Sobre el primer desafío que visualiza, entiende que la “condición indispensable, pero no suficiente, es la estabilidad macro. El ancla es la estabilidad fiscal, por tanto, nuestra deuda tiene que estar en trayectoria sostenible. Eso requiere fortalecer toda la institucionalidad fiscal, donde la regla fiscal es un capítulo, pero hay otras cosas para hacer, como transparentar y fortalecer el proceso presupuestal, que está fragmentado y tiene muchas rigideces en su interior. Ahí hay todo un capítulo para hacer, que no son (cosas) atractivas pero que intentaremos atacar en el transcurso de la administración, por lo menos para dejarlas en proceso de mejora”.
Oddone dice que el capítulo fiscal es “clave” y el de la inflación, “central”.
“Compromiso” con la baja inflación
“La inflación baja es indispensable para favorecer a los hogares más pobres y en particular a las personas más vulnerables que ni siquiera tienen mecanismos de protección frente a la inflación, como es pertenecer a un sindicato, por ejemplo. (...) La inflación baja es un compromiso, y eso supone una decisión política; vamos a reforzar el compromiso de que el rango meta nueva (de 3%-6% en períodos de 12 meses) que definió este gobierno es el que se va a mantener, incluso con la aspiración de dar un paso adicional y reducirlo más. Un máximo de 6% de inflación y, si pudiéramos hacerlo, converger al 4% a lo largo del período”, define.
Esto, señala, implica que el manejo monetario, “en el marco de lo que son las circunstancias actuales, debe seguir siendo transparente. No estamos pensando en modificar el régimen de tasas; mantener objetivos de inflación con un régimen de tasas es el esquema más importante. Pero eso es un instrumento, al final del día no es lo más importante; lo más importante es el objetivo, habrá que ver cómo lo consolidamos”.
Según Oddone, hay “una restricción, que es que este gobierno deja (...) efectivamente una desinflación de aproximadamente dos puntos (porcentuales), pero con una afectación del tipo de cambio real importante. La definición que en principio está tomada y que es el camino que vamos a recorrer es que esa recomposición de la competitividad no va a venir por el lado de una política monetaria más laxa o un intento deliberado de depreciar la moneda (...). Esa solución va a venir por otro lado, atacando problemas de niveles y en los mecanismos de formación de precio que en Uruguay son perjudiciales y que, con estos niveles de inflación, ahora sí tiene sentido atacar”.
Respecto al propósito de mantener la estabilidad macroeconómica, marcó otro énfasis: “Mucha consistencia y coordinación entre el manejo monetario, el manejo de precios y la política fiscal. Esto es clave para que no tenga efectos colaterales sobre el tipo de cambio real”.
Inversión y Uruguay XXI
Oddone es parte del coro de economistas de distintos ámbitos y pelos políticos que advierten que el modesto crecimiento económico promedio es un problema; es, de hecho, el eje de su último libro. En la charla que mantuvo con Búsqueda profundizó al respecto.
“Tenemos que encontrar mecanismos endógenos de crecimiento. La inversión privada es un aspecto crucial, y por tanto tenemos que modernizar, aggiornar, los mecanismos de atracción de inversión extranjera y de fomento de la inversión local. La idea es revisar la renuncia fiscal implícita que tenemos en el gasto tributario para poder alojar esas renuncias en lugares donde tengamos la convicción de que rinden mejor”, plantea. Aclara que el “esquema Comap (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones) va a seguir existiendo, porque es un instrumento sumamente útil, pero queremos redefinirlo y repotenciarlo”. Otra definición: el Instituto Uruguay XXI de promoción de las inversiones y las exportaciones “debería cobrar un papel más relevante que el que tiene, y entre otras cosas recuperar la participación del sector privado en su orientación estratégica es un tema importante”.
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Oddone en la presentación de su reciente libro
Javier Calvelo/adhocFOTOS
Impuesto global y presión fiscal
Desde que se instaló en la agenda global, el economista referente de Orsi visualiza los cambios acordados en materia de tributación internacional como una potencial amenaza para la captación de inversiones por parte de Uruguay.
