Sin embargo, meses después el gobierno le comunicó a Estados Unidos que esa sería la última intervención de Uruguay en el tradicional entrenamiento naval. “Estas maniobras están perimidas, fueron elaboradas en un contexto de guerra bipolar y ese modelo desapareció, no tiene sentido seguir”, argumentó en La República el entonces subsecretario de Defensa, José Bayardi. En una línea similar, otros dirigentes del Frente Amplio consideraban que la intervención de Uruguay en Unitas implicaba avalar un apoyo explícito a la presencia estadounidense en América Latina y a una actividad que surgió en la segunda mitad del siglo XX para marcar distancia con la Unión Soviética.
Defender el estilo de vida de Estados Unidos
La postura uruguaya cambió en 2020 con el gobierno de coalición liderado por Luis Lacalle Pou. “Comprendimos que era importante retomar nuestra participación en este tipo de operaciones. No tener capacidad de adiestramiento sería para nosotros algo muy grave”, argumentó aquel año el entonces ministro de Defensa, Javier García, ante la Comisión de Defensa Nacional de la Cámara de Senadores. Con mayoría oficialista, el Parlamento votó entonces por la asistencia de Uruguay a la edición de Unitas 2020 en Ecuador. Fueron cinco oficiales de la Armada, embarcados en buques de otra bandera.
La concurrencia aumentó a lo largo del resto del período: en 2021, a Perú, concurrieron 15 oficiales de la Armada; en 2022, para la actividad desarrollada en Brasil se autorizó el despliegue de una aeronave naval y la salida de 76 militares; en 2023 viajaron a Colombia 50 efectivos de la Armada, y en 2024 se trasladaron a Chile una aeronave y 44 efectivos.
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Buques militares formados en el mar Caribe, como parte de la actividad Unitas 2023 desarrollada en Colombia.
Conner Foy/U.S. Navy
El entrenamiento Unitas 2025, al que Uruguay no asistió, presenta dos novedades respecto a las ediciones anteriores: por primera vez se organiza en una base del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, la fuerza de reacción rápida especializada en operaciones anfibias y combate expedicionario; y además cuenta con la mayor participación de marines estadounidenses en la historia, con más de 2.000 efectivos. Las operaciones irán desde el 15 de setiembre hasta el 6 de octubre, en tierra y frente a la costa este de Estados Unidos, en las inmediaciones de la Estación Naval Mayport (Florida), la Base del Cuerpo de Marines de Camp Lejeune (Carolina del Norte) y la Estación Naval de Norfolk (Virginia).
Nuclea a fuerzas militares de 25 países, incluidas las unidades de la Armada y del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, con el objetivo de mejorar la seguridad marítima y fomentar la cooperación regional. Incluye entrenamientos de combate realistas, como ejercicios de fuego vivo, operaciones militares en áreas urbanas, inspección y abordaje de embarcaciones y maniobras anfibias. En total participan unos 8.000 efectivos de Alemania, Argentina, Belice, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Guatemala, Honduras, Italia, Jamaica, Japón, México, Marruecos, Países Bajos, Panamá, Paraguay y Perú. Aunque Unitas se centra en Latinoamérica y el Caribe, se suele invitar a naciones de otras regiones para fortalecer la interoperabilidad global.
De cara a 2026, el ejercicio tendrá un carácter simbólico porque celebrará el 250º aniversario de la Armada de Estados Unidos. “La conmemoración buscará honrar una tradición de defensa de los intereses estadounidenses, disuasión de la agresión y promoción de la prosperidad y la seguridad, al tiempo que reafirmará el compromiso perdurable con la defensa del modo de vida norteamericano”, anticipó Southcom.
La polémica por los marines en Uruguay
Del 11 al 15 de agosto, un grupo de seis soldados norteamericanos arribaron a Uruguay como parte de un intercambio con la Armada Nacional. La visita fue informada por la Embajada de Estados Unidos en Montevideo y por el U.S. Marine Corps Forces, South, el componente del Cuerpo de Marines de Estados Unidos asignado a Southcom. “Los marines de Estados Unidos trabajaron junto a las fuerzas uruguayas, participando en entrenamientos prácticos de tácticas en embarcaciones y tiro de precisión como parte de un esfuerzo bilateral para fortalecer la preparación y el entrenamiento regional”, informó el U.S. Marine Corps Forces, South, el 28 de agosto.
