La incorporación de la ganadería en forma explícita a la investigación en arroz “es un cambio muy importante que ha hecho el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en los últimos años”, destacó el director interino del programa Arroz-Ganadería, Álvaro Roel. Al integrar el enfoque de la investigación no solamente a través de un cultivo sino “teniendo en cuenta la plataforma de trabajo, la realidad, el campo, donde el arroz está integrado dentro de un sistema con pasturas y a la producción animal”, comentó.
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Agregó que esto hoy se hace más evidente en el propio abordaje de los trabajos, y en la resolución de los problemas para los que se integran también técnicos de las áreas de pastura y de producción animal.
“A veces la gente nota este cambio y piensa que es algo nuevo, pero todo lo contrario, es lo que nos ha diferenciado a nivel mundial. El arroz rota con la ganadería y con las pasturas y viene integrado con los animales. Entendemos que ese es el atributo central y parte de la razón por la que no solamente alcanzamos altas productividades en términos comparativos, a nivel internacional, sino con un bajo uso de recursos. Esto es por esa rotación de cultivos y de los animales”, afirmó.
Tal es la importancia de esa interacción, que hay otros países donde se está volviendo atrás, tratando de complejizar de nuevo los sistemas, que dejaron de ser solamente de agricultura para tratar de integrar las pasturas y los animales, resaltó el investigador.
Productividad
Roel comentó que en Uruguay “hay una necesidad de intensificación de los sistemas, por el propio valor de la tierra, que hace que se le exija capitalizarla de forma contundente”.
A propósito, señaló que “hoy tenemos planteos de ir alterando esa rotación de cuatro años de arroz y cuatro años de pasturas, por sistemas más intensos”. Enfatizó que “tenemos una enorme oportunidad de seguir mejorando en la parte de producción animal, donde si bien los registros alcanzan valores promedios, entendemos que bajo un mejor uso de las pasturas podemos dar un salto cualitativo que hoy lo está exigiendo la realidad. Es fundamental para poder mantener este esquema y no irnos al monocultivo, o solamente a la agricultura”.
En la plataforma de trabajo de INIA las unidades de producción Arroz-Ganadería “miden todas las variables para poder cuantificar las mejoras, en busca de lograr mayor rentabilidad”, indicó.
“El camino que no queremos recorrer es que ese aumento de la productividad sea solo a base de dependencia de mayores insumos. Debemos mantener el equilibrio. Tener un esquema productivo de bajo uso de insumos tiene ese beneficio”, subrayó.
Además, indicó que “Uruguay está en los niveles más altos en la relación de niveles de productividad versus indicadores ambientales como la cantidad de nitrógeno que utilizamos, agroquímicos, las emisiones de metano”. Por eso, dijo que se entiende que dadas las características del sector y la información de alta calidad registrada, “es muy importante impulsar algunos sistemas de certificación que nos permitan que seamos conocidos por lo que estamos haciendo. Nuestro objetivo central es ir generando esos indicadores y evaluarlos a nivel internacional”.
Roel dijo que se reconoce la complejidad que tiene el proceso de establecer esos sistemas de certificación, desde los fondos de carbono, hasta una visión más amplia de certificación, integrando una serie de factores. “Hay que ir implementando el proceso con sus complejidades, y esto evidentemente necesita de nuestro trabajo enérgico además de inversión”, afirmó.
También planteó que se debe evaluar si hacer todo ese trabajo permite llegar con el incentivo necesario para incorporar al productor al proceso. “Atrás de las certificaciones se necesita mucha información de calidad, que esté bien registrada, y que pueda ser auditada, y eso implica muchos costos. Tenemos que estudiar si el costo es menor que el beneficio del impacto que pueda tener el hecho de transitar por estas cuestiones de la certificación”, advirtió.
Además, dijo que se debe determinar si esa certificación permitirá a Uruguay ingresar en nuevos mercados, o seguir entrando a los mismos.
El director interino del programa Arroz-Ganadería de INIA anunció que “estamos muy cerca de poder impulsar un plan piloto que permita demostrar que los beneficios serán mucho mayores que los costos. Esa es la visión de trabajo de más corto plazo, enfatizando en la generación de los indicadores”.
Mejoramiento genético
El investigador resaltó la importancia del mejoramiento genético, que incluyó la adopción del material INIA Merin, lanzado en 2015, que “ha tenido un impacto muy importante en la productividad”.
Ese mejoramiento genético “es la defensa cuando vienen las épocas malas, tanto de precios de arroz, como de costos”, resaltó Roel. “Hoy hay una serie de esfuerzos para poder complementar ese material que es tan bueno, con otros de ciclos más cortos. Pero también se está empezando a trabajar, y este es otro aspecto oculto de este agregado de valor, con exploraciones de otros tipos de grano, más largo o de mayor peso, que ya tienen la condición de nicho”, informó.
Puntualizó que “no es que vayamos a exportar todo un barco, pero hay algunos mercados que los pueden pagar hasta dos o tres veces más que las variedades más comunes que sembramos”. Por lo tanto, INIA está analizando varias propuestas y alternativas, que tendrán que ser validadas por el sector.
Programa Arroz-Ganadería
El programa Arroz-Ganadería de INIA está integrando por un equipo de investigadores “altamente competitivo, enfocado y consustanciado con la mejora y el progreso del sector”, destacó Roel.
“Nos consideramos una parte integrante del sector, teniendo muy claro cuáles son nuestros aportes para los productores y para la industria, alineados con la visión del gobierno, del Estado y de la investigación”, afirmó.
Agregó que esta es una de las cadenas “más integradas”, donde “hay un ida y vuelta de necesidades, desafíos y oportunidades, donde la información fluye en forma continua”. “Somos conscientes del aporte vinculado con la investigación, y reconocemos que el que se juega el bolsillo es el productor”, dijo.
Por eso, una de las líneas rectoras del trabajo de investigación de INIA ha estado siempre vinculado con la productividad, con un fuerte trabajo a través del mejoramiento genético, que también “es bastante diferente al resto de las cadenas”, porque gran parte del área sembrada es con cultivares de INIA, en un contexto de sostenibilidad, señaló.
A nivel interno, “el trabajo permanente de INIA es determinar cómo seguir consolidando y sumar investigadores de la índole que tenemos hoy”, dijo Roel.
Agregó que ese “es otro factor al que nos dedicamos con mucha energía”, porque “la investigación la hacen las personas con su materia gris, y tenemos la suerte de tener un equipo de investigadores de excelencia”.