La entonces vicecanciller Carolina Ache llegó y se limitó a leer un documento que tenía escrito y que minutos antes había repartido a los legisladores del sector mayoritario del Partido Colorado, Ciudadanos, al que ahora ya no pertenece.
La entonces vicecanciller Carolina Ache llegó y se limitó a leer un documento que tenía escrito y que minutos antes había repartido a los legisladores del sector mayoritario del Partido Colorado, Ciudadanos, al que ahora ya no pertenece.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl encuentro ocurrió el jueves de mañana y de antemano se sabía que los parlamentarios no tomarían allí una decisión, porque esperarían a que el ministro de Ambiente, Adrián Peña, regresara de un viaje. Cuando la reunión terminó, tanto la bancada como Ache sabían que su suerte estaba echada. Lo que restaba sería una mera formalidad.
La exvicecanciller tenía tarjeta amarilla en Ciudadanos: había cuestionado en una carta que se hizo pública a Peña por el manejo del sector político y al presidente de la Cámara de Representantes, Ope Pasquet, por sus reparos a la firma de un tratado de libre comercio con China. También había tenido cruces con otros legisladores del sector y había sido blanco de críticas por haber solicitado la Lista 10 ante la Corte Electoral, que utilizó el expresidenciable Pedro Bordaberry en 2009 y 2014.
Pero los chats entre el subsecretario del Ministerio del Interior, Guillermo Maciel, y Ache, dados a conocer el lunes 12 de diciembre por la diaria, hirieron de muerte a la entonces vicecanciller. Para integrantes de Ciudadanos, eran una prueba de que Ache se había movido torpemente y había mentido en la interpelación que hizo la oposición después de que el narcotraficante Sebastián Marset obtuviera un pasaporte uruguayo mientras estaba detenido en Emiratos Árabes Unidos.
En el Parlamento, Ache dijo que no tenía información sobre Marset. Sin embargo, el 3 de noviembre de 2021 Maciel le consultó sobre la situación del uruguayo detenido en Emiratos Árabes Unidos y le advirtió a Ache que Marset era un “narco uruguayo muy peligroso y pesado”. Le dijo además que sería “terrible” que recuperara su libertad.
Ache se reunió con el abogado de Marset, Alejandro Balbi, el 24 de noviembre, según ella, porque quería consultarle sobre cuándo salía la próxima valija diplomática a Emiratos Árabes Unidos.
El documento que leyó Ache no satisfizo a los legisladores de Ciudadanos. “Hoy entiendo que quizás mi error fue ceñirme al deber ser y la legalidad, confiando además en la certeza de que en todo caso el Ministerio del Interior tenía en su poder toda la información como para actuar, si es que ello hubiera correspondido”, escribió.
Esa defensa “no fue fuerte”, describieron participantes en la reunión. Uno de los legisladores dijo que mientras Ache centró su defensa en resaltar la “legalidad” de su actuación, lo que evaluaban en Ciudadanos no era si había actuado “conforme a derecho”, sino analizar si tuvo la “astucia” y “diligencia” de poder “ver la situación en general”, lo que exigía que fuera “más cuidadosa”.
Tras finalizar la lectura, a la vicecanciller le llovieron las críticas. El diputado Felipe Schipani le consultó a Ache si efectivamente había entregado el chat con el subsecretario Maciel, por voluntad propia. Según las fuentes, Ache respondió que durante la investigación administrativa de la Cancillería se los había ofrecido al canciller, Francisco Bustillo, pero que la entrega final respondió a una requisitoria judicial.
La diputada Nibia Reisch le dijo que había cosas que para la bancada eran difíciles de entender en todo el episodio. Primero, que reconociera que no le había informado a Bustillo sobre su chat con Maciel; segundo, que tampoco le haya advertido de esa comunicación al Senado, durante la interpelación del 22 de agosto, ni a la propia bancada de Ciudadanos, y tercero, que se haya reunido con el abogado de Marset y no asociara la advertencia de Maciel con el interés de Balbi por el destino de la valija diplomática.
El diputado por Canelones Walter Cervini también le recriminó por su intervención en el Senado. “Decilo con todas las letras: es una mentira”, criticó.
Ache prefirió no hacer declaraciones a Búsqueda.
El lunes, minutos antes de que la bancada de Ciudadanos formalizara la decisión de retirarle el respaldo político, Ache resolvió renunciar al cargo.
La reunión de los legisladores sirvió para acordar el anuncio de Nicolás Albertoni como futuro vicecanciller, cuyo nombre venía siendo manejado por el sector desde la semana pasada, cuando Ache todavía estaba en el cargo.
Pasquet aprovechó la oportunidad para argumentar que la expedición del pasaporte a Marset violó el artículo 5° del Reglamento relativo a la expedición de pasaportes comunes, títulos de identidad y de viaje en la medida que su pasaporte se emitió en Uruguay. Marset, recordó, estaba detenido en Emiratos Árabes Unidos, cuando la norma establece que “no se dará curso a ninguna solicitud de pasaporte sin la comparecencia personal del interesado”.
La renuncia evitó un momento complicado para Ciudadanos. “Nos sacó un clavo de encima”, resumió un participante en la reunión.
En el otro sector del Partido Colorado las reacciones fueron distintas. El diputado de Batllistas Conrado Rodríguez dijo en rueda de prensa que la renuncia lo tomó por sorpresa y que si bien la respetaba, no la compartía. “Nos apena particularmente”, dijo, y recalcó que no había cometido “ni ilicitud ni irregularidad administrativa”.
El accionar de Batllistas durante todo este proceso tenía bastante molesta a la bancada de Ciudadanos. Varios legisladores cuestionaron la “intensidad llamativa” con que Batllistas respaldaron a Ache, algo que evaluaron como una “intromisión” en su interna.
En Batllistas hubo molestias por la forma en que Ciudadanos procesó las diferencias con Ache. “Decidieron mantener esto en el candelero, como si Peña no pudiera comunicarse por teléfono, dejaron pasar los días y la expusieron a una situación desagradable cuando el final ya estaba escrito”, dijo un dirigente del sector, que sostuvo que el ministro quiso mostrar que “él es el líder y había que esperar su decisión”.
Si bien Peña se comunicó con Sanguinetti para informarle sobre la designación de Albertoni, la decisión sorprendió a muchos dirigentes de Batllistas, que interpretaron que Ciudadanos les robó un dirigente de sus filas y ahora lo “venden” como un “independiente”.
Varios tuits emitidos o reproducidos por la cuenta de Batllistas reflejan indirectamente esta situación. Uno de ellos recuerda, con una foto y un texto, que el ahora jerarca participó en la última agrupación de gobierno de Batllistas, el 10 de diciembre, y le desea suerte en su futura gestión. Albertoni, dijeron fuentes de Batllistas, incluso abrió una lista en las elecciones juveniles coloradas bajo el sublema Juventud Republicana, que respondía a este sector.
Fuentes cercanas a Peña aseguraron que, durante la conversación que el ministro tuvo con Sanguinetti para comunicarle la designación de Albertoni, le aclaró que no se trataba de “robar” a nadie, sino que simplemente le comunicó que era la persona “idónea” para el cargo, sin importar de qué sector fuera.