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Los lugareños lo conocen como Castillo Morató, y así quedó registrado el nombre que se une al de Estancia Buen Retiro y al más antiguo, que es el de Barreto y Morató. El predio está ubicado en el paraje Tres Árboles, en Paysandú, a 25 kilómetros del pueblo que también se llama Morató. Es una zona rural y de estancias, destinada a la ganadería y a la forestación, pero la única estancia misionera jesuítica es la del Buen Retiro. El 7 de abril del 2022 la Comisión del Patrimonio la declaró Monumento Histórico Nacional.
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“El casco de la estancia tiene más de 300 años y nuestra familia está allí desde hace 130 años. Es la única estancia misionera declarada patrimonio. Los jesuitas tenían otras, pero no eran misioneras. El castillo es la última construcción que se hizo entre 1902 y1904 y es nuestra casa de familia”, explicó Alfredo Morató a Búsqueda. Esa construcción se erigió a instancias de Francisco León Barreto, un comerciante que había comprado el predio en 1889. “Cuando se retiró tuvo un sueño y se hizo el castillo, pero no como ostentación porque era un lugar alejado. Tenía casa en Montevideo, pero en esa época había fiebre amarilla y otras enfermedades y este era un lugar saludable”, agregó Morató.
La estancia se abre al público los fines de semana y hacen visitas guiadas con previa inscripción en su página web castillomorato.com/es. Está integrada al Camino de los Jesuitas, un recorrido turístico en construcción que, según Morató, será el principal corredor misionero y turístico de América.
En 2019, UTE comenzó un trazado de tendido eléctrico que abarca una zona muy grande que pasa por Pueblo Centenario, por Salto y también por la zona rural de Paysandú y a unos 200 metros de los muros históricos de la estancia. Las torres van a tener cerca de 50 metros y para ello la empresa constructora hizo grandes perforaciones donde irán emplazadas alrededor de 20 torres. La línea de alta tensión es de unos 345 kilómetros, llevará electricidad al Brasil y evacuará la energía que viene por UPM.
Luego de la declaración de Monumento Histórico, la familia Morató se comunicó con UTE. “Llamamos para hacer una reunión, nos atendieron en la parte comercial y no tenían la menor idea del lugar, aunque es un establecimiento que está en los libros antiguos de ganadería. Nos citaron entonces a otra reunión con asesores de la presidenta de UTE. Llevé fotos y no tenían idea de lo que les mostraba. En resumen, nosotros los invitamos, igual que al Ministerio de Turismo, a la Comisión de Patrimonio y la Intendencia de Paysandú a que vinieran al lugar. Vinieron todos menos la UTE”.
La empresa constructora hizo estudios arqueológicos, pero según el abogado de la familia Morató, Daniel Ochs, el propio arqueólogo contratado por la empresa hizo un informe en el que estableció que la obra podía dañar el conjunto del paisaje. “Él reconoce que es un daño, pero que no se puede volver atrás porque tiene la óptica de la empresa constructora. Ese es el problema que tenemos, no están funcionando los organismos del Estado que tienen que proteger el patrimonio”. La empresa contratada por UTE es de origen chino.
Ahora la familia prepara una acción legal de reparación contra UTE in natura que presentarán en breve. “Cuando hay daño ambiental o paisajístico, el restablecimiento puede no ser monetario. El juez puede ordenar volver al estado anterior, en este caso retirando las torres mal implantadas en ese sitio. Esto le traerá un gran perjuicio económico a UTE porque el fallo puede demorar dos o tres años y ya estará todo el sistema de conexión eléctrica con Brasil”, explicó Ochs.
La familia también hizo gestiones ante el BID, que financia la obra, pero no puede hacerlo si altera o daña el patrimonio y el medio ambiente. Ochs señaló los pasos de esa gestión. “Hay una oficina encargada de controlar eso y nos atendió muy seriamente y a los siete u ocho días que hicimos el reclamo enviaron una delegación de cuatro personas, una de las cuales es una destacada arqueóloga brasilera. Esto fue a fines de abril de 2022. Al mes hizo un informe muy extenso y documentado donde propuso alejar por lo menos 500 metros las torres de los muros misioneros. No se hizo nada de eso y no hay ningún informe acá que refute las conclusiones de la arqueóloga brasilera. Me da pena el retiro del Estado en esta situación”.
El 20 de febrero, un capataz se dio cuenta de que se habían caído unos muros y el 24 viajaron tres técnicos de la Comisión de Patrimonio al lugar. Consultado por Búsqueda, William Rey, director general de la Comisión, dijo que discrepa con la visión de la familia Morató y de sus representantes, que fueron a dar un informe ante la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Representantes el 15 de marzo de este año. También tiene otra interpretación de las conclusiones del informe de la arqueóloga brasilera Tatiana Costa Fernandes. Según Rey, su informe no concluye que haya impedimento para la instalación de las torres de UTE.
Costa Fernandes señala en ese informe la necesidad de medidas preventivas como el “distanciamiento de la alineación de las torres en dirección este, a más de 500 metros de la estructura misionera del corral mayor”. También señala la necesidad de un estudio arqueológico sistemático de la superficie y del subsuelo y “realizar actividades de rescate arqueológico para proporcionar los estudios, excavaciones y análisis necesarios para la producción de conocimiento científico sobre el patrimonio arqueológico del área de implantación del proyecto”. Finalmente concluye que teniendo en cuenta todas las prevenciones, “no existe ningún impedimento para la construcción de la línea a través de la Estancia Buen Retiro, siempre y cuando se realicen las medidas de mitigación sugeridas”.
Diego Martino, doctor en Geología y asesor de la familia Morató, hace hincapié en el paisaje. “La declaratoria de todo el predio no se explica solamente por el castillo ni por los muros, sino también por el valor de paisaje que tiene ese predio. Es muy difícil verlo desde Montevideo, pero lo que se quiere preservar es el paisaje que está desapareciendo en gran parte de Uruguay”, comentó a Búsqueda. “Es como si se pusiera un inmenso generador eléctrico frente al Museo Zorrilla y se dijera que no pasa nada porque no daña el edificio”.
Ochs agregó que seguirán adelante con los recursos a pesar de que las obras continúan. “Capaz que hay alguien que dice: ¿y si pensamos un poco este tema?”.
