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    Álvaro Villar: entre el “apoyo manifiesto” a su gestión y la posibilidad de sumarios

    “Hemos destituido a varios funcionarios en dos años y medio; haciendo esto no se gana amigos, pero si no se es capaz de tomar estas decisiones, no se puede estar en este lugar”, asegura director del hospital universitario

    El director del Hospital de Clínicas (HC), Álvaro Villar, enumera cifras. Habla de 350.000 usuarios de esa mole de 110.000 metros cuadrados y 22 pisos que dirige desde principios de 2021, de las 5.000 cirugías anuales que realizan y las 53 especialidades que atienden. Habla de las mejoras en atención en lo que lleva de gestión y del futuro. Está contento por las buenas noticias que le llegan del Parlamento: 250 millones de pesos anuales en partidas obtenidas en la Rendición de Cuentas para la atención de la salud mental y para empezar a reconstruir el hospital universitario con miras a 2030. En su oficina hay un pizarrón con obras planificadas desde 2024 a 2028. Y tampoco oculta, y lo resalta como para que eso sea oído, que eso fue votado por todos los partidos políticos.

    Pero no todo es orgullo. Villar enfrenta la posibilidad de ser sumariado tanto por la Universidad de la República (Udelar), de la que depende el HC, como por la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). En agosto de 2020, ASSE presentó en Fiscalía una denuncia penal por “irregularidades de apariencia delictiva” detectadas en auditorías realizadas al Hospital Maciel, el que él dirigió entre 2012 y 2019. A esa denuncia se le agregó el mes pasado una investigación administrativa sobre un préstamo de $ 5.000.000 que el Maciel pidió a la Comisión de Apoyo de ese hospital en 2018, cuyo destino actual dirección desconoce. Villar, que recuerda que con su gestión ese hospital pasó de ser el de los “enfermeros asesinos” al de la “Actitud Maciel”, enumera más cifras, escritas a mano, respaldadas —asegura— en actas, para detallar el destino de ese dinero, traducido —asegura también— en obras.

    La suspensión en agosto a un catedrático grado 5 de la Udelar movilizó a un montón de médicos entre quienes Villar no genera ninguna simpatía. Hasta sus mayores detractores reconocen que es un “hacedor”, pero afirman que tiene una modalidad de gestión “autoritaria”, término incluido en un informe jurídico realizado a pedido de la Udelar por Carlos Delpiazzo, profesor emérito de Derecho Administrativo. Ese informe avala la realización de un sumario contra él por una denuncia por acoso laboral que en 2021 presentó la exdirectora técnica del HC, Marina Stoll. Villar defiende todas las resoluciones que tomó (“no se gana amigos tomando las decisiones necesarias”, dice) y rechaza irregularidad alguna. Y agrega, también para que lo escuchen todos, que su gestión en el Clínicas tiene un “apoyo manifiesto” por parte de senadores y diputados de “todas las bancadas”, las que “no creen” que haya habido ilícitos en su gestión en el Maciel.

    Entre el Maciel y el Clínicas, Villar se postuló como candidato a la Intendencia de Montevideo por el Frente Amplio para las elecciones de 2020. El neurocirujano deja entrever que aquí puede estar parte de la clave de la ofensiva en su contra y a la que dice no encontrarle explicación. A continuación, un resumen de su entrevista con Búsqueda.

    —Antes de asumir, dijo que quería una atención “rápida y humana” en el Clínicas y que la gente viniera aquí porque lo elige y no porque “no tiene más remedio”, ¿eso en qué está?

    —Se redujeron los tiempos de espera en los pacientes graves. Pasamos de más de una hora en los ACV (accidentes cerebro-vasculares) a 22 minutos. En el cáncer de mama se armó un programa y desde la biopsia hasta el resultado de la anatomía patológica pasan seis días; antes eran tres meses. Para las cirugías de cáncer de mama pasamos de cinco o seis meses a tres semanas. Hoy estamos haciendo el mismo proyecto de próstata. Lo de la gente es difícil de contestar, pero se disparó la asistencia a la policlínica: atendemos a 3.000 personas más por mes que antes, tuvimos que establecer un sistema de atención telefónica y una línea de WhatsApp para la demanda.

