—Se especuló que podía ser ministra de Vivienda. ¿Se imaginaba con anterioridad que podía terminar al frente del MTOP?
—Sorpresa, no tanto, estuve unos cuantos años como directora general de Obras de la Intendencia de Canelones. Eso implicó un trabajo conjunto con Yamandú Orsi. Lo que tratamos, bajo los lineamientos que teníamos en ese momento, es (tener) una mirada más estratégica de la infraestructura, que es importantísima para la conectividad, para el desarrollo productivo, para la economía y el bienestar de la gente. Creo que eso primó o estuvo sobre la mesa cuando se me asignó la cartera del Ministerio de Transporte de Obras Públicas. Es cierto que llamó un poco la atención, porque durante muchísimo tiempo me dediqué a la política de vivienda, pero en los últimos años trabajé específicamente en el área de infraestructura del Departamento de Canelones.
—Al actual ministro José Luis Falero se le cuestiona haber desmontado el Sistema Integral de Transporte de Carga (Sictrac) y luego su gestión anunció la creación de un nuevo sistema, el Sistema de Gestión de Flota (Sigeflot). ¿Qué rumbo piensa tomar?
—No se trata de si es el Sictrac o el Sigeflot. La herramienta puede ser una u otra. Lo que importa acá es definir qué es lo que es necesario hacer y, en virtud de eso, qué actores tienen que participar y generar un ámbito de trabajo. En el sistema de transporte de carga es necesario generar mecanismos de trazabilidad de la carga, que la propia intragremial en algún momento lo planteó. Esto significa generar condiciones de seguridad en el transporte y una mirada estratégica de todos los sistemas de corredores, de los conectores primarios, de la red primaria y secundaria de transporte de carga, para dar seguridad a los transportistas, a los dueños de la carga y también a la gente que vive sobre estos conectores. Y por otro lado, también hay un abordaje de la formalización del sector. Es una de las áreas que hay que generar el ámbito de trabajo con todos los actores que están involucrados. No es un contralor o una fiscalización porque sí, es mejorar cualitativamente y de forma estratégica el transporte de carga con una mirada sistémica.
— El exministro Víctor Rossi cuestionó en declaraciones a Búsqueda que el MTOP tenía fondos comprometidos para pagar los contratos Cremaf (Contratos de Diseño, Construcción, Rehabilitación, Mantenimiento y Financiamiento), que, a diferencia de las obras por proyectos público-privados, se pagan por fondos que van al ministerio y no a Rentas Generales. ¿Tiene idea de cuánto dinero está comprometido por este tipo de contratos para el presupuesto del ministerio?
—La información que fuimos obteniendo por el diseño de los Cremaf es a partir de las rendiciones de cuenta. En los sucesivos años el ministerio lo fue planteando. En un momento, cuando se plantea esta posibilidad, demoró bastante en instrumentarse porque tenía complejidades. Es verdad que un sistema de financiamiento estrictamente privado obviamente tiene otros costos. Al día de hoy no tenemos esa información y es parte de lo que solicitamos al ministro, y esperamos a partir de la segunda quincena de enero tener la información acerca de cuánto está comprometido. Es real que hay montos presupuestales importantes del ministerio que ya tienen este compromiso para el período que se va a iniciar en el 2025 y también para el otro, porque la financiación en casi todos los Cremaf están en torno a los 11 o 12 años.
—Y más allá de esto, ¿son una buena herramienta los Cremaf?
—Creo que hay que analizarla, porque en estos casos, donde el financiamiento lo trae la propia empresa, tiene costos financieros, tiene costos por los riesgos, que los absorbe ese privado pero que el Estado también los tiene que pagar a lo largo del tiempo, y a veces terminan siendo más onerosos. Pero eso hay que analizarlo cuando tengamos la documentación.
—También Rossi cuestionó que el actual gobierno quiso imponer el relato de que había invertido mucho más en infraestructura que el Frente Amplio, sobre todo del gobierno de Tabaré Vázquez, cuando muchas de las obras en realidad comenzaron a planificarse durante esa gestión. ¿Comparte esos dichos?
—No tengo condiciones para interpretar los cuestionamientos y los fundamentos que tendrá Rossi, por su experiencia y trayectoria, respecto a lo que ha hecho Falero. Mi valoración es que hay una ejecución importante de obras, muchas de ellas en el entorno de los US$ 1.700 millones, que estaban definidas en el último período del gobierno del Frente Amplio, en el marco de una planificación estratégica. Las otras obras que se fueron haciendo, si estaban en el orden de prioridades, en la magnitud y en las características que se requerían, es una cuestión que cuando tengamos la información recién la vamos a poder valorar. Decir algo más en este momento sería algo extremadamente parcial.
