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El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, tenía motivos suficientes para emprender el viaje de regreso desde Estados Unidos a Uruguay con el espíritu bien elevado.
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El miércoles 14, un día después del encuentro fuera de agenda con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, la delegación uruguaya en Norteamérica, encabezada por el mandatario y secundada por el canciller Francisco Bustillo y el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, estaba exultante. Un clima que se replicaba en la Torre Ejecutiva, desde donde salían las principales repercusiones sobre la “extensa y profunda” reunión conseguida a último momento tras distintas gestiones diplomáticas que desembocaron en el Salón Oval de la Casa Blanca.
En el gobierno celebraron lo auspicioso de los anuncios en conjunto y la señal de apertura comercial de Estados Unidos hacia Uruguay. Fuentes políticas remarcaron en diálogo con Búsqueda lo significativo del diálogo entre Lacalle Pou, que había demostrado acercamiento con el republicano expresidente Donald Trump y que lo retoma ahora con el demócrata Biden. Se bajaron barreras ideológicas y se encaminó la posibilidad de un acuerdo enmarcado además con un proyecto de ley bipartidario que incluye un alivio arancelario comercial y la facilitación de movimiento de personas entre los dos países.
Lacalle Pou volvió a Uruguay el jueves 15. En ese día estaba previsto el acto reparatorio del Estado por el asesinato de Diana Maidanik, Silvia Reyes y Laura Raggio - conocidas como las “Muchachas de abril”- y las desapariciones de Óscar Tassino y Luis Eduardo González. El evento, en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, estaba precedido por la polémica. Los familiares de las víctimas habían reclamado la presencia de Lacalle Pou, incluso con la posibilidad de atrasar o adelantar la fecha del acto para hacerla coincidir con la agenda presidencial. Pero desde la Torre Ejecutiva se mantuvieron firmes en la idea de que el encuentro sea encabezado por la vicepresidenta Beatriz Argimón. Lacalle Pou llegó con tiempo suficiente para estar a la noche en el Palacio Legislativo. Pero no estuvo. Durante la jornada asistió a la inauguración de un polo logístico en Ciudad del Plata. Y a la hora del acto se reunió en su despacho con el exministro de Ambiente, Adrián Peña, para intercambiar sobre la crisis hídrica que atraviesa el país.
El viernes 16 amaneció con los cuestionamientos de las organizaciones sociales y la oposición política a la ausencia de Lacalle Pou en el evento reparatorio. Se hizo hincapié en los abucheos que subrayaron su falta con aviso en el Palacio Legislativo. Y en ese mismo día, el presidente sorprendió con una conferencia de prensa para anunciar la idea de transformar un águila nazi del acorazado Graf Spee, rescatada de las profundidades del Río de la Plata en 2006, en una paloma que simbolizara la paz. Con el encargado de la obra, el escultor Pablo Atchugarry, a su lado, dijo que buscaba “transformar un símbolo de violencia y guerra en un símbolo de paz y unión”.
Para buena parte de la oposición, aturdida por la noticia, fue inevitable atar este anuncio con su ausencia en el Salón de los Pasos Perdidos el día anterior. Y a varios actores oficialistas les fue difícil defender en público la idea del presidente. Lacalle Pou se “compró un problema”, coincidieron distintas fuentes del gobierno consultadas por Búsqueda. Durante el fin de semana soportó críticas de propios y extraños. El líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, socio de la coalición, anunció que presentaría un proyecto de ley para evitar la medida.
El domingo 18, tras escuchar a la “abrumadora mayoría en contra” de su idea, desistió del plan original. La “marcha atrás” del presidente fue valorada por su militancia, que rescató la apertura del mandatario para escuchar a la ciudadanía, pero dejó preguntas en analistas políticos. La politóloga Mariana Pomiés dijo en En Perspectiva que no entendió “el momento” del anuncio. “El país está con otros problemas y no está pendiente de estas cosas. No tenemos agua para tomar, la gente está preocupada en saber qué hacemos con el agua”.
“No era el momento, no era el tema. Terrible”, afirmó. “La preocupación va por otro lado. Hasta parece una banalidad dentro de las preocupaciones de la vida cotidiana”, agregó.
Su colega, Daniel Chasquetti, evaluó que hubo “varios errores sucesivos” en la agenda del presidente. Anotó que “podría haberle sacado jugo” a su logro diplomático en Estados Unidos y que “su sola presencia” en el acto de las “Muchachas de abril” le hubiese “evitado muchísimas críticas”.
“Lo del águila y la paloma es un evento inexplicable”, cerró.
Estable
La opinión de los uruguayos sobre el desempeño de Lacalle Pou como presidente se mantiene estable, según una última encuesta de la consultora Equipos. El mandatario mantiene un saldo positivo de 11 puntos, igual que las mediciones anteriores.
El 45% de los uruguayos manifestaron que aprueban su gestión y 34% la desaprueba.
