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Los lectores de la newsletter que compartieron el puntaje de su evaluación con esta herramienta tienen una visión levemente positiva de la gestión económica del gobierno
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPara esta edición de la newsletter tenía previsto escribir sobre otro tema, pero el interés que despertó el “Fracasómetro” —o “Exitómetro”, si te gusta más— que presenté en la anterior entrega me decidió a reincidir para compartir contigo algunas reacciones y comentarios que recibí. Varios lectores me lo pidieron.
Soy Ismael Grau, editor de Economía en Búsqueda y autor de esta newsletter, Detrás de los Números. También creador —con el apoyo técnico de algunos compañeros— del “Fracasómetro”, una herramienta que permite que cada uno haga su propia evaluación de la gestión económica gubernamental de manera muy sencilla y sin necesidad de que tengas amplios conocimientos e información en el área. Todavía podés usarla a través de este link.
¿Qué mostró el “Fracasómetro”?
La herramienta intenta que por unos minutos —no lleva más que eso— tomemos algo de distancia de los escarceos de la campaña electoral para aproximar una respuesta personal a la pregunta de si el actual gobierno “fracasó”, como proclama la oposición, o si, en cambio, ha sido “exitoso”, como sostiene el oficialismo republicano. Con nuestras subjetividades y la información que tengamos, debemos evaluar 20 dimensiones y darles una importancia relativa a cada una (en ambos casos, puntuando entre 1, “muy mala”, y 5, “muy buena”). De la combinación de eso surge como resultado final un puntaje sobre la gestión económica también dentro de esa misma escala; el análisis está acotado a esa área por ser la temática de esta newsletter (aunque, obviamente, al momento de decidir nuestro voto pensamos también en muchas otras).
El uso del aparatito desbordó mis expectativas y el “servicio técnico” debió intervenir para ampliar la capacidad de la plataforma que sostiene el “Fracasómetro”. Hasta hace unos días tuvo unos 1.400 usuarios. Como sigue activo, podría volver a recalentarse; la solución es que me escribas avisándome (mejor si es amablemente, no como quien, frustrado, me dijo: “Buena porquería!! Pase rato pensando y haciendo y cuando termino, ‘se llegó a la cuota máxima’”) y en pocos minutos vuelve a funcionar sin problema.
El “Fracasómetro” no es una encuesta —si lo fuera, carecería de gran valor estadístico— y los resultados son personales. Si te sirve para que medites un poco más tu juicio sobre cómo actuó este gobierno en materia económica, cumplió su objetivo.
Sin embargo, al presentar la herramienta en la anterior newsletter te dije que si querías contarme cuánto dio tu puntaje, podías hacerlo escribiéndome al mail. Unos 40 lectores lo hicieron y es muy disfrutable la interacción generada con ellos, ya que algunos no solo me señalaron su resultado, sino que lo argumentaron, y varios me comentaron sobre su situación económica personal o familiar —algunas positivas y otras dolorosas— con este gobierno y con anteriores.
Es reconfortante haber interesado a usar la herramienta al “jubilado de 83 años, aún lúcido”, a quien, según me dijo, le dio 3,29. Su puntaje prácticamente coincide con el promedio de todos los que compartieron los resultados (3,26, con 1,71 y 4,73 como valores extremos), aunque ese dato tiene escaso interés estadístico y solo podría interpretarse como un juicio ligeramente positivo hacia el manejo económico que hizo el gobierno entre ese pequeño grupo de lectores.
Entre los fundamentos de su valoración que me compartieron, varios ponderan cómo se actuó frente a situaciones de crisis, en particular la pandemia y la sequía, o el “coraje” de haber emprendido la cuestionada reforma de la seguridad social. Otros sienten que ciertas transformaciones económicas, en el Estado y en el sector de los combustibles, por ejemplo, quedaron a medio camino o sin avance alguno. Los más críticos, en tanto, dicen que, siendo trabajadores o pasivos, la plata no les alcanza.
En las campañas electorales suele hablarse sobre la “herencia” —en sentido negativo— que recibirá la siguiente administración. Como referí en esta edición de la newsletter, el cuestionamiento generalmente va dirigido a la gestión de las finanzas públicas. Y este ciclo del 2024 no ha sido la excepción.
Para esta entrega de Detrás de los Números le pedí a un par de economistas que usaran el “Fracasómetro” y me compartieran su resultado, así como una breve argumentación de la valoración. No son cualquier experto, sino los dos designados para ocupar el cargo de ministro de Economía y Finanzas en el gobierno 2025-2030, si la ciudadanía elige como presidente a Álvaro Delgado o a Yamandú Orsi, respectivamente: Diego Labat y Gabriel Oddone.
En días en que estaba siendo cuestionado por comentarios acerca de la seguridad social y el rol de las AFAP, Oddone me dijo que la herramienta le pareció ingeniosa, pero se excusó de utilizarla en su “posición actual” de eventual jefe del equipo económico de una administración frenteamplista. También alegó que preferiría poder argumentar más extensamente las diversas dimensiones incluidas en el “Fracasómetro”. Su juicio sobre la gestión económica del gobierno saliente y la eventual “herencia” quedó, entonces, para conversar en una próxima entrevista para Búsqueda.
Labat, por su lado, se limitó a contestar que no participaría de la propuesta, sin dar razones. Algo de su visión sobre la economía y los planes, si le toca estar al frente del Ministerio de Economía, expuso en esta reciente entrevista que le hice para Búsqueda.
Con los eventuales ministros —razonablemente muy ocupados y cautos en lo previo al decisivo balotaje del domingo 24—, el “Fracasómetro” hizo honor a su nombre. Si ellos no fracasan en caso de que les toque hacerse cargo de la economía desde marzo próximo, estaremos todos contentos.
Antes de despedirme te hago un pedido, ya con alguna prematura fiesta de despedida y con turrones y panes dulces en las góndolas anunciándonos el final del 2024: contame cuál fue, para vos, la “noticia económica del año”, en lo personal y para el país o a escala mundial. Planeo usar estos comentarios de los lectores como insumo —sin mencionar nombres, salvo que explícitamente me autoricen a identificarlos— para una eventual próxima edición de la newsletter, como cierre del año. Podés escribirme a [email protected] respondiendo a esta propuesta, o con los comentarios que quieras.
Finalmente, te sugiero algo de lectura de Búsqueda de esta semana: esta nota de Juan Pablo Mosteiro, que cuenta los resultados de un estudio que revela modestos niveles de alfabetización digital y pensamiento computacional de nuestros jóvenes, así como el rezago de aquellos que provienen de hogares de niveles socioeconómico bajos respecto de los más favorecidos. Como dice el presidente de Ceibal, haber acortado la brecha de dispositivos y de acceso a Internet es bueno, pero no alcanza.
Vuelvo a escribirte en dos semanas. ¡Saludos!
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