Hastiado por los problemas acumulados, en medio del trajín de recorridas por el interior del país y con las elecciones a la vuelta de la esquina, el ex comandante en jefe transmitió a algunos de sus colaboradores la posibilidad de que, “en caso de votar muy mal”, evaluaría dar un paso al costado tras las departamentales de mayo de 2025, a realizarse junto con el plebiscito “por la deuda justa” promovido por Cabildo Abierto, según contaron a Búsqueda fuentes de su entorno.
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Lorena Quintana y Guido Manini Ríos, al presentar el programa de gobierno de Cabildo Abierto el 27 de agosto
Pablo Vignali / adhocFOTOS
“Chocamos un Fórmula 1 en el Parque Rodó”
La crisis de Cabildo Abierto alcanzó su pico de fiebre tras las elecciones generales, con su marcador en casi 60.000 votos. Se trata de unos 210.000 menos de lo que pautó el ascenso vertiginoso de 2019, que lo ubicó como el quinto partido más votado de Uruguay y un socio clave de la coalición de gobierno presidida por Luis Lacalle Pou.
El partido conducido por Manini apenas retuvo uno de cada cinco votos obtenidos hace cinco años y esto lo enfrenta a su hora más débil. Su bancada de tres senadores y 11 diputados quedó reducida a solo dos representantes en la Cámara Baja y ningún senador, con su líder fuera del Parlamento. Y en sus filas empiezan a surgir voces que cuestionan abiertamente la deriva de esta colectividad. Si bien difieren en las responsabilidades, coinciden en que es una caída anunciada, recogió Búsqueda.
Ya el lunes 28, un día después de los comicios, hubo una primera reunión informal entre dirigentes —en la que participaron Manini Ríos y parte de la plana mayor—, donde Cabildo inició una suerte de catarsis. Se plantearon todo tipo de argumentos para explicar el desplome: desde que hubo una “fuerte campaña” contra el partido porque tocó “intereses” corporativos e intentaron destruirlo hasta que “no se supo acompañar a Guido”. Algunos abrumaron con hechos y lógica a Manini, que parecía cansado de todo.
Varios cabildantes señalaron que se pecó de “soberbia” y “poca cintura” para lidiar con socios y rivales; que la inversión en comunicación y propaganda política fue “muy pobre” y la defensa de Irene Moreira —quien fue cesada en mayo de 2023 por otorgar un apartamento a una militante— y “las pujas internas” erosionaron la idea del partido que prometía acabar con el “recreo”.
La estrategia electoral “omitió aludir a las cosas buenas que aportó Cabildo al país”, como la gestión de Daniel Salinas al frente del Ministerio de Salud Pública durante la pandemia del Covid-19, planteó Domenech ante los suyos. Otros apuntaron sus críticas directamente al jefe de campaña, el coronel retirado Rivera Elgue —que ya había ocupado ese rol en 2019—, considerado el verdadero “estratega” en la sombra. Elgue es uno de los dirigentes que acompañaron siempre a Manini y, “en una organización bastante piramidal como Cabildo, el poder se mide por la ‘lealtad’ o la cercanía” a quien tiene la capacidad de decidir, explicó una de las fuentes.
La contratación del consultor político argentino Daniel Ivoskus como asesor de la campaña también ha sido considerada un “error”. Ivoskus, exdiputado del partido de Mauricio Macri en la provincia de Buenos Aires, definió parte de la estrategia electoral y planteó que Manini transmitiera ideas de “más mano dura” contra el narcotráfico y la delincuencia en general.
En la estrategia cabildante también se empleó al politólogo Óscar Bottinelli, director de la consultora Factum, quien, según varios informantes, alentó una política confrontativa con el resto de la coalición gobernante y en particular con el presidente. Esta prédica sedujo a buena parte de la dirigencia cabildante que se apropió del discurso combativo. Pero la tensión casi constante con los socios de gobierno aventó a parte de los votantes coalicionistas, evaluaron en la interna. Allí también cuestionaron al asesor comunicacional Martín Tolmeo, cuya empresa prestó servicios a Manini desde incluso antes del origen de la formación política y cuyo contrato expiró el 27 de octubre.
Para el hoy presidente de Cabildo, Ignacio Curbelo, entre las razones “exógenas” del bajón electoral también pesaron el regreso al ruedo político de Pedro Bordaberry y la llegada de nuevos actores “disruptivos”, como Andrés Ojeda y Gustavo Salle, sumados al “desgaste lógico” de haber integrado el gobierno y una “campaña muy fuerte en contra del partido” por el caso Moreira que no terminó de zanjarse.
“Chocamos un Fórmula 1 en el Parque Rodó”, resumió un allegado del conductor cabildante.
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Guido Manini Rios durante la firma del "Compromiso País" de la Coalición Republicana, el lunes 4
Mauricio Zina / adhocFOTOS
Manini Ríos no ve “sentido” a la coalición desde el llano
Pocos tienen claro cómo seguirá el periplo del partido de Manini. Es claro que no será lo mismo si gana la coalición gobernante que si lo hace el Frente Amplio. De ser elegido Álvaro Delgado, Cabildo tendrá la chance de rearmarse con cargos ejecutivos y mantener parte de su estructura y de su elenco político. En cambio, si es Yamandú Orsi quien se impone en las urnas, se abren varias interrogantes sobre el futuro cabildante.
Hay pistas. Este lunes 4, en el marco de la presentación del nuevo programa de gobierno de la coalición, Gobernar entre todos, Manini dio a entender que el compromiso coalicionista de su partido podría no mantenerse si el oficialismo pierde el gobierno. Sostuvo que la alianza pactada por Cabildo con el Partido Nacional, el Partido Colorado, el Partido Independiente y ahora también el Partido Constitucional Ambientalista es solo “para gobernar”, y que su partido la integra “en el entendido” de que va a “ser gobierno”.
“Si estamos en la oposición, no veo el sentido de una coalición”, afirmó Manini en la sede del candidato del Partido Nacional. Esta posición va a contrapelo de la posibilidad de que se conforme el lema Coalición Republicana a escala nacional como plantean varios dirigentes coalicionistas.
En el Frente Amplio evalúan que los dos diputados electos por Cabildo —Silvana Pérez (Montevideo) y Álvaro Perrone (Canelones)— pueden llegar a darle, según los casos, los votos necesarios para conseguir mayorías parlamentarias. Ya en 2021, Búsqueda informó sobre ciertos acercamientos personales y políticos entre Manini y Orsi.
Entretanto, la derrota electoral se viene cobrando sus primeras bajas cabildantes. El goteo de salidas ha incluido a Ítalo Fernández, cesado del equipo de comunicación del partido.
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Irene Moreira y Guido Manini Rios durante un acto del Ejército Nacional en mayo
Mauricio Zina / adhocFOTOS
“Pateando las cenizas” y el “enredo” sentimental y político
En su comparecencia ante los medios la noche de las elecciones, Manini asumió toda “la responsabilidad” por los “errores políticos y personales” de la mala votación y llamó a una instancia de reflexión con el argumento de evitar nuevas tensiones. Aunque no profundizó en cuáles habían sido sus errores, reconoció que no supo “evitar o minimizar una división interna basada en muchos cuestionamientos” a su “liderazgo”.
A las pocas horas, la senadora Irene Moreira —esposa de Manini — elevó las críticas y pidió cuentas al partido. En un mensaje por audio que dirigió a los maninistas a través de grupos de WhatsApp, cuyo contenido adelantó Búsqueda, Moreira denunció en tono de reproche una deriva de confrontación que determinó una “fractura” que adjudicó a “muchos” cabildantes que a su juicio deberían haber pedido “perdón”. Y rescató que la ocasión “puede servir para limpiar un poco la casa” de quienes ya “se tendrían que haber retirado” de Cabildo.
El mensaje de Moreira golpeó a parte del núcleo fundacional de esa formación, vinculado al teniente coronel retirado Eduardo Radaelli, exhombre de confianza de Manini que en 2023 creó el Espacio de los Pueblos Libres y se distanció del líder. Desde ese movimiento, al que luego se alineó el coronel retirado Raúl Lozano —sucesor de Moreira en Vivienda y primer candidato al Senado de este sector —, sostienen que el desencadenante de este “derrumbe” fue la deriva autoritaria de la conducción del partido. “El domingo Manini dice que hay que hacer una autocrítica y el lunes su esposa sale a atacar a otros cabildantes, diciendo que hay que limpiar la casa”, replicó un dirigente próximo a Radaelli.
También el diputado cabildante Rafael Menéndez, del sector Adelante, censuró la actitud de Moreira. “Seguir pateando las cenizas que quedaron después de las elecciones me parece nefasto”, comentó a la diaria. Menéndez sostuvo que la senadora debió mostrar “un poco de humildad” y “dar un paso al costado” para evitar “llevar el partido entero por un berrinche”. Y agregó: “Cuando el líder no pone límites, termina pasando cualquier cosa, porque ahí se enreda lo sentimental con lo político y es una combinación explosiva”.
Por su parte, el también diputado Rodrigo Albernaz recriminó a los “sectores más militares” de Cabildo. “Coroneles mamados de poder hicieron lo que querían”, declaró a El País, y señaló a Radaelli como “el orquestador detrás de todo”, junto con Lozano.
Desde las páginas del semanario La Mañana, afín a Cabildo, Marcos Methol, senador suplente y coordinador programático, reclamó concentrarse en el balotaje del domingo 24. Lo más probable es que la “autocrítica” oficial del partido de Manini se aplace al menos hasta el próximo congreso, después de los comicios municipales de mayo de 2025.