Stanham resaltó la oportunidad regional. “El Cono Sur, más Brasil, creció 25% en exportaciones de proteína aviar desde 2018, pero Uruguay está fuera de ese juego”, dijo. “Mientras Brasil produce 15 millones de toneladas por año, nosotros producimos 80.000 toneladas. Frente a esa asimetría, si no hay un proceso racional de apertura comercial, no tenemos ninguna chance”, enfatizó.
En ese sentido, advirtió sobre los riesgos de la apertura comercial sin estrategia. Aseguró que “la apertura indiscriminada puede llevarnos al mismo escenario de la carne porcina, donde la producción nacional perdió contra la importada”. En cambio, la carne bovina logró un equilibrio, porque lo que se exporta se reemplaza por importaciones, pero sin afectar al sector, valoró.
En avicultura, “si no se cuida ese proceso, el impacto puede ser devastador”, advirtió. Por eso insistió con que la protección “es necesaria”. “No debemos tenerle miedo”, aseguró, entendiendo que “nuestros competidores también son proteccionistas cuando les conviene”. Graficó que el acceso de la carne aviar uruguaya al mercado internacional es hoy apenas del 8%, frente al 82% de la carne bovina.
Sobre el Compromiso Nacional por la Avicultura, Stanham destacó algunos avances, como la auditoría de calidad de canal aviar, la mejora de estándares en plantas de faena y el análisis de competitividad con CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe).
Agregó que esos “son pasos importantes, pero insuficientes”. Y planteó que “necesitamos un plan integral que articule todas las medidas, desde infraestructura hasta inserción internacional”.
Stanham concluyó que Uruguay “puede y debe convertirse en un país avícola”. Remarcó que “tenemos consumo interno en alza, capacidad de duplicar la producción y la oportunidad de insertarnos en los mercados más dinámicos del mundo”. Pero aclaró que “solos no podemos”. A propósito, reclamó que “necesitamos del Estado, de la institucionalidad y de una política nacional de largo plazo, que nos dé previsibilidad y nos permita crecer”.
En el foro se discutió sobre la necesidad de fortalecer la institucionalidad, mejorar la competitividad y diseñar una estrategia clara para impulsar las exportaciones de carne aviar, consolidando al rubro como un actor clave en la producción de alimentos.
El camino recorrido
El secretario de la Presidencia destacó que Cupra, organizador del foro, se ha convertido en un interlocutor válido para el sistema político. “Eso es relevante, porque sin organización y sin confianza mutua es muy difícil organizar un sector con los desafíos que enfrenta la avicultura que, en primera instancia, busca sobrevivir, y para eso es necesario cooperar”, expresó el jerarca.
Para Sánchez, el camino recorrido por los productores ha sido clave. “Este seminario en la Torre Ejecutiva no es virtud del gobierno nacional, es virtud de ustedes. Ganar media silla en el Instituto Nacional de Carnes (INAC) fue una pelea muy importante, y un reconocimiento al esfuerzo que vienen realizando”, dijo.
Y agregó que “el gran desafío para un país pequeño, como Uruguay, es pensar en el mercado internacional como alternativa de desarrollo”. “El sector avícola no tiene techo si se lo piensa en esa clave”, sostuvo.
El secretario de la Presidencia también destacó los logros en el plano interno, como el aumento del 30% en el consumo per cápita de carne aviar, señal de que “cuando se trabaja con estabilidad, inversión y visión, el mercado responde”, expresó.
En la visión de Sánchez la avicultura debe dejar de ser vista como un rubro menor. “Este no es un sector que solo engorda pollos, es una cadena compleja, que invierte en genética, bioseguridad, infraestructura, innovación y empleo de calidad”, valoró.
Además, subrayó la importancia de crear una Dirección Avícola. “En la Ley de Presupuesto no hay un artículo para crearla, y sé que es un reclamo”, admitió. El jerarca dijo que “hay un debe en ese sentido, porque precisamos esa atención y esa institucionalidad”.
Explicó que diseñar el Presupuesto en un marco de restricciones fiscales “muchas veces genera esta cuestión, de que haya cosas estratégicas, de innovación, que muchas veces no podemos dar”, pero sostuvo que en futuras rendiciones de cuentas se piensa trabajar en ello.
Carámbula también valoró la evolución del rubro avícola en la última década. “Desde 2015 hasta hoy el sector tuvo un desarrollo impresionante, no solo en consumo, que creció, sino también en inversión tecnológica, innovación y compromiso con la trazabilidad y la transparencia”, enfatizó.
El subsecretario del MGAP destacó el impacto territorial, sobre todo en Canelones, que concentra más del 90% de la producción. “Más allá de representar el 3% del PBI (producto bruto interno) sectorial, el efecto en las localidades es enorme. Genera empleo directo e indirecto, integra a mujeres en distintas fases de la cadena y dinamiza la economía local”, subrayó.
También se refirió a la reciente instalación de la Mesa Avícola como espacio de articulación público-privada. “Es un primer paso hacia la construcción de una política de Estado”, opinó.