“Tenemos que encontrar la manera de retener inversiones a partir del desafío que nos plantea el impuesto a la renta mínima global. Tenemos que tener una actitud proactiva, a diferencia de la actitud más pasiva que la aplicada hoy, para poder lograr que, de algunas de esas empresas que están en Uruguay pero que evalúan irse o que van a tributar en otro lugar, una parte de esos impuestos tributen en Uruguay. Eso nos va a obligar a darles algún tipo de beneficio, que no puede ser para esas empresas sino genérico, y esto supone revisar algunas cosas en materia de asignación de recursos, de renuncias fiscales y de aspectos tributarios. No porque nosotros creamos que haya que hacerlo, sino como reacción a una realidad que viene dada y tratando de cumplir con la idea de que la presión fiscal ya es elevada y no hay razones para aumentar la presión fiscal. En todo caso, puede haber modificaciones derivadas de esto”.
Triángulo innovación, tecnología y negocios
Otro capítulo en la agenda de un eventual Ministerio de Economía conducido por Oddone es “conectar mejor el mundo de los negocios con el mundo del conocimiento. Hoy en día —sostiene— el triángulo entre innovación, tecnología y negocios tiene que estar mejor conectado. Eso requiere estímulos tributarios. Las TIC son un típico ejemplo exitoso y hay que replicarlo en otras actividades. ¿Cuáles? Ciencias de la vida —en sentido amplio, sanidad animal y humana— es, en principio, la prioridad. Hay masa crítica de producción de conocimiento, de investigación y de generación de conocimiento aplicado para desarrollar. Ahí hay oportunidades para fomentar inversiones, porque creemos que esa conexión va a darnos fuentes de crecimiento endógeno”.
Inversión en infraestructura
El designado ministro de un gobierno de Orsi se refiere a la infraestructura como otro “tema importante”, conexo con el objetivo de lograr mayores tasas de crecimiento económico.
“Ahí tenemos dos capítulos. Uno es todo lo que está alrededor del agua: suministro de agua potable para hacer una gestión de riesgo de eventos como los que sucedieron el año pasado —que serán cada vez más frecuentes— y, a su vez, aumentar el riesgo para potenciar la productividad del sector agropecuario”. Otro: “La inversión en el área metropolitana de Montevideo, y ahí el eje vertebrador es el transporte colectivo”.
Resalta estos dos capítulos “de inversión, más allá de que hay que acompañar otras cosas en las empresas públicas, donde en este período las inversiones fueron menores y hay que indagar en qué cosas están pensando. En vialidad, en principio, este gobierno avanzó lo suficiente como para que nosotros no tengamos mucho que hacer, aunque no digo que no haya que hacer”.
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Oddone, junto al presidenciable frenteamplista
Javier Calvelo / adhocFOTOS
Más años de educación
Un último asunto relacionado con la tasa de crecimiento de la economía, menciona Oddone, refiere al capital humano. “La educación está ahí como un gran tema. El objetivo es que haya más años de educación de la población económicamente activa y más gente con más de 13 años de educación en un plazo de 10 años. Esos son dos elementos cruciales para dar capital humano para un país que no tiene un bono demográfico a la vuelta de la esquina”.
Un Estado desempapelado
Como parte del plan que Oddone, si es ministro, se propone ejecutar, están definidas las acciones en materia de mejora de la eficiencia del Estado.
“Estamos pensando —y, de hecho, trabajando con un equipito— en un programa de desempapelamiento y desburocratización. Esto es lo dicho por todo el mundo, estamos todos de acuerdo; tenemos que ir a temas de ventanillas únicas y de mirada global del Estado con los usuarios. Queremos arrancar con una operación dura para el sector privado vinculado al comercio exterior. Queremos identificar de manera más o menos precisa cuáles son aquellas regulaciones o requisitos que pueden ser redundantes. ¿Por qué? En un contexto en el que no le vamos a dar una vuelta a la competitividad con una depreciación de la moneda, tenemos que lograr un conjunto de cosas que están allí, porque son decisiones inconexas de la administración, tenemos que buscarle la racionalidad”.
Oddone informó que un organismo internacional ya mostró disposición a colaborar con financiamiento para estos trabajos.
“El capítulo al que queríamos ir es hacia una avance muy fuerte en la relación digital con los contribuyentes y con los miembros de la comunidad para vincularse con el Estado, con un fuerte programa de tecnología, de la mano de la Agesic. Establecer un vínculo online… El típico ejemplo es que no te puedan pedir en dos lugares lo mismo y tener un número de identificación único”.
