Un equipo de dirigentes y referentes en educación del Frente Amplio está en la última etapa de elaboración de una “base general programática” con miras a sellar un “pacto educativo” en un eventual gobierno de Yamandú Orsi.
El plan incluye universalizar la educación en primera infancia, extender el tiempo en primaria y media, crear un bono escolar y la universidad de la educación
Un equipo de dirigentes y referentes en educación del Frente Amplio está en la última etapa de elaboración de una “base general programática” con miras a sellar un “pacto educativo” en un eventual gobierno de Yamandú Orsi.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa intención es concretar un “pacto país” o “gran acuerdo nacional por la justicia y las buenas prácticas educativas”, según contaron a Búsqueda varios dirigentes que participan en su armado. Se entiende este “pacto” como una “política de Estado”, pensada para los próximos 15 años, y que apunta a que todos los niños y adolescentes del país reciban una “educación de calidad” durante su formación obligatoria, desde la infancia hasta la mayoría de edad.
Desde el equipo de campaña de Orsi señalaron que el proyecto se inscribe en un “acuerdo social y político” que comprende a docentes, auxiliares, funcionarios, familias, clubes deportivos, instituciones culturales y de la sociedad civil, así como a universidades y también al sector productivo.
El plan del Frente Amplio persigue “la universalización de más tiempo educativo”, destacaron los informantes. “Es una necesidad de las familias y es imprescindible para avanzar en los cuidados, la alimentación y los aprendizajes”, argumentó uno de ellos.
La “base general programática” incluye varios pilares. Estos van desde “universalizar” la educación en primera infancia, ampliar el tiempo educativo en los niveles de educación primaria y media (Secundaria y UTU), “fortalecer y actualizar las formas de acompañar y educar”, “generalizar los estudios terciarios universitarios”, crear un bono para niños y la universidad nacional de la educación.
En primera infancia, la idea es complementar el proyecto propuesto por la diputada frenteamplista Cristina Lustemberg, que crea una nueva institucionalidad para las políticas de primera infancia, infancias y adolescencias, recientemente aprobado por el Senado —iniciativa, que tiene media sanción de la Cámara de Diputados—, entre otros dispositivos destinados a universalizar la educación en el tramo inicial de la vida.
La fuerza política apunta también a fortalecer el sistema de los Centros de Atención a la Infancia y a la Familia (CAIF), mejorar los convenios entre sindicatos, empresas y los centros del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), jardines y guarderías con apoyo territorial entre el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), coordinando directamente con el Ministerio de Salud Pública (MSP).
El Frente Amplio plantea extender el tiempo pedagógico de los estudiantes para fortalecer tanto la propuesta educativa como el sistema de cuidados.
Una de las ideas propuestas es “impulsar el Programa Maestras Comunitarias” en aquellas zonas donde el sistema requiere que los alumnos vuelvan a la escuela. Otra consiste en fortalecer el trabajo entre pares de maestra o maestra en un turno y profesor en otro, asegurando así la extensión educativa.
En el equipo de educación frenteamplista también se plantean destinar “más tiempo” a las coordinaciones entre docentes