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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles la aplicación de un arancel del 10% a las importaciones procedentes de Uruguay, medida que también afectará a otros socios comerciales de la región, como Argentina, Brasil y Colombia.
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Trump justificó la decisión como parte de su estrategia de “aranceles recíprocos”, asegurando que su objetivo es fortalecer la economía estadounidense.
Canadá y México, principales socios de EE. UU. en el T-MEC, quedaron excluidos del arancel general del 10%, aunque mantendrán impuestos específicos en sectores como energía y seguridad fronteriza. Sin embargo, la medida generó críticas internacionales, con líderes europeos y asiáticos advirtiendo sobre posibles represalias.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, advirtió sobre consecuencias “negativas en todo el mundo”, mientras que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, calificó la medida de “errónea” y pidió evitar una guerra comercial. Por su parte, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, tachó los aranceles de “totalmente injustificados”.
Suiza, afectada con un 31%, y el Reino Unido, con un 10%, también expresaron su malestar.
Mientras tanto, Trump aseguró que grandes empresas tecnológicas, como OpenAI y Nvidia, ya se comprometieron a invertir en EE. UU. para mitigar los efectos de las nuevas tasas.
La medida marca un nuevo capítulo en la política comercial agresiva de Trump, aunque analistas advierten que las exclusiones de países como Rusia podrían indicar ajustes futuros.