Como un déjà vu de lo sucedido cinco años atrás, pero con roles invertidos, las autoridades salientes y las electas se reprochan por el estado de situación de las finanzas públicas en la transición de gobierno.
El Ministerio de Economía informó que el déficit del sector público terminó el 2024 en 4,1% del PIB (sin “cincuentones”); la titular de la cartera se refirió al gobierno central para decir que hubo una mejora
Como un déjà vu de lo sucedido cinco años atrás, pero con roles invertidos, las autoridades salientes y las electas se reprochan por el estado de situación de las finanzas públicas en la transición de gobierno.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn el acumulado de todo 2024 las cuentas del sector público global registraron un resultado negativo de US$ 3.192 millones, que equivalen a 4,0% del Producto Interno Bruto (PIB), según las cifras informadas a fin de enero por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Si se excluyen —por ser ingresos extraordinarios que después se revierten— el fideicomiso con el dinero de los llamados “cincuentones” que se desafiliaron de las AFAP y volvieron a aportar al Banco de Previsión Social, el déficit fue levemente mayor (US$ 3.305 millones o 4,1% del PIB). A fines de 2023, el resultado fiscal había sido deficitario en 3,5% del PIB (3,6% sin “cincuentones”).
A su vez, al término de 2019 —el último año completo de la administración de Tabaré Vázquez— el resultado en rojo de las cuentas públicas rondaba el 3,4% del PIB, con un efecto de la “ley de cincuentones” de 1,3%, que descontado arroja un déficit de 4,7%. Las autoridades electas de entonces le atribuían haber despilfarrado los recursos públicos.
El lunes 3, tras el Consejo de Ministros realizado en la Torre Ejecutiva, la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, no aludió a esas cifras de las finanzas del conjunto del sector público, sino a las del gobierno central para asegurar que hubo una mejora. Dijo que el déficit anual en ese perímetro terminó el 2024 en 3,4%, lo que se compara con un 3,9% de 2019. “Vamos a observar que la mejora es todavía más importante” el próximo 12 de febrero, cuando el MEF presentará los números del resultado estructural —que tiene en cuenta la regla fiscal—, aseguró la jerarca.
Arbeleche también resaltó cómo Uruguay tiene actualmente la nota crediticia más alta que ha tenido en su historia y un spread de costo de financiamiento “de 80 puntos básicos, que se compara con 150 en 2019”. Basada en eso datos y en otros, como la creación de 111.000 nuevos empleos en el quinquenio y la baja de la inflación anual, la ministra aseguró que “se está finalizando (el período de gobierno) con un mejor país en materia económica” y fiscal.
Reforzando el mensaje de la directora de Política Económica, Marcela Bensión, Arbeleche también criticó cifras manejadas recientemente por Mario Bergara, exministro de Economía, y por autoridades del gobierno electo, como el designado secretario de la Presidencia, Alejandro Sánchez.
La ministra señaló que “es una mentira” que “hubo adelanto de impuestos de las empresas públicas por US$ 1.400 millones”, sino que fueron por unos US$ 60 millones en 2024. El número comentado por Bergara es “bastante disparatado”, afirmó.
Dijo que el presidente Luis Lacalle Pou se comunicó con Yamandú Orsi, quien lo sucederá en marzo próximo, “porque no es aceptable que se digan” cifras de ese estilo.
Bergara y Sánchez le han atribuido una intencionalidad del gobierno saliente de querer mostrar un resultado fiscal mejor al real. Después de la alusión de Arbeleche, el primero aceptó que pudo haberse equivocado en las cifras señaladas sobre los supuestos impuestos anticipados por las empresas públicas pero insistió en sus críticas al manejo fiscal en el actual período.
“Paraguas” y “fotografía”
“El resultado fiscal es mejor en 2024 de lo que fue en 2019; no es necesario que se realice un ajuste fiscal en 2025 (...). Lo que entiendo que está pasando es que se está abriendo el paraguas para hacer una consolidación fiscal, ya sea por aumento de impuestos o por reducción de gastos. Esta administración está dejando la política fiscal ordenada, sin necesidad de que se recurra a un ajuste fiscal”, repitió Arbeleche, un comentario parecido al que hizo a mediados de diciembre para aclarar que el gobierno saliente no gastó más por haber sido el 2024 un año electoral.
Antes de conocer los datos al cierre del año pasado, Gabriel Oddone, designado ministro de Economía y Finanzas, reiteró la idea de que la herencia fiscal implicará restricciones para la futura administración frenteamplista. “El déficit fiscal que nos van a dejar es exactamente el mismo que le dimos, con más deuda y más gasto público. De todas maneras, hay que esperar para ver los datos. Yo creo que, si uno sale del dato puntual del cierre del 31 de diciembre del 2024 y mira la globalidad, la situación fiscal es verdad que no empeoró desde el punto de vista del resultado fiscal, pero no mejoró. A su vez, aumentó el nivel de deuda en porcentaje del PIB y el gasto público es mayor hoy que en 2019”, comentó, en declaraciones al diario El País publicadas el 31 de enero.
“La fotografía fiscal está lejos de ser un problema preocupante, pero en ningún caso constituye una situación despejada”, insistió Oddone, entrevistado el martes 4 en el informativo Telemundo, de Canal 12.