    —Recientemente se acordó en el Parlamento una partida para el Clínicas de cien millones de pesos más para salud mental, no previsto en el proyecto original, y otra de 150 millones de pesos con miras al nuevo HC para 2030. ¿Está conforme?

    —Conforme nunca, menos en la salud; pero sí estoy muy contento por más de una razón. Primero: se demostró que el Clínicas es una política de Estado, ambas partidas fueron votadas por todos los partidos. Luego: quedó claro que el Clínicas tiene que ser parte de todos los proyectos de salud. Cuando se habló de vacunar contra el Covid, al principio el Clínicas no estaba; el HC levantó la mano, quiso apoyar, se nos incluyó y se convirtió en el vacunatorio hospitalario más grande: 592.000 personas. Tan sorprendido quedó todo el mundo con la atención que el Ministerio de Salud Pública (MSP) nos eligió para vacunar a las embarazadas y a las delegaciones extranjeras residentes en el país. ¿Se podía hacer un plan de salud mental en el país sin incluir al Clínicas? No.

    —¿Y por qué no estaba? Usted se molestó.

    —Prefiero ver lo bueno. El Clínicas no tiene que llorar, pero tampoco pedir permiso para integrarse al sistema. Tiene que lograr que sea imposible que no lo integren.

    —¿Y cómo se metió? ¿Tocó puertas en el MSP, en ASSE, en Presidencia?

    —En todos lados. También fue la Facultad de Ciencias Sociales y la de Psicología, con quienes integramos el grupo interdisciplinario que estudia el suicidio. La catedrática de Psiquiatría, Vanesa Ems, hizo un trabajo realmente maravilloso yendo a hablar con todas las bancadas y expresar lo que pretendemos. Con esta partida, que es anual, ahora podemos hacer una sala de ocho camas, un hospital de 24 horas y remodelar la emergencia. Ya empezamos la licitación. Para lo otro, el nuevo Clínicas, los 150 millones de pesos también son anuales. Eso es muy bueno para que comience a construirse en 2024, aunque es necesario que el próximo gobierno piense en aportar US$ 60.000.000 adicionales en su plan quinquenal. Ya había un presupuesto para obras de unos tres millones de dólares al año. En total se van a requerir US$ 106.000.000. Tenemos que invitar a todos los candidatos a la presidencia a que conozcan el proyecto. Ya tenemos todo el calendario (se para y muestra el esquema en un pizarrón), obra por obra, hasta 2028. Para construir cada una de las nuevas estructuras hay que liberar alas; la remodelación va a ser en un hospital en funcionamiento. Sería todo un mensaje que se festeje el bicentenario de la Constitución, en 2030, con un nuevo HC, que es algo que dijo el presidente (Luis Lacalle Pou) y nosotros tomamos.

    —Cuando la Udelar aprobó este proyecto, el Consejo Directivo Central tuvo palabras elogiosas de su gestión. Lo mismo hicieron actores políticos. Sin embargo, varios colegas lo tienen en la mira. Le han señalado un modo de gestión autoritario.

    —Yo no puedo saber qué se opina de mi trabajo. Si me tengo que guiar por comentarios de algunas personas, hay médicos que han expresado eso, como (el excandidato a la presidencia del Sindicato Médico Rodrigo) Perna, con quien he tenido una relación cordial; incluso en la Dirección del HC hay un médico de su agrupación, Luciano Ramírez, que no opina lo mismo... En la vida uno tiene que saber qué tiene que hacer y yo tengo muy claro que trabajo para los pacientes; como director, debo ser el máximo defensor de los pacientes.

    —¿Y hay quien no piensa en los pacientes?

