Estados Unidos asegura que la DEA está “involucrada activamente” en Uruguay, mientras el gobierno espera su retorno a Montevideo

REDACCIÓN  

La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos carga un peso mayúsculo en el mundo del narcotráfico, tan notorio como las sólidas siglas DEA que en blanco o amarillo cubren las camperas, gorros y chalecos antibalas de sus agentes. Ese símbolo de seguridad y justicia, popularizado en los últimos años bajo el creciente género narco de series y películas, fue una de las razones por las que semanas después de asumir Jorge Larrañaga solicitó el retorno de la DEA a Uruguay. El jerarca está convencido de que el “combate frontal” a las drogas anunciado por el Ministerio del Interior tiene otra envergadura, para policías y criminales, con ellos en el territorio. Así se lo demostró la megaoperación conjunta que realizaron en mayo para extraditar al mexicano Gerardo González Valencia, miembro prominente del Cartel Jalisco Nueva Generación.

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