El intercambio se realizó en la base del Comando de Infantería de Marina en Montevideo, donde compartieron presentaciones sobre operaciones de abordaje en botes y discutieron los estándares de tiro entre ambos países. “Esta rama de la Armada de Uruguay mantiene vínculos sólidos y preexistentes con el Cuerpo de Marines de Estados Unidos”, dijo el capitán de navío Sergio Sar, comandante de la Infantería de Marina de Uruguay. “Nos gustaría comenzar a entrenar junto a los marines estadounidenses y profundizar en el material que ya hemos iniciado aquí”, añadió.
Información-Ejercicio Marines-Armada Uruguay 2025-U.S. Marine Corps Forces, South
Dos soldados estadounidenses y uno uruguayo dialogan en el Comando de Infantería de Marina de la Armada Nacional, durante un intercambio de cinco días entre militares de ambos países, en Montevideo.
U.S. Marine Corps Forces, South
La visita de los militares norteamericanos fue cuestionada por García, exministro y actual senador por el Partido Nacional. Consideró que, previo a aprobar el intercambio, el Ministerio de Defensa debió elevar el tema al Parlamento. “Es muy sensible porque hay un precepto constitucional muy claro, que es la autorización del ingreso de tropas para cualquier materia, salvo —y es la única excepción— para los homenajes, es decir, cuando se participa de tareas de brindar honores o lo que fuera. Es decir, que los marines de Estados Unidos estén realizando operaciones y maniobras sin la venia parlamentaria es un no cumplimiento de un precepto constitucional que todos conocemos y que estamos obligados a cumplir”, señaló el lunes 8 en la Comisión de Defensa de la Cámara de Senadores.
Por este tema, García impulsó la convocatoria de Sandra Lazo, ministra de Defensa, quien desde el 12 de setiembre se encuentra en misión oficial en China para acudir en Beijing al Foro de Xiangshan y al Foro de Alto Nivel de Defensa China-América Latina, dos encuentros sobre seguridad, defensa y tecnología organizados por el Estado chino. En su lugar, al Parlamento concurrió esta semana el subsecretario Joel Rodríguez.
Ante la Comisión de Defensa, Rodríguez explicó que la llegada de los marines fue solicitada al ministerio por la Oficina de Cooperación de Estados Unidos como una visita específica para intercambiar conceptos y experiencias que no incluía armas ni municiones. A partir de ese precepto, Lazo no elevó la invitación al Parlamento, sino directamente al Comando General de la Armada para que coordinara los detalles con sus pares estadounidenses. “Fue una interpretación jurídica de la norma constitucional en la que se entiende que para estas actividades, por las características que están establecidas y planificadas, no se requería la autorización legal establecida en la Constitución”, explicó Rodríguez el lunes 15.
De todas formas, el subsecretario aclaró que, con el intercambio ya autorizado por el gobierno y en ejecución, el 14 de agosto en la mañana hubo una demostración de formaciones de botes por parte de la Armada uruguaya que estuvo por fuera de lo previsto. “Fue una actividad que consiste en la puesta en práctica de determinados conocimientos y habilidades que se van adquiriendo durante el año y que simplemente tiene el objetivo de ejercitar lo aprendido. No formaba parte de lo organizado para esta visita de los marines, pero, como tenía que ver con la materia sobre la cual se estaban compartiendo conocimientos, pareció oportuno invitar a la visita a presenciarla”, indicó.
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Mauricio Zina/adhocFOTOS
Agregó que, como los soldados estadounidense simplemente observaron el ejercicio, no se trató de una maniobra combinada que implicó la participación de fuerzas de dos países distintos con sus respectivos armamentos y equipamientos: “No fue el caso. Afirmamos que no hubo violación de la Constitución. Hubo un accionar ajustado a la norma y que tuvo todas las consideraciones”.
García, en contrapartida, insistió en que la visita debió haber sido informada a los legisladores previo a su aceptación por el Ministerio de Defensa, porque la maniobra del 14 de agosto fue, por definición, “una operación combinada” en la que hubo integrantes de fuerzas armadas de dos países distintos. Luego, con ironía, destacó “el giro copernicano” del Frente Amplio respecto a la intervención de Southcom y otras unidades militares norteamericanas en Uruguay.
“Me parece buena cosa destacar la intensidad del apoyo a este tipo de ejercicios, que nosotros consideramos positivo. Hasta hace muy poco, siempre el actual oficialismo votaba en contra. Yo tengo la impresión de que esto no pasó por el Parlamento porque la interna del gobierno no hubiera aceptado que hubiera pasado; hubiera contado con nuestro apoyo, pero no con el apoyo de sus compañeros de partido. ¿Cómo se llega a eso? Por la sencilla razón de que cuando venían estas maniobras, no las votaban”, concluyó.