    —La mayoría de la gente trabaja sin que uno los haga trabajar. Pero hay personas que no cumplen su responsabilidad. En un hospital todos sabemos lo que tenemos que hacer; y si todos hiciéramos lo que corresponde, andaría espectacular. Acá trabajan 4.000 personas. El papel de un director implica lograr que todos hagan lo que deben y eso requiere estar arriba de las cosas, recorrer el hospital y conocer sus problemas de primera mano. Yo te diría que el 90% del trabajo de un director es resolver problemas de relacionamiento.

    —Que es algo que señalan como una carencia suya.

    —Puede ser (sonrisa amarga).

    —Desde 2020 usted fue señalado y demandado por distintas situaciones. Del Maciel se conocen los casos de la cirujana Mariana Carbón; de la jefa de Presupuesto de Sueldos, Lucía Ogeda; de otras funcionarias administrativas. Acá en el Clínicas, la exdirectora técnica Marina Stoll lo denunció por acoso laboral, en un caso en el que tanto la Unidad Central de Violencia, Acoso y Discriminación (Ucvad) de la Udelar como un informe externo del Estudio Delpiazzo avalaron la idea de hacerle un sumario a usted. La suspensión a Ariel Durán como catedrático grado 5 de Cardiología, por una ausencia a la guardia del IMAE cardiológico de Tacuarembó, generó una gran molestia...

    (Interrumpe) No estoy de acuerdo con eso. Algunas personas, que vinieron a hablar conmigo, estuvieron en desacuerdo, pero la mayoría estuvo absolutamente de acuerdo. Es muy importante en el hospital dejar en claro que no hay gente con privilegios. Que así como yo puedo ser juzgado, y hay comisiones donde se ha quejado la gente que tú mencionás, cualquier persona a cargo de un hospital tiene que tomar decisiones sin miedo para su mejor funcionamiento. Nosotros consideramos que si un profesor grado 5 de la universidad hace algo incorrecto, tenemos que hacer lo correcto: una investigación y un sumario. Si alguien del sector laboral más humilde del Clínicas también comete un error, hacemos lo mismo; hemos destituido a varios funcionarios en dos años y medio; haciendo esto no se gana amigos, pero si no se es capaz de tomar estas decisiones, no se puede estar en este lugar. Y si se toman con funcionarios cuya situación económica es muy precaria, se debe hacer lo mismo con un profesor con una realidad muy distinta. En este hospital son todos iguales. Por supuesto que hay gente que se ha molestado, hay gente que piensa que hay privilegios que deben tomarse en cuenta. Hubo gente que se sentó ahí donde estás vos para decirme que no debía hacer eso con un profesor de la facultad... Pero así no funcionan las organizaciones humanas.

    ¿No se arrepiente de ninguna decisión que tomó?

    —De ninguna. Además, no las tomé solo, fue un equipo. Y fueron las correctas. En el caso de Stoll, no cometimos ninguna clase de abuso. Ella se queja de dos cuestiones muy puntuales: una frase que yo nunca le dije y que al volver de una licencia prolongada se encontró con una persona sentada en su escritorio. Nosotros no le sacamos las cosas ni la retiramos de su lugar. El doctor Delpiazzo elaboró un informe sin haber venido jamás al hospital ni buscar la palabra de la dirección.

    —¿Y la Ucvad?

    —Esta hizo en medio de la pandemia una investigación muy parcial, como recién se está reconociendo ahora. Lo está evaluando Jurídica de la Udelar. No tuvimos la oportunidad de dar nuestra palabra, no se cumplió la ordenanza sobre estos casos. Además, se plantea un sumario al equipo de dirección, no a mí.

    —Usted es la cabeza.

    —Pero es distinto que se cuestione la decisión de un equipo a una persona en particular. Cuando eso se personaliza, da lugar a pensar en problemas de relacionamiento o una particular forma de dirigir. Igual con el caso de Durán: nosotros hicimos una investigación, se envió la información al Consejo de Facultad y fue la facultad la que decidió la sanción.

    —Pero la Dirección del HC ya había resuelto sancionar a Durán, lo que fue frenado por el Consejo de Facultad, más allá de que luego la haya ratificado.

