacción casi sin fisuras que ha demostrado la UE ante la guerra iniciada por los rusos y su nueva estrategia de acercamiento hacia América Latina no necesariamente se traduce en que los países que más reparos han planteado sobre el TLC, como Francia, hayan cambiado de posición, evalúan en la Cancillería.
Tampoco está claro que el actual gobierno de Argentina vaya a acompañar el texto acordado hasta el momento, ya que las negociaciones cerraron en 2019 cuando el presidente era Mauricio Macri, quien luego perdió la reelección.
“Clara voluntad política”
En una larga intervención en la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado, el miércoles 3, el ministro Bustillo detalló cuáles eran las negociaciones comerciales que Uruguay desarrolla, con el posible TLC con China como tema central.
“En las últimas semanas hemos venido recibiendo, por distintas vías, incluido el jefe negociador europeo, expresiones sobre el renovado interés de la Unión Europea en avanzar hacia una pronta concreción del acuerdo”, detalló. Bustillo dijo que a los ojos europeos “la rápida reacción” latinoamericana de condena a la invasión de Rusia a Ucrania abonó el terreno para ese “espíritu de acercamiento” hacia la región.
La UE trabaja en una nueva estrategia para acercarse a América Latina. La comisionada para Asociaciones Internacionales, Jutta Urpilianen, escribió en una columna de opinión, publicada el 27 de julio en El País de Madrid, que la coyuntura mundial hace evidente la necesidad de que las dos regiones busquen acuerdos a partir de sus “valores compartidos”.
La jerarca mencionó como un mojón importante para concretar ese acercamiento el hecho de que en el segundo semestre del 2023 España ejercerá la presidencia de la Comisión Europea. Ese hito también fue señalado durante las conversaciones que tuvo la Cancillería uruguaya con sus contrapartes europeas al discutir los pasos siguientes en la negociación del TLC, según fuentes del gobierno.
Bustillo dijo a los legisladores que la UE le informó que “tiene disposición” de concluir la “etapa final de las negociaciones” de los “pocos temas técnicos que quedan pendientes” desde hace dos años.
“Esta apertura para avanzar a nivel técnico es reforzada por una clara voluntad política de la Unión Europea de mantener encuentros a alto nivel, según lo han manifestado”, relató el ministro. Añadió que el TLC “seguirá siendo una prioridad” de la política exterior uruguaya.
Bustillo viajará en setiembre a Berlín, París y Bruselas, sede de la UE, donde prevé mantener algunas reuniones sobre el tema. El gobierno uruguayo, que cuando tuvo la presidencia del Mercosur en 2020 había anunciado que su prioridad era firmar el acuerdo durante la administración de Luis Lacalle Pou, prefiere ahora ser más cauto en cuanto a su posible concreción, según los informantes.
Uno de los puntos claves para que el acuerdo avance es la inclusión de una addenda con compromisos medioambientales.
No del todo “halagüeñas”
Mientras era cuestionado en el Parlamento por la reserva con la que el Uruguay negocia ahora con China, el canciller dijo que no es diferente de lo que sucedió cuando gobernaba el Frente Amplio.
“Las negociaciones que se llevaron adelante con la Unión Europea, con el EFTA y con varios actores internacionales no eran moneda de intercambio ni mucho menos de exhibición pública sino todo lo contrario”, dijo Bustillo, quien fue embajador durante los gobiernos frenteamplistas.
Y luego continuó su razonamiento: “¿Cuál es el estado de las negociaciones con la Unión Europea? ¿Cuáles son los beneficios y las sensibilidades? Ninguno de nosotros lo conocemos en detalle. Y me animo a decir que probablemente no sean todo lo halagüeñas que muchos se imaginan porque en toda negociación uno deja cosas por el camino y logra otras”.