Entre los departamentos que registraron superávits, se destacó Tacuarembó; fue de US$ 7,9 millones, el doble que en 2022, producto de una reducción real de 7,5% en el gasto que coincidió con una baja de los ingresos (2,7%).
En el caso de Florida y Paysandú, los números positivos fueron de US$ 1,5 milloones y US$ 2,6 millones. En el primer caso, hubo una mejora en comparación con 2022 que se dio porque los ingresos crecieron por encima de los gastos (3% y 1,5% respectivamente). La intendencia sanducera abatió los gastos (13%) más que lo que bajaron sus ingresos (5,4%).
En departamentos como Salto, Treinta y Tres, San José, Lavalleja y Durazno, mantuvieron sus superávits, aunque en en algunos casos fueron menores a los de 2023.
Intendencia de Canelones
El mayor déficit presupuestario lo presentó Canelones; fue de US$ 33,4 millones en 2023, todavía con Yamandú Orsi al frente de ese gobierno (renunció en febrero de 2024 para dedicarse a la campaña electoral que lo llevó a la presidencia de la República). Ese resultado es el peor en esa intendencia desde 2007 si se lo compara descontando el efecto de la inflación, y es el más alto desde 1999 expresado en dólares.
El secretario general de esa comuna, Francisco Legnani, había informado en junio de 2024 que el resultado era superavitario en US$ 4,3 millones, según consignó El Observador. La diferencia con las cifras recogidas por la OPP responde a aspectos extrapresupuestales (obligaciones impagas, ajustes extrapresupuestales y diferencias de cambio) por US$ 1,1 millones y a la ejecución de gastos financiados con endeudamiento por el equivalente a US$ 36,7 millones, como expone la Rendición de Cuentas de la propia intendencia.
Respecto de eso, Gabriel Camacho, asesor económico de la intendencia canaria, dijo a Búsqueda que la OPP incluye en su cálculo del resultado los gastos financiados con endeudamiento, mientras que la comuna no lo hace. Según él, incluirlo sería “inconsistente” y lo argumentó señalando lo siguiente: “Cambiás la lógica y no lo hacés comparable contra los años anteriores. De alguna manera, ponés un déficit que no tenés, porque lo estás pagando a través de un fideicomiso”, una herramienta que la intendencia utiliza desde 2011 y que su implementación requiere de una mayoría especial —21 votos— en la Junta Departamental e implica un acuerdo con la oposición.
“Además, el Tribunal de Cuentas cada año da un dictamen positivo, que de alguna manera contextualiza esta diferencia, porque si un año presentáramos un déficit como indican los números de la OPP, la opinión del Tribunal debería ser otra”, insistió ese asesor.
Alfonso Lereté, uno de los candidatos del Partido Nacional a la Intendencia de Canelones en las elecciones de mayo próximo, dijo en El País del 21 de febrero que la deuda de la comuna asciende a US$ 500 millones, como consecuencia del endeudamiento, los fideicomisos financieros y pleitos por deudas impagas. “Son números bastante complejos”, opinó.
Sin embargo, según la Rendición de Cuentas, la deuda —el resultado acumulado— asciende a US$ 102,6 millones. La cifra mencionada por Lereté surge de adicionar al resultado acumulado “los intereses que se van a generar en los (próximos) 20 años por el pago de las cuotas de los fideicomisos”, explicó Camacho. Agregó que “la mitad de la deuda es a pagar a largo plazo y en unidades indexadas, por lo que no hay riesgo de tipo de cambio”.
Intendencia de Maldonado
El segundo déficit más alto expresado en dólares en 2023 fue el de la Intendencia de Maldonado. Su resultado presupuestal se deterioró, al pasar de US$ 5 millones en 2022 a 20 millones, como consecuencia del aumento del gasto en 13% real entre esos años. Se destacó la suba —también en valores constantes— de 22% en el pago de intereses de deuda.
Si a ese resultado se lo ajusta por las obligaciones presupuestales impagas y por las diferencias de cambio asociadas con el endeudamiento financiero, el déficit de Maldonado se amplía hasta US$ 24,9 millones, según su Rendición de Cuentas (que todavía no aprobó la Junta Departamental ni tuvo dictamen del Tribunal de Cuentas).
Intendencia de Montevideo
Desde la perspectiva presupuestal, que surge de los datos de la OPP, la Intendencia de Montevideo pasó de un superávit de US$ 2,6 millones en 2022 a un déficit de US$ 9 millones en 2023; si se ajusta ese resultado por las partidas extrapresupuestales, el “rojo” alcanzó a US$ 11,3 millones.
La Rendición de Cuentas de la administración departamental que hasta junio de 2024 encabezó la ahora vicepresidenta de la República, Carolina Cosse, asocia el deterioro financiero a la reducción de las transferencias del gobierno nacional, que cayeron 29,6% real respecto a 2019. De esta forma, los ingresos globales de la intendencia capitalina se ubicaron 3,4% por debajo de su nivel ese año.
El intendente Mauricio Zunino explicó el 25 de febrero en rueda de prensa las razones detrás del recorte presupuestal en el área de la cultura que llevó, entre otras cosas, a los trabajadores del canal TV Ciudad a declararse en conflicto. El jerarca departamental afirmó que existe un atraso de $ 1.000 millones de uno de los “principales contribuyentes” —el gobierno nacional— con la comuna, recogió Montevideo Portal. Al día siguiente, en el programa radial Doble Click de FM Del Sol, el intendente agregó que ese atraso se debe al no pago de la “tarifa de saneamiento por parte de organismos vinculados a la administración central” por el equivalente a $ 400 millones, y por otras tasas y tributos de parte de los “entes del (artículo) 221” de la Constitución, por $ 600 millones.
Finanzas y política
Respecto a 2021 —primer año calendario del actual período de gobiernos departamentales—, la suba real del gasto, en promedio, fue mayor en las intendencias en manos del Frente Amplio (16,2%) que en las administradas por intendentes de los partidos Nacional y Colorado (13,5% y 14,2%, respectivamente).
A su vez, en los departamentos con gobiernos del Frente Amplio, los ingresos crecieron 9% en promedio, frente a un 6,3% y 1,2% de las intendencias blancas y colorada.
Esos aumentos se lograron por diferentes vías, según la bandera política. Mientras en las intendencias del Frente Amplio los ingresos asociados a las transferencias del gobierno central se redujeron 1,3%, en los gobiernos departamentales del Partido Nacional aumentaron 3,3% y lo hicieron un 0,4% en Rivera, el único colorado.
Los ingresos propios crecieron 12% en las intendencias frenteamplistas, por encima del crecimiento que tuvieron las blancas (8,8%) y Rivera (2%).