    —El Consejo de Facultad consideró que era mejor que el sumario lo hicieron ellos, como una forma de despersonalizarlo.

    —Más allá de eso, lo cierto es que así como la Udelar espera un informe jurídico para saber si le hace un sumario o no, ASSE también está investigando. A las denuncias penales sobre hechos ocurridos durante su gestión en el Maciel, se le sumó este préstamo de $ 5.000.000 pedido a la Comisión de Apoyo de ese hospital (CAHM) en 2018. ASSE también evalúa hacerle un sumario. ¿Qué puede decir al respecto?

    —El trabajo que hicimos durante ocho años en el Maciel transformó al hospital. Se hizo a nuevo el block quirúrgico sin suspender una cirugía, coordinando con seis hospitales públicos, saliendo todas las mañanas a operar con el equipo del Maciel. Fue el único hospital de ASSE que no tuvo déficit en 2018, 2019 y 2020. Fuimos el hospital con menos observaciones del Tribunal de Cuentas (TCR). Incorporamos nuevos servicios, un ebus, un angiógrafo, hicimos el mejor CTI del país, con 30 camas, vista a la calle y lugar para el acompañante...

    —Bien, ¿y las denuncias?

    —Hay una sola denuncia de irregularidades: la contratación de los arquitectos Emiliano y Líber Martínez. Son los mejores arquitectos de ASSE, los que más obra han construido para el sector público y las personas más vilipendiadas por la prensa, sin cuidado alguno. Nunca pagamos un solo proyecto arquitectónico de forma privada en el hospital.

    —Las denuncias dicen otra cosa.

    —La CAHM funciona dentro del derecho privado. Por eso decía que cuando se solicitaron esos cinco millones no fue para la dirección, sino para la comisión de obras. Nunca quedó ese dinero fuera de una comisión de derecho privado.

    —Un acta de esa comisión, el 2 de octubre de 2018, habla de un préstamo reintegrable pedido por la dirección para la ampliación del CTI.

    —Hay algo que me enseñó (el director del Hospital de Tacuarembó) Ciro Ferreira: jamás firmes algo que no tenga la firma también de tu gerente financiero. No hay movimiento financiero que haya firmado en el Maciel que no tenga la firma del contador Álvaro Núñez, que es el mismo que está hoy. La Comisión de Apoyo existe para apoyar al Maciel en todo lo que el Maciel solicite; si bien le planteamos la intención de devolver el dinero, el hospital perfectamente podía usarlo para obras y no devolverlo, porque se trata de una comisión de apoyo. Pero ese mismo día, ese dinero entró a la comisión de obras y se destinó de esta manera (muestra un papel con fechas y cifras escritas a mano): el 9 de octubre se pagó 3.092.270 a Basiney, la empresa que estaba construyendo el CTI, el 19 se le pagó 1.000.000 a (la empresa) Franco Mezzeta por la obra del centro de imagen, el 5 de diciembre otros 176.900 al estudio del ingeniero (Marcelo) Sassón para un estudio estructural por el techo donde iba a estar el angiógrafo, de cuatro toneladas, también se le pagó desde el 20 de noviembre 233.356, 125.800 y 386.191 pesos a (la empresa) JV para demoler cuatro padrones donados a ASSE que daban a (la calle) Lindolfo Cuestas. Este es el detalle de lo que pasó con los cinco millones: no hay un peso que haya quedado en la nada.

    —Usted me está mostrando un papel escrito a mano. ¿Esto figura en actas?

    —Sí, está en actas. Yo llamé a la dirección actual del Maciel, con la que tengo una buena relación, para preguntar si tenían constancia de esto y la tienen. Tienen la rendición de cuentas anual donde figura el préstamo, en qué se destinó. Lo que tiene el Maciel es copia de las rendiciones. Las rendiciones originales, firmadas por mí, están en ASSE. También está en actas la propuesta de devolver el préstamo a través de los recuperos (servicios vendidos a pacientes mutuales). Acá (muestra una planilla con totales facturados y cobrados por 4.453.705 pesos entre julio de 2019 y abril de 2020) hay cuatro millones que son una parte, pero en total se ingresaron 9.000.000 por este concepto. Cuando me fui del hospital, la Comisión de Apoyo tenía un superávit de 40 millones de pesos, algo que nunca había pasado en la historia.

