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Sebastián da Silva sobre Javier Milei: el hartazgo de lo políticamente correcto
El senador blanco dijo que en Uruguay él y Graciela Bianchi encarnan el “discurso anticasta”, mientras que Cabildo Abierto lo intentó pero “después agarró todas las mañas y vicios de la casta”
Simpatizante de Milei con el libro que publicó el economista en 2022. Foto: Luis Robayo, AFP
Javier Milei, con su melena revuelta y las patillas largas, respira profundo y mira hacia abajo antes de dar su discurso ganador en la noche del domingo 13. Ya sabe que es el gran y sorpresivo triunfador de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la República Argentina. Milei, el personaje excéntrico, el dirigente liberal de ultraderecha, acostumbrado a saltar y gritar en los actos al ritmo de Panic Show, una canción reversionada de la banda de rock La Renga que habla sobre un león, “una bestia en medio de la avenida”, que se proclama como el “rey de un mundo perdido” y advierte que toda “la casta” política es de su apetito, luce calmo mientras todo es euforia a su alrededor. “¡Oh, que se vayan todos, que no quede ni uno solo!”, ruge el auditorio en el Hotel Libertador.
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“Hemos logrado construir esta alternativa competitiva que no solo dará fin al kirchnerismo, sino que además dará fin a la casta política parasitaria chorra e inútil que hunde a este país”, comienza Milei. Y resuenan más rugidos excitados en la noche de las elecciones argentinas.
El senador blanco Sebastián da Silva observa el discurso por televisión. Le hubiera gustado estar ahí, ver el fenómeno de cerca, in situ, en Buenos Aires. Estuvo con ganas de ir, pero se las reprimió. Quiso evitar el ruido local que podía provocar su presencia en un escenario dominado por una encendida retórica en contra del sistema, en contra del aborto, de los planes sociales, del Estado, del Banco Central, al que promete “dinamitar” si llega al poder.
Da Silva, sin embargo, trata de interpretar y conectar el fenómeno desde este lado del Río de la Plata. “Hay un hartazgo con un sistema político que fundió al país más rico del mundo”, dice el senador en diálogo con Búsqueda. Y de inmediato lleva agua para su molino. “Es una reivindicación de la derecha, de lo políticamente incorrecto, del concepto de libertad”, evalúa. “La exageración de lo políticamente correcto idealiza una vida inexistente por la cual uno vive encorsetado por un leviatán estatal o de normas que te van condicionando desde la galletita que desayunás hasta si podés o no comprar un perro de raza”.
Para el senador blanco, Milei entendió el desencanto y la frustración de un sector de la población argentina con el relato cultural hegemónico de la izquierda. Esa, dice el senador, es la casta a la que apunta con furia Milei. Y ahí es donde Da Silva siente una conexión con el dirigente libertario que irrumpió en la escena política con un 30% de los votos en las internas. El senador sostiene que para confrontar esa construcción —encarnada en Uruguay “por el Frente Amplio y el movimiento sindical”— hay que “tener poco archivo, mucha espalda y no tenerle miedo a la cancelación”. “Acá ese discurso anticasta lo hacemos solamente (la senadora blanca) Graciela Bianchi y yo”, señala. Bianchi escribió en su cuenta de X (la antes llamada Twitter) tras las elecciones argentinas: “Parece que la gente se aburrió de lo políticamente correcto”.
Da Silva cree que el partido Cabildo Abierto tuvo un discurso similar en sus inicios y le fue “bien”, pero “después agarró todas las mañas y vicios de la casta”.
Según el senador, el triunfo de Milei es también “la confirmación del impacto de los mensajes cortos con ideas fuertes” o, dicho de otra manera, “una contracara de un discurso complejo, a lo (Julio María) Sanguinetti”.
Sebastian Da Silva y Graciela Bianchi durante una sesión del Senado. Foto: Mauricio Zina / adhocFOTOS
Barbas en remojo
Los dirigentes del Frente Amplio reaccionaron con cautela. Hay una tibia alarma encendida. El senador del Movimiento de Participación Popular (MPP) Daniel Caggiani consideró que “no es nada diferente a lo que ha sucedido en Brasil y Estados Unidos” con Jair Bolsonaro y Donald Trump, que fueron candidatos que se presentaron como outsiders y terminaron con “un discurso que conecta porque cuestionan algunos elementos de la política tradicional. Conectan con una parte de la sociedad que tiene disconformidad con aspectos materiales y su posibilidad de desarrollo en la vida”.
El senador frenteamplista Mario Bergara dijo que ante estos fenómenos “hay que poner las barbas en remojo”. “Todos sabemos que el sistema político argentino es de muy difícil diálogo entre ellos, pero creo que cuando esas lógicas de polarización y de grieta tan extremas llevan a que emerjan personajes con estas características, con estas visiones, creo que tanto el sistema político como la sociedad argentina tienen que poner las barbas en remojo”, señaló a Búsqueda. “Aspiro a que en el proceso electoral este mensaje que la sociedad le dio al sistema político argentino se tome y que no se replique luego en la elección nacional. Las grietas traen estas cosas. También nosotros tenemos que aprender de eso: fomentar grietas es fomentar lo peor de las sociedades. Es un espejo en el cual tenemos que evitar mirarnos”.