El jerarca señaló que “hoy ya hay tres líneas de trabajo claras: sanidad, mercados internos y externos, y eficiencia productiva”. Y sostuvo que el sector avícola “precisa certezas y horizontes claros para seguir invirtiendo y desarrollándose”, y que eso “solo se logra con institucionalidad estable”.
Al comienzo de la actividad, el vicepresidente del INAC, Leonardo Bove, destacó que en 10 años el consumo de carne aviar pasó de 20 a 25 kilos por persona por año, demostrando su potencial. “El desafío es que la proteína animal esté en manos de todos los consumidores”, dijo. Además, destacó que los índices productivos que tiene el sector avícola animan a pensar en la posibilidad de exportar. “La apertura al mundo es lo que los uruguayos sabemos hacer”, aseguró.
Estrategias de mercado
El consultor internacional Osler Desouzart, director de OD Consulting, participó del foro, donde repasó los cambios en los hábitos de consumo y las oportunidades que se abren para la avicultura en el mercado global.
“Cuanto más dinero tienen las personas en el bolsillo, más carne consumen. Pero a partir de cierto nivel de ingresos ya no compran solo comida, compran conceptos”, explicó. El experto subrayó que el consumo de proteínas animales seguirá en ascenso, con la carne aviar liderando la expansión, gracias a su accesibilidad y a la eficiencia de conversión de alimento en carne.
Desouzart advirtió que los movimientos en los mercados de carne vacuna y porcina inciden directamente en la carne de ave.
A nivel demográfico, señaló que entre 2020 y 2050 África y Asia concentrarán el 93% del crecimiento poblacional mundial, regiones que además carecen de agua suficiente para producir a gran escala, lo que las convierte en los principales futuros demandantes de carne aviar.
También identificó cambios sociológicos que transforman la demanda. “Vivimos más años, tenemos menos hijos y más tarde; hay más divorcios y los ancianos viven más. Eso cambia el consumo. Los hogares que antes eran de cuatro, cinco o seis personas hoy son de una o dos. Ya no se compran kilogramos, se compran porciones”, dijo.
Uruguay en el tablero global
Entre las fortalezas de Uruguay, Desouzart destacó la reputación sanitaria de la carne vacuna, la estabilidad institucional, la existencia de políticas de Estado que trascienden gobiernos, y un alto nivel educativo, que sustenta una amplia clase media.
“Ese capital es único en la región y da confianza a los compradores internacionales”, afirmó.
Además, subrayó que el hecho de que Uruguay sea exportador de ganado en pie es “una excelente tarjeta de presentación, por las condiciones sanitarias del país”, lo que debería valorarse como parte de una estrategia conjunta de todo el segmento proteico animal.
A la vez, advirtió sobre los riesgos del proteccionismo europeo. “Europa es proteccionista por naturaleza. Cerró sus compras a Brasil por influenza aviar. Tenemos que aprender a convivir con esta enfermedad, sin cerrar mercados. Eso exige más trabajo en bioseguridad, pero no podemos detenernos cada vez que aparezca un brote”, opinó.
Cazar en manada
Como oportunidad estratégica, Desouzart instó a la avicultura uruguaya a unirse en acciones comunes, destacando la reciente incorporación de Uruguay al Consejo Avícola Internacional (IPC).
“Si ustedes no se juntan, la región los pasa por arriba. No discutan por el trozo de pastel: hagan crecer el pastel, porque es suficientemente grande para que todos coman. Pero sin unión no hay masa crítica. Ningún barco va a venir a cargar 20 o 100 toneladas para llevar a Asia; por eso hay que hacer acuerdos con Brasil, Argentina o Chile. No están solos”, remarcó.
También propuso la creación de un centro de inteligencia aviar, ya que “los datos científicos deben ser la base de la acción”. Y planteó la necesidad de diseñar un plan estratégico sectorial a 10 años. “Cazar en manada y defenderse en manada es vital para un sector que individualmente tiene poca expresión productiva y exportadora”, dijo.
Debilidades y amenazas
Entre las debilidades, mencionó la falta de masa crítica, la escasa diversificación de las exportaciones y la dificultad de competir en productos básicos, como pollo entero y cortes con hueso. La pequeña población también limita la demanda doméstica.
Como amenaza principal, señaló la inacción. “Lo peor es no hacer nada. El camino que están recorriendo es correcto, el plan de ruta no está mal, pero necesitan acelerarlo”, enfatizó.
En definitiva, el Tercer Foro Internacional Pollos de Uruguay al Mundo dejó en claro que la avicultura uruguaya ha madurado, pero enfrenta tres grandes desafíos: construir una institucionalidad sólida, con el respaldo del MGAP y de políticas de Estado estables; definir una estrategia de inserción internacional, evitando aperturas indiscriminadas y apuntando a nichos de mercado de alto valor; y mejorar la competitividad, reduciendo los costos y fortaleciendo la innovación.