“Lo peor de todo es la incertidumbre, hay aspectos que no están claros, hay confusión; si bien la medida afecta a muchos países, hay que moverse rápido para negociar mejores condiciones”, señaló el ejecutivo. Dio esa visión, incluso, antes de las últimas novedades.
A su juicio, por más que Uruguay pueda “quedar con alguna mejora relativa (en algunos rubros), esta situación lleva a una inamovilidad” en las decisiones tanto de comercio como de inversiones. Consideró que abril y mayo van a ser meses “muy complicados para el cierre de operaciones”.
La reacción inmediata de algunos exportadores uruguayos fue la de contactar a los clientes para confirmar y hablar sobre las condiciones acordadas en sus negocios, dado el nuevo escenario, dijeron las fuentes consultadas. También hubo consultas a las autoridades para analizar las derivaciones que la guerra comercial puede tener en las cadenas globales de exportación, la demanda, los precios internacionales y en qué situación queda Uruguay en comparación con sus competidores.
El ministro de Economía, Gabriel Oddone, señaló que la carne vacuna, la celulosa, los cítricos y la madera son los rubros más expuestos al aumento de aranceles de EE.UU., pero también mencionó “oportunidades” en términos relativos, porque algunos terceros países competidores de la oferta uruguaya entrarían a ese mercado con un arancel mayor.
Enseguida de los anuncios de Trump, Oddone se reunió con la embajadora estadounidense en Uruguay, Heide Fulton, y a fin de este mes dijo que viajará a Washington —para participar en la asamblea semestral del Fondo Monetario Internacional— y que procurará una reunión con el Departamento de Comercio.
“Lo que hemos acordado a nivel del Poder Ejecutivo es que las eventuales conversaciones que tengamos las vamos a tener de manera bilateral, una vez que el gobierno de Estados Unidos pueda hacerlo”, dijo el ministro el martes 8 en rueda de prensa.
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Javier Calvelo / adhocFOTOS
El mercado y la pausa
En todo el 2024, Uruguay realizó exportaciones de bienes a EE.UU. por US$ 1.192 millones, un incremento de 37% frente al año anterior que ubicó a ese destino como el cuarto en importancia. Las colocaciones de carne bovina aumentaron 70%, las de celulosa se duplicaron y las de subproductos cárnicos disminuyeron 23%. En el caso de los cítricos, las ventas también bajaron (7%), según datos del Instituto Uruguay XXI.
En enero-marzo pasado, en tanto, los envíos tramitados fueron por US$ 392 millones, un 66% más que en igual trimestre de 2023. EE. UU. fue el cuarto mercado, con 14% de las exportaciones totales. Los rubros principales fueron la carne bovina, la celulosa, los subproductos cárnicos, la madera y el concentrado de bebidas, aunque también se destacaron las ventas de miel, lácteos y de aparatos e instrumentos médicos.
En el sector cárnico, algunos exportadores dijeron que las operaciones nuevas están “en pausa”.
El director de los frigoríficos San Jacinto y Pando, Eduardo Urgal, afirmó que no se están concretando nuevos negocios o contratos de exportación porque se está a la espera que se “reorganice el mercado” tras los anuncios de Trump. Explicó que se prevé que el incremento de aranceles “lo pague el consumidor, lo cual no es buena noticia”, porque eso termina erosionando el consumo en el mediano plazo.
En el caso de las industrias que dirige Urgal que colocan carne con destino a picar —que los estadounidenses consumen en hamburguesas, principalmente—, los contratos de exportación se están “renegociando”, en algunos casos, en busca de un “acuerdo razonable, donde el escenario más común es repartir el gasto adicional”, por ejemplo, pagando cada parte cinco puntos de los 10 del arancel adicional establecido. Pero también hubo cancelaciones de negocios, reconoció, si bien “son las menos”.
A su vez, también se confirmaron las condiciones de algunos negocios ya acordados “honrando lo que estaba previsto”.
El empresario dijo a Búsqueda, antes de la “pausa” anunciada ayer por Trump, que no hay ninguna duda de que la cuota de 20.000 toneladas en carne vacuna con arancel cero para exportar a EE.UU. pasa a tener un 10% de recargo y que lo que ingrese por fuera de la cuota que pagaba 26%, tributaría un 36%.
“Lo que más me preocupa no es tener que pagar 10% más de arancel, sino el efecto que la guerra comercial pueda tener en la economía americana” y su consecuente impacto en el nivel de actividad general, y en particular de Uruguay, señaló Urgal. Recordó cómo terminó afectando la crisis inmobiliaria del 2008.
En la cadena cárnica, el ejecutivo dijo que hay que revisar las expectativas alcistas en materia del comercio exterior y señaló como una amenaza que las colocaciones de ganado en pie están en cifras históricamente altas: “Espero que no crezca, porque el solo hecho de que se mantengan en los niveles actuales es equivalente a la producción de dos plantas frigoríficas líderes en Uruguay”.
Hay un “marco de incertidumbre” y “es prematuro todo. Las condiciones se van hablando cliente a cliente, que también están afectados. Hay que esperar”, dijo Marcelo Secco, ejecutivo principal del grupo frigorífico Marfrig.
Otros rubros
En tanto, en el negocio de la miel, que paga 17% de arancel, un incremento de 10 puntos “es una fortuna” y genera un “impacto bien grande”, dijo a Búsqueda Alejandro Evia, director de Nectarbee, el principal exportador de miel al mercado estadounidense, según datos de Uruguay XXI.
Desde Uruguay se exportan unas 10.000 toneladas anuales de miel —de las cuales Nectarbee coloca en torno al 60% del total— y EE. UU. es el destino por excelencia (95%).
El anuncio de Trump generó un “revuelo impresionante” y llega en plena zafra de otoño, explicó Evia, y hay “incertidumbre con la evolución de los negocios, como pasó en la época de la pandemia”.
En el caso de Nectarbee, dijo que hay negocios cerrados que “se respetan a muerte”, pero explicó que se está a la espera de otras resoluciones de EE.UU. que incidirán en el nivel y los precios de las colocaciones a futuro.
En los próximos días, EE.UU. decidirá si mantiene o reduce los recargos por dumping que aplica a varios competidores de Uruguay desde hace dos años. Actualmente, el arancel que paga la miel argentina es de 58%, por ejemplo. Si finalmente ese nivel de recargo se levanta y pasa a aplicarse el 10% de arancel, la miel de ese origen quedará más competitiva y ello afectará el precio de exportación de Uruguay.
La miel que vende Uruguay es utilizada como ingrediente de alimentos (barras de cereales, tortas, etc.) y para algunos blend que luego se comercializan envasados para el consumo final.
Búsqueda consultó a otras empresas del sector frigorífico, de la pesca, la celulosa y de los concentrados de bebidas. Como están analizando la situación, prefirieron no hacer comentarios.