“El sistema educativo tiene que pensarse con más tiempo de los estudiantes siendo educados, que no es lo mismo que sentados ocho horas en un salón”, afirma el profesor de Historia de Secundaria y Formación Docente, Gabriel Quirici. El docente es uno de los integrantes del equipo que trabaja en temas de educación en el Frente Amplio y de los equipos programáticos del candidato presidencial Yamandú Orsi, y sus declaraciones refieren a uno de los puntos sugeridos como líneas de trabajo por un eventual gobierno de la coalición de izquierda: profundizar las propuestas de tiempo extendido.
Dentro del universo de debates acerca del sistema educativo uruguayo, una de las preocupaciones centrales está en la educación media. Los niveles de egreso en bachillerato apenas superan el 50%. En las últimas semanas, una propuesta del Partido Nacional de otorgar bonos de US$ 6.000 a los adolescentes que culminen sus estudios generó polémica en el arco político y en actores del sector.
En el programa del Frente Amplio (Un programa por Uruguay. Propuesta bases programáticas 2025-2030) los lineamientos generales van en la dirección señalada por Quirici. Se propone, por ejemplo, “incrementar los recursos del presupuesto educativo” para “asegurar el acceso” y profundizar políticas en áreas como “deporte, educación técnica, tecnológica y científica”, “programas de lenguas” y “avanzar en la ‘universalización’ de la educación física obligatoria”. Esto implica “la creación de cargos docentes, construcción y mantenimiento de instalaciones y material didáctico”.
“Estas dimensiones serán fundamentales para aumentar los centros educativos con extensión de tiempo pedagógico, fomentando articulaciones con instituciones, públicas y privadas, de forma territorial”, expresa el documento programático del Frente Amplio, aprobado el 15 de julio de 2023.
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Bases programáticas del Frente Amplio
Mauricio Zina / adhocFOTOS
Según Quirici, desde la coalición de izquierda proyectan “multiplicar” las instituciones de educación media (liceos y centros de UTU) que ofrezcan una gama de actividades con mayor tiempo pedagógico. El docente dijo a Búsqueda que “pensar más tiempos educativos no es solo una cuestión de más días de clase o de más horas de aula, sino una perspectiva integral y dinámica que genere el acompañamiento necesario para que los jóvenes tengan igualdad de oportunidades en una etapa clave de la vida”.
El proyecto del Frente Amplio también implica “ofrecer en la educación pública que los estudiantes hagan jornadas de robótica, olimpíadas de matemática, torneos de retórica y debate, ensayos de streaming y encuentros de teatro, así como salidas didácticas, campamentos y deportes”, agregó Quirici, coordinador del texto Pensar la educación más allá de la media, una investigación sobre las buenas prácticas en UTU y Secundaria, y autor del libro Uruguay del siglo XX. Todo esto, precisó, será “articulado por equipos docentes con más tiempo en el centro educativo” y se hará procurando complementación con “actores territoriales” como “clubes deportivos, rotarios, parroquias u otras instituciones públicas y privadas”.
Más allá de estas orientaciones generales, Quirici no se refirió a metas concretas. Sí dijo que estiman que existen unos 50 centros educativos de educación media con “potencialidad para el tiempo extendido”.
El Frente Amplio está en el proceso de elaboración de su plan de gobierno. Este trabajo lo está coordinando el exintendente de Montevideo y exministro de Educación, Ricardo Ehrlich, y el objetivo es sintetizar las líneas generales del programa de la fuerza política con las propuestas del candidato.
Para Quirici, hay un problema anterior al del egreso en secundaria y lo considera prioritario. “Últimamente lo que ha caído es el nivel de asistencia. Tenemos menos asistencia a la escuela y al liceo que en los gobiernos del Frente Amplio. La preocupación inicial es recuperar los niveles de presencia de los chiquilines en los centros educativos, su presencia”, afirmó.
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Gabriel Quirici, profesor de Historia de Secundaria y Formación Docente.
Docentes, equipos, tiempos y espacios
Quirici consideró “imprescindible” ampliar “la temporalidad educativa” de equipos de docentes en cada institución y coordinar trabajos y espacios de formación conjuntos en el barrio y la localidad.
Según explicó, esta dimensión supone una “nueva visión de los equipos de dirección”, más como “dinamizadores pedagógicos y comunitarios” que como “gerentes administrativos”. La propuesta también implica incorporar a profesionales de diversas áreas que atiendan cuestiones de salud mental, nutrición e integración social de los estudiantes, dijo.
“Esta forma de pensar los liceos y los centros de UTU permitirá fortalecer lazos y vínculos que trascienden la cotidianidad de tener solo clases y más clases todos los días”, expresó. Y explicó que apuntan a “la construcción de una red social más sólida, a partir de la identidad de los jóvenes y sus familias con el centro”.
Más tiempo en las instituciones supone “potenciar el rol de las disciplinas y de la extensión de acciones educativas más allá de los liceos”, sostuvo. Explicó que esto es similar a lo que ocurre en las escuelas de práctica, donde hay más tiempos extra de talleres e intercambio para planificar, “atender emergentes y salir a la comunidad”.
“Todo esto no debe pensarse en una megainstitución aislada, sino coordinando con lo ya existente en la zona y potenciarlo”, sostuvo. Consideró que esto es “clave” para formar a los estudiantes, sobre todo a los más vulnerables: “Así estarán mejor preparados en producción y ciencias, como para los desafíos de las nuevas tecnologías”. Asimismo, confió en que redundará en “mejorar la seguridad y la convivencia”.
Transformar “desde la base”
Por otra parte, el asesor frenteamplista se puso del lado de los docentes, aunque cuestionó las posiciones corporativas. “Debemos preguntarnos si de verdad queremos transformar la realidad educativa desde la base, escuchando las necesidades de todos los colectivos docentes en todo el país: a los sindicatos, pero no solo a estos o a las ATD, sino recorrer y conocer a fondo las realidades y ver qué se necesita en el territorio”, dijo.
Aunque concedió que “no puede hacerse una reforma a la medida de cada lugar, de cada estudiante, ni de cada colectivo docente”, aseguró que también “hay que ser más realistas y dejar de plantear cambios, adecuaciones estandarizadas, pensadas teóricamente para ajustarse a cualquier contexto” porque “es un esfuerzo sin sentido”.
Quirici señaló que “todos los gobiernos, incluso los de la izquierda, han tenido una relación tensa y ambigua con la educación, en particular con los sindicatos de la educación”. Y llamó a la reflexión del arco político: “Tenemos que hacernos la autocrítica, conjuntamente con interlocutores de muy diversos intereses, hemos contribuido a fomentar una idea negativa de la educación pública, fundamentalmente a nivel secundario”.
Para el profesor, “cualquier transformación futura pasa por devolver a los profesionales de la educación el respeto y el prestigio, así como la autoridad académica que han perdido. Para eso, entiende que se les deben “dar oportunidades reales de formación permanente, tiempo e ingresos que contribuyan a disminuir el multiempleo”.
Sobre esto añadió: “Tenemos un discurso contradictorio, la educación y por tanto los docentes parecen ser la cura de todos los males (desigualdad, pobreza, violencia, etcétera), pero después hemos contribuido al descrédito del cuerpo docente con generalizaciones injustas”.