    —Habló de ASSE, ¿lo llamó Jurídica o la División de Sumarios e Investigaciones?

    —No recibí ninguna citación. Hablamos de un hospital que —insisto— en ocho años tuvo la menor cantidad de observaciones del TCR, que es la estructura que tiene el Estado para garantizar lo que hacen los jerarcas.

    —¿Entonces a qué atribuye todo este caudal de denuncias?

    —Resulta que el director (del Maciel) se presenta a las elecciones para la Intendencia de Montevideo en 2020. Mi objetivo no era meterme a la política; eso queda claro porque no seguí. Yo soy un gestor y quería gestionar Montevideo. No lo logré y me retiré. Bueno, resulta que ASSE mandó seis auditorías de un saque solo contra el Maciel y puso una denuncia penal en Fiscalía donde no hubo novedades hasta hoy. Lo que ha salido desde entonces son “reediciones”, la causa no avanzó en nada. Lo del arquitecto Martínez fue una canallada, su sumario no prosperó y nadie salió a decir que era inocente. En el caso de Carbón, ASSE investigó y vio que ella no había hecho ninguna denuncia. En el caso de Ogeda, ASSE me dio la razón a mí. Y así el resto de los casos. Se siguen citando estos casos como si estuvieran abiertos cada vez que quieren hablar algo de mí.

    —¿Todo esto es por un tema político partidario?

    —Yo quiero ser bien honesto: no logro entender qué se busca. Porque, además, hay un apoyo manifiesto, verbal, a la gestión que hacemos en el Clínicas por parte de senadores y diputados de todas (resalta la palabra) las bancadas. No voy a decir nombres porque parece que juntara figuritas, pero si ellas pensaran que algo de esto fuera verdad, yo no tendría estos apoyos. Y son apoyos manifiestos. Yo puedo llamar a cualquier persona, en cualquier cargo ejecutivo, para lograr cosas para el Clínicas. Sé que en ningún sector creen que haya habido ilícitos en el Maciel. Ninguna denuncia prosperó en la Justicia.

    —¿Está enojado?

    —No sé si la palabra es enojo. Sí me produce mucho dolor. Y tengo que hacer continuamente un ejercicio mental para recordar por qué estoy acá: yo no estoy para dejar contento a nadie, yo estoy por los pacientes. Pero tengo que cuidar el honor y el respeto por lo que hago. Si hubiera una explicación lo entendería, pero no las hay para mantener denuncias absolutamente infundadas... En el Estado uruguayo se puede construir; es difícil, porque todo va a ser juzgado, revisado, pero todo se puede construir. Yo asumí en el Maciel porque nadie quería agarrar. ¿Se lo podía levantar luego de los “enfermeros asesinos”. ¡El Maciel era una bomba! ¡Bajaron del ómnibus a una doctora porque tenía el uniforme del Maciel! ¡Tuvimos un motín en la puerta de emergencia porque una familia se negaba a que internáramos a su madre! ¡Así lo tomamos y de ahí lo llevamos a la “Actitud Maciel”, demostrando que se podía! Todos los meses se enviaban hasta 20 pacientes a CTI privados y nosotros, por meses, no enviábamos ni uno. Todo esto en equipo, porque si tengo alguna virtud es armar equipos. Para cambiar un lugar hacen falta cinco o seis años. En el Maciel solo había que dejar el equipo de trabajo y luego volvió a una situación crítica. Tengo esperanza de que la actual dirección (que asumió en marzo) lo revierta.

    • Recuadro de la entrevista

    El “compromiso real” de Villar con el Clínicas y el “lindo desafío” de presidir ASSE