—Cada empresa tiene su estrategia. Se amplía la torta porque hay nuevos trabajadores que antes no los hubiéramos podido afiliar. Hay que tratar de asesorarlos de la mejor forma posible. Si en los primeros 36 meses ninguna de las cuatro AFAP pudo afiliar a ese nuevo trabajador, después se va a hacer una asignación por comisión baja, que quedó un 50% menor que lo que estamos cobrando actualmente (por ese período).
—¿Estima que la cantidad de activos afiliados por oficio se va a mantener en el mismo nivel?
—Afiliamos unos 55.000 trabajadores al año y los oficios son aproximadamente 8.000. Con la ley anterior, los que tocaban el primer nivel se destinaban a la de comisión más baja e iban a República. No tengo un número para compartir sobre cuántos van a ser los nuevos oficios, pero considero que no va a ser un número bajo.
—Que haya más potenciales clientes para captar, ¿significa que van a contratar más trabajadores o promotores?
—No. En la industria no hubo un aumento de la fuerza de venta por la reforma. Se ha mantenido estable. Y no está previsto (que aumente).
—¿Que se agrande la torta hace más atractivo el negocio para las AFAP?
—Por un lado se amplió la torta —porque hay trabajadores que no podíamos afiliar y ahora sí—, pero tiene una contracara. El informe inicial de la Comisión de Expertos sugería que la distribución del aporte personal iba a ser en un 7% para la AFAP y un 8% para el BPS o la entidad previsional. Durante la discusión política eso cambió y ahora es en un 5% para la AFAP. Eso impacta en los ingresos de las administradoras porque nosotros cobramos por aporte. Un 33% menos son menores ingresos.
—¿Y los nuevos trabajadores dan para compensar?
—Lo hemos discutido mucho en la industria y no llegamos a concluir si es positivo o negativo.
—¿Puede haber algún nuevo jugador?
—No estamos viendo un nuevo jugador. No es el escenario más probable.
—¿Y por el contrario? Además de este cambio en la distribución de los aportes, hubo ajustes en las licitaciones para las afiliaciones de oficio.
—Antes lo que pasaba era que la libre elección iba a darse al final. Nosotros pedimos que la libre elección sea en los primeros tres meses —en los que se puede afiliar a océano abierto— y después la asignación, que se iba a hacer en el momento cero. Eso fue lo que pudimos modificar.
—En ese momento Rodolfo Saldain —principal redactor de la reforma— dijo que había que ver si las administradoras estaban dispuestas a operar en el mercado con esas reglas.
—Sí, es un tema de mantener el equilibrio económico-financiero. No estamos viendo un escenario disruptivo. Me queda la duda sobre cuál va a ser el efecto neto de la reforma en los ingresos de las AFAP.
—¿Quedaron conformes con la reforma?
—Como dice el presidente, fue una reforma posible. La reforma ideal es de difícil concreción. Tenemos ciertos matices. Lo seguro es que había un consenso en que la sostenibilidad no era posible con las condiciones anteriores. Los números del censo ratifican el tema del envejecimiento de la población. Que se eleve la edad mínima no es algo que solo pase en Uruguay.
—¿Por dónde pasan esos matices?
—Uno de los puntos era sobre el menú de inversiones. Sobre todo, en tener formas más eficientes en el exterior. Había bastante consenso —en la Comisión de Expertos, la industria y el regulador— en que era algo bueno para los afiliados aumentar el menú de opciones. Temas políticos no lo hicieron posible este año, pero pensamos que más temprano que tarde eso debería materializarse porque el consenso es muy grande.
—¿Los márgenes de ganancia para las AFAP son buenos?
—Tenemos niveles de rentabilidad muy similares al sistema bancario y están en línea con sistemas individuales de otros países como Chile, México, Perú o Colombia.
—Hay una discusión histórica sobre el “lucro” de las AFAP. ¿Qué responde ante estos planteos?
—Es un tema ideológico. No tengo mucho para comentar.
—Es un tema ideológico, pero puede llevar a acciones que perjudiquen su negocio.
—Sí, pero no es una variable que esté a nuestro alcance. No tengo mucho para opinar.
—Saldain aseguró que las AFAP tuvieron “ganancias excesivas”, lo que atribuyó a que el mercado estuvo “permanentemente amenazado” y a la falta de un regulador. ¿Coincide con esta visión?
—Mi único comentario es que nosotros siempre cobramos comisiones de mercado.
—¿ Excesivas no es una palabra correcta?
—No. Siempre de mercado. Para que tenga una idea, actualmente lo que estamos cobrando es un 0,4% de los activos.
—¿Es baja la jubilación que pagan las AFAP? Es una crítica habitual. El exministro de Trabajo y Seguridad Social Ernesto Murro cuestionó que el promedio que pagan es $ 8.399, un monto que no cumple lo prometido.
—Nuestro deber fiduciario es administrar de forma profesional los ahorros para que nuestros afiliados tengan la mejor jubilación. Las performances de las administradoras de pensión en el mundo se miden por la rentabilidad que les pudieron ofrecer a sus afiliados. Si vemos la rentabilidad histórica de estos 27 años, está por encima del 6% —más cercano a 7%—, descontando la inflación. Me siento muy cómodo con el trabajo que hizo la industria en su conjunto de administrar de forma profesional estos casi US$ 22.000 millones.
—¿Pero está bien la interpretación de Murro?
—Es bastante sesgada. Hablar de promedios cuando no sabemos cuál fue la historia laboral de la persona… Es un número que no representa mucho. Hay que tomar en cuenta que en muchos casos un gran porcentaje del dinero va al BPS. No hay que olvidarse de que hay puntos de IVA que también son para compensar el déficit de la parte de reparto. No parecen ser justas esas comparaciones.
—De todas maneras, ya lleva 27 años el sistema y se puede hacer una evaluación más completa.
—Pero no tenés afiliados que hayan nacido con el sistema. Tenemos mixtos: con parte del sistema viejo y parte del nuevo.
—Otro comentario respecto a las AFAP es que los ahorros previsionales están invertidos en títulos del Estado, que es el que termina pagando la rentabilidad.
—Sí, en general se da una transición. En los primeros años es bastante restrictivo el menú de opciones en los que pueden invertir los fondos de pensión. A medida que va pasando el tiempo, se va mejorando y aumentan las opciones. Uruguay es un país muy gradualista y nos hemos tomado un poco más de tiempo para ese mayor menú. Pero hemos financiado el cambio de la matriz energética, la mejora en las carreteras, escuelas, centros deportivos e intendencias. Eso es un círculo virtuoso: se mejora la calidad de vida de los afiliados y se mejoran los retornos —porque son buenas inversiones para los afiliados—. El único deber que tenemos es brindar las mejores rentabilidades posibles a los afiliados. No tenemos como objetivo desarrollar el mercado de capitales; si se desarrolla, mucho mejor.
—Cuando miran hacia adelante, ¿tienen en cuenta que la existencia de las AFAP está en duda?
—Sí, tenemos el año que viene el plebiscito. El escenario base es que no va a salir, pero la ciudadanía dirá.
—¿En qué se basa?
—Sería un retroceso bastante importante para el país. Ya salieron referentes a hablar del tema.
—¿No ayudaría, como argumentan los promotores, a sanear el déficit del BPS?
—No, porque esto es pan para hoy y hambre para mañana. Claramente tendrían superávit por todos esos millones de dólares en el corto plazo, pero es una manta corta. Vos te tapás los pies o la cabeza.
—El BPS transfiere a las AFAP US$ 1.200 millones por año y su déficit es de US$ 600 millones. Así se solucionaría, según argumentan desde la ATSS (Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social).
—Es un análisis en el que no me quiero meter.
—¿Pero no es correcto?
—No es correcto.
—Si hago esa cuenta, los números cierran.
—Sí, pero (es como comparar) peras con manzanas porque es ver el corto plazo y no toda la película. Acá lo que hay que hacer son estudios actuariales y no de la foto.
—Siempre se habla de la seguridad jurídica de Uruguay…
—Sí, por eso comentaba que sería un retroceso en lo que ha sido una de las grandes fortalezas del Uruguay: el respeto a la seguridad jurídica.
—¿Pero este no es un tema al planificar, por ejemplo, el próximo quinquenio?
—Obviamente es algo que tenemos en cuenta. Es un evento que podemos definir como de baja probabilidad, pero con alto impacto. Si se da, sería un impacto altísimo pero no solo para las administradoras sino más bien para el país.
—En las bases programáticas del Frente Amplio se propone que haya un pilar solidario, otro de reparto intergeneracional y otro de ahorro no lucrativo. ¿Con esto queda amenazada la existencia de las AFAP privadas?
—Sí. No tengo comentarios.
—¿Es un tema menor?
—No, no. Siempre supimos que algún sector no está de acuerdo con nuestra existencia, pero no es algo nuevo. El sistema político ha entendido que el sistema mixto complementario entre reparto y ahorro individual es el adecuado.