Cuando el Bitcoin era algo desconocido para la mayoría de la población y mirado con sospecha por el sistema financiero, el ingeniero en sistemas Agustín Rodríguez estaba yendo a locales de Western Union a comprar y vender ese activo virtual.
Ese concepto es el que está detrás de la tecnología blockchain, la cadena de bloques que funciona como una base de datos con registros que no se borran nunca. En la de Bitcoin se almacenan datos de “debe” y “haber” que permiten saber quién es el poseedor de la cripto más conocida. Pero para Rodríguez eso no era suficiente. Para sus intereses era más apropiado Ethereum, una cadena pública, de libre acceso, que se basa en los contratos inteligentes y permite crear criptoactivos —como Ether— y también desarrollar aplicaciones. Se trataba de una tecnología que ya lo había conquistado y, con Ethereum, lograba unir sus intereses. Rodríguez comenzó con el desarrollo de contratos inteligentes, pasó a trabajar en una start up que utilizaba blockchain y conoció el juego Axie Infinity, que lo inspiraría para desarrollar uno de los primeros proyectos en esta cadena de bloques del país.
“Me voló la cabeza la idea. Axie Infinity, en su momento, era conocido porque había familias filipinas que, jugando, ganaban US$ 3 al día, que para ellos era un montón. Me pareció increíble, una mejor forma de jugar. Todos jugamos videojuegos en algún momento, pero lo que yo siempre le achaqué a eso es que al final del día era una pérdida de tiempo terrible”, recordó Rodríguez, en diálogo con Búsqueda. La tecnología podría ayudar a “mejorar eso”: que jugar no sea solo perder tiempo y encontrarle algo “productivo”, como ganar dinero.
Esa idea derivó en la creación de Ephere, un videojuego de fútbol en el que los jugadores, los estadios y el staff de los clubes eran un NFT. En palabras poco técnicas, los non-fungible token son activos únicos e irrepetibles que se crean en la blockchain. El proyecto se financió con inversores del Club del Inversor y otros fondos internacionales, contó Rodríguez, pero el plan se vio afectado por la caída generalizada que tuvo el mundo cripto en 2023.
Este bear market afectó al mundo de los videojuegos —el gaming es uno de los sectores que más se desarrolla en blockchain— y dificultó el crecimiento de Ephere, por lo que ese ingeniero en sistemas comenzó a “buscar alternativas para hacer crecer la compañía”. Y vio la “oportunidad” de comprar MetaSoccer, que se estaba construyendo en un estudio español.
En el nuevo videojuego —que está en sus fases iniciales— los usuarios crean futbolistas, clubes y estadios que en un futuro se podrán compartir con otras aplicaciones. Para empezar a jugar, hay que comprar esos jugadores, pero en vez de pagarle a una compañía se lo hace a otro usuario que se encargó de mejorar el activo digital. La transacción es por ese NTF (en este caso, un futbolista). MetaSoccer plantea, además, lanzar su propio token para utilizar en el videojuego.
Desarrollo de Ethereum
MetaSoccer será uno de los proyectos que será presentado este sábado 17 en el evento Bildathon, organizado por la filial uruguaya de Ethereum, en Sinergia Faro. La tecnología todavía no es popular en Uruguay: el grupo lo integran unas 500 personas, en su mayoría programadores. Se dedican a organizar charlas, eventos y cursos para darle difusión a esta tecnología.
Ethereum Uruguay organiza esta actividad de forma anual. El año pasado, por ejemplo, tuvo el objetivo de que el sistema tradicional se “familiarice” con este mundo tecnológico, explicó a Búsqueda Federico Sendra, uno de los organizadores. Este año la intención es incentivar el desarrollo de los proyectos y, por eso, harán una competencia de grupos en la que diferentes equipos deben crear un producto web 3 (el nombre que se da a los servicios que utilizan la cadena de bloques).
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El ingeniero en sistema Federico Sendra, uno de los promotores de Ethereum en Uruguay
LinkedIn Federico Sendra
Hoy son unos 50 proyectos los que, en el país, utilizan blockchain, y esta organización busca “fomentar que se creen” muchos más. Tienen los “mismos objetivos” que Uruguay Innovation Hub, que apoya la actividad que se desarrollará entre hoy, jueves 15, y el próximo sábado.
Las empresas de servicios que utilizan la tecnología, en cambio, son seis. Es un “nicho bastante chico”, describió Sendra, que dirige SpaceDev, una de las exportadoras de blockchain que tiene el país. Su empresa, que tiene 62 trabajadores, está entre las primeras tres más grandes de la región.
Sendra consideró, para una nota anterior, que los proyectos en Uruguay han ido perdiendo terreno. “Éramos de los primeros en hablar de blockchain. Había más investigaciones y se estaba haciendo más desarrollo hasta que dejamos de ser los pioneros”, comentó este ingeniero en sistemas. Los pocos avances que hubo en la regulación son una de las explicaciones de este detenimiento.
Los proyectos
Los uruguayos han recurrido a la web 3 para proyectos variados, desde los más básicos hasta algunos que llevan meses de desarrollo. En blockchain se creó un bot de WhatsApp que convierte un tweet en un NTF, se desarrollaron varias financieras para comprar criptoactivos, hubo proyectos educativos y del sector real estate.
También se creó Futuria, un laboratorio que busca relacionar a la blockchain con la gestión de los medios de comunicación impulsados por los creadores de la diaria. Lo que buscan los desarrolladores es utilizar la tecnología en dos unidades: el almacenamiento de los datos y los “micropagos”.
Pedro Copelmayer, gerente de Proyecto de la diaria y consultor, explicó a Búsqueda que en el primero de los casos apunta a los países que tienen problemas con la libertad de expresión. En Venezuela o Nicaragua, por ejemplo, un almacenamiento descentralizado ayudaría a que la información no se pierda, aunque el gobierno intente censurarla. Los datos, “en vez de estar en la cuenta de un único proveedor, están en cientos de miles de computadoras”, lo que asegura que no se pierda la información, comentó. Para quienes almacenan el producto —una nota periodística, por ejemplo— hay un incentivo económico: reciben criptoactivos como recompensa.
La otra “pata” de este proyecto tiene que ver con los modelos de suscripción de los medios. Copelmayer dijo que una alternativa que podría permitir la tecnología es el pago por nota, algo que hasta ahora no se ha podido implementar porque el costo de las transacciones no hace rentable las ventas de menos de un dólar. Sin embargo, algunas blockchain —como Solana— tienen costos de transacción “casi nulos”.
“El proyecto se enfoca en dos problemas básicos de la gestión de medios. Los modelos de suscripción, a través de un experimento, y la ventana de la censura”, resumió Copelmayer.
Otro proyecto “descentralizado” que está dando sus primeros pasos en Uruguay es The Island. Está ubicado en la isla de Lobos (Río Negro) y sus impulsores proyectan manejarse con un token propio (su moneda) y tener sus propias normas. El proyecto incluye casas inteligentes que convivirían con un hotel cinco estrellas. Tendría su aeropuerto privado, canchas de tenis, fútbol y golf, un centro de convenciones, teatros, shopping, 20 kilómetros de carreteras y granjas.
Alex Heikel, responsable del proyecto, dijo a Búsqueda que la sociedad va a ser una organización autónoma descentralizada (DAO), un término habitual en la jerga del mundo blockchain que implica que las reglas se escriben en la cadena de bloques, lo que ayuda a gestionar el eventual proyecto.
La isla de Lobos, en la desembocadura del Río Negro. Foto: Captura de un video de Estancia Isla de Lobos
La isla de Lobos, en la desembocadura del Río Negro.
Captura de un video de Estancia Isla de Lobos
El impulsor detalló que a fines de setiembre se va a concretar la primera etapa, que consiste en “invitar a los miembros a conocer el proyecto”. Esta fase contempla la “adquisición de la isla”; en una segunda fase se prevé la construcción del hotel y, por último, los asuntos de “urbanismo”. Hace dos o tres años los compradores están dialogando con los dueños de la tierra y ya tienen un “acuerdo” para adquirirlo.
Todavía resta definir en qué lugar fiscal se formalizará la empresa. Si bien los dueños deben crear una sociedad uruguaya, deberán radicarse también en un país en el que estén habilitadas las DAO y que pueda ofrecer ese servicio “descentralizado”.