—¿Y el gobierno armó una agenda que colocó excesivamente las inauguraciones del MTOP en el año electoral?
—La realidad ha mostrado que ha habido una sucesión, sobre todo en el marco de la campaña electoral, de inauguraciones y de nuevos compromisos a firmar. Eso es real, lo vio toda la ciudadanía. Además fueron hechos comunicacionales. Es verdad que las obras de arquitectura y de infraestructura llevan mucho tiempo. A veces puede pasar que se te amontonen en el último año. El tema es cuánto de eso es ejecución genuina en un período o cuánto está comprometiendo a los próximos gobiernos. Lo mismo respecto a cuántas de estas obras son de impacto directo en el bienestar de la gente y al servicio del país y cuántas no estuvieron debidamente evaluadas. Eso lo veremos una vez que tengamos la información arriba de la mesa.
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Inauguración del puerto Capurro encabezada por el presidente Luis Lacalle Pou
Javier Calvelo / adhocFOTOS
—En estos años se estuvo hablando mucho del transporte multimodal, y un estudio de la consultora Cinve planteó, por ejemplo, que el Ferrocarril Central se podría usar para pasajeros provenientes de la zona norte del área metropolitana. ¿Está en los planes?
—Está arriba de la mesa como una de las cuestiones y de las áreas que tenemos que analizar. Eso tiene relación además con una de las 48 prioridades que fijó el propio Orsi en Colonia, aquellas acciones que vamos a tener que encarar rápidamente. Una de ellas es llegar a una mejora sustantiva del sistema de transporte metropolitano. Eso que mencionás está en esa línea.
—¿Esas acciones prioritarias se pueden hacer exclusivamente gestionando los viajes en ómnibus o es necesario una modalidad de transporte nueva?
—No hay que cerrar opciones. Obviamente que está el transporte vía ómnibus, que es lo que hoy tiene el área metropolitana, donde tenemos el 60% de la población. Y cuando planteo el área metropolitana no solamente es Montevideo-Canelones, porque también tenemos a San José con una localidad como Ciudad del Plata, cada vez más integrada y con mayor densidad de población. En ese eje también hay que pensar opciones. Lo que no puede ser es que un modo de transporte compita con el otro. Tiene que haber complementariedad.
—¿Y qué tan viable ve el proyecto del tren-tram?
—Podría ser una posibilidad.
—¿Pero competiría con otros medios de transporte metropolitanos?
—Lo que estoy diciendo es que la clave para mirarlo es que sea a favor de un sistema y que como tal admita distintos modos de transporte si están pensados como un sistema. Obviamente, hay que tomar conocimiento. No tenemos el detalle de la propuesta ni del tren-tram ni de la propuesta de movilidad metropolitana que presentó el Cinve en noviembre. Eventualmente, podría llegar otra propuesta. Lo que tenemos como prioridad es que las propuestas que hoy son de conocimiento público y las que eventualmente pudieran surgir van a tener del lado del ministerio un equipo formado exclusivamente para poder atender con celeridad cuáles son las mejores opciones.
—Como temas pendientes, Falero mencionó que quedan tramos ferroviarios a compatibilizar y rehabilitar. ¿Qué plan hay para esos tramos ferroviarios?
—Ahí tenemos dos situaciones. Una es, primero, con respecto a AFE. Hubo la incorporación de un artículo en la Rendición de Cuentas donde volvían a traspasarse funcionarios y otros bienes de AFE al MTOP. Queremos saber en qué estado de situación está eso. Por otro lado analizaremos, una vez que efectivamente tengamos el escenario más claro arriba de la mesa, cuál es la factibilidad de crecimiento y desarrollo del transporte ferroviario. Tiene que incluir pasajeros, es una demanda, parecería hasta de sentido común.
—¿Hay intenciones de unificar todo el sistema ferroviario con el Ferrocarril Central para mejorar la conectividad de las cargas?
—Hay una definición en que se trata de una de las inversiones más grandes en infraestructura y tiene capacidad para aumentar la carga. Esto puede incorporar otros operadores y también el trazado de las líneas hacia otros destinos, donde pueda incorporar otras cargas y resolver conectividad desde el punto de vista de la región. Eso lo vamos a ver a partir del 1° de marzo, cuando tengamos toda la información arriba de la mesa.
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Lucía Etcheverry, durante una interpelación al entonces ministro de Salud Pública, Daniel Salinas.
Mauricio Zina/ adhocFOTOS
—¿Qué relación cree que tiene que tener el gobierno entrante con la empresa Katoen Natie?
—Lo primero es que tengamos la posibilidad de un diálogo con todos los sectores de todas las áreas, también en el puerto, y entre ellas Katoen Natie. Ahí veremos, en el marco de lo que establece la ley, las posibilidades que tenemos de diálogo y de acuerdo de cuestiones que respeten los contratos que están firmados, pero también defiendan una cuestión de soberanía y de recursos para el país. La posición del Frente Amplio fue pública. Para nosotros el acuerdo fue algo inconveniente, controvertido, y es responsabilidad del gobierno actual por las decisiones que tomó.
—¿Y van a intentar renegociar el reglamento de atraque, por ejemplo?
—El reglamento de atraque es de los componentes más importantes que quedó incluido. Nosotros vamos a conversar. No somos refundacionales y somos estrictamente respetuosos de lo que está establecido en la ley y en los contratos. Lo que queremos es tener, por lo menos, ese ámbito de diálogo en aquellas cosas que pueden tener cierto marco de interpretación y de negociación.
—En el período del presidente José Mujica se había pensado algún desarrollo alternativo, alguna terminal portuaria de aguas profundas. ¿Está contemplado ahora esa posibilidad de avanzar en un proyecto de esas características?
—No está sobre la mesa en la información que nos ha acercado el gobierno, por lo menos.
— ¿El Frente Amplio tiene alguna iniciativa en esa materia o es algo que quedó en el pasado?
—No. Sería importante para el país, sin duda, por algo fue aquella iniciativa tan polémica sobre la ubicación, quién operaba… Lo cierto es que una vez que estemos sentados ahí, veremos cuál es la realidad por la que podamos operar.
—¿Quedó el Frente un poco en debe con el gabinete paritario?
—Hay una cuestión importante. Primero, fue un criterio que Yamandú Orsi planteó como su aspiración. De hecho, mientras fue intendente en el gobierno de Canelones tuvo un gabinete paritario. Creo que se pudieron tomar las decisiones que se tomaron en virtud de las propuestas que llegaron del conjunto de los sectores del Frente Amplio. Hay más presencia de mujeres que en otros gabinetes, sin lugar a dudas, y es el Frente Amplio quien más se ha acercado a abrir espacios como corresponde legítimamente a las mujeres para que tengamos posibilidades de estar en lugares de decisión, de relevancia, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo. Pero falta, tenemos que seguir trabajando para llegar a eso.
—Sacando dos o tres casos, ¿no es un gabinete excesivamente político también?
—Yo creo que tiene los equilibrios entre lo político y lo técnico. Espero que los equipos también reflejen ese equilibrio. Lo técnico, no porque sea una cuestión de la profesión, de lo que tiene mayor gravitación en la cartera. Lo técnico en términos de la idoneidad.
—Hay muchos legisladores asumiendo cargos ejecutivos. ¿No se corre el riesgo de dejar bastante debilitado el Parlamento?
—Nosotros pasamos por estas situaciones, en el sentido de que ya en este periodo hubo, en el caso por lo menos del Movimiento de Participación Popular, una migración de compañeros que eran referentes, que tenían niveles de responsabilidad muy importantes en la estructuración del conjunto de parlamentarios del sector, que debieron asumir otras responsabilidades. Lo que heredamos son los mecanismos de que no hubiera un liderazgo, sino que fuéramos rotando en el colectivo de acuerdo a la temática y los posicionamientos de cada uno de los proyectos que se iban discutiendo para poner todos juntos el hombro.
—¿Cómo tomó las declaraciones de Lucía Topolansky sobre las presuntas declaraciones falsas en causas de derechos humanos, publicadas en el libro Los indomables? ¿Fueron inoportunos?
—Por supuesto, yo no los comparto. Reconozco en Lucía una referencia en muchísimos temas. En este tema en particular la verdad que no comparto, creo que sus dichos fueron inconvenientes. Mi sector sacó una declaración en ese sentido, y ya en el Congreso del año 2023 había ratificado que vamos a seguir trabajando y estamos comprometidos con algo que es clave, que es memoria, verdad y justicia para que estas situaciones no se repitan nunca más. Eso es lo que vamos a seguir reafirmando y eso es lo que en lo personal reafirmo.