Sobre este plan de digitalizar más al Estado, de aplicarse, si decantará o no en menos funcionarios públicos, el eventual ministro frenteamplista aclara: “La razón por la que hay que hacer esto no es porque haya que reducir personal. En todo caso, estas transformaciones pueden dar lugar a islas de reducción de personal, por lo cual tenemos que encontrar la manera de hacerlo de forma acordada. Pero el objetivo no es que vamos a bajar el gasto público sacando empleados; el objetivo es el sustantivo, y si eso tiene consecuencias sobre el empleo (público) veremos cómo lo manejamos”.
“Al borde del reglamento”
Oddone admite que, en materia de inserción externa del país, las propuestas en campaña no difieren sustancialmente. “Está casi todo dicho y (la intención) es mantener la misma orientación que hemos tenido en los últimos 20 años, que es: estamos en el Mercosur, por ahora no vamos a salir del Mercosur, vamos a buscar negociar todos los acuerdos preferenciales que podamos para que accedan mejor nuestros productos. Y vamos a tratar de insertarnos en las nuevas instancias de promoción de comercio que están alojadas en cadenas; los TLC ya no son el camino. (...) Esencialmente es: seguir en el perímetro del Mercosur pero, al mismo tiempo, tratando de lograr que el Mercosur se vuelva más flexible o nosotros jugar en el borde del reglamento”.
Es, señala, “la misma estrategia que tenía el gobierno del Frente antes de irse, lo único que en silencio”.
Hacia un “ingreso universal”
Para el economista frenteamplista, Uruguay cuenta hoy con una “matriz de protección social potente para todas aquellas personas que están dentro del empleo formal. Si sos un trabajador formal tenés acceso a Fonasa, a un seguro de desempleo y a un régimen previsional, que podrá ser más barato o más caro, pero tenés un acceso razonable a las coberturas básicas. Si estás fuera de ese perímetro —que son 300.000 personas, de las cuales 168.000 son niños—, tenés un problema. La clave es fortalecer los mecanismos de protección social para esa parte del perímetro, y eso supone poner en el centro la infancia y la adolescencia y los hogares donde habitan”.
Señala que el esquema de transferencias “hay que mejorarlo como una cosa flat incondicionada, para que todo el mundo tenga un ingreso básico relevante. En el fondo, es una forma de empezar a construir a largo plazo un ingreso universal y acostumbrarnos que transferencias básicas, flat —en este caso, para un conjunto de personas en situación de vulnerabilidad— y no condicionadas, es algo en lo que nosotros creemos firmemente”.
También propone fortalecer el sistema de cuidados con inversiones asociadas. Según Oddone, allí los centros CAIF “juegan un papel central, de manera que las personas que son jefes de hogar tengan la oportunidad de ausentarse” y buscar ingresos remunerados.
Paralelamente, plantea un “estímulo a la permanencia en el ciclo educativo”. Marca distancia con la propuesta hecha por el Partido Nacional: “Nosotros no estamos yendo por el premio al que egresa sino una transferencia a la permanencia. Es una típica diferencia con un gobierno de derecha, donde hay una suerte de premiar el éxito. Nosotros creemos, primero, que (ese enfoque) no es necesariamente justo, (porque) está concentrado en un conjunto de gente, pero a su vez descrema, porque en el fondo lo que estoy haciendo es estimular a los que son mejores de un conjunto de gente que precisa ayuda. Entonces, la idea es que permanezcan en el sistema antes que premiar su egreso” a personas que “tienen altas probabilidades de que salgan” sin necesidad de estímulo.
“Esto supone un paquete importante” respecto del cual el Ministerio de Desarrollo Social “juega un papel crucial”, subraya el exsocialista. “Todas estas medidas, para que tengan impacto, deben tener no solamente recursos sino una alta capacidad de coordinación y articulación desde el territorio. Hay sectoriales de ASSE, de ANEP, de INAU, y el Mides es el gran responsable de coordinar todas esas políticas y en algunos casos de hacerse cargo de algunas políticas de ejecución directa en el territorio, hasta temas de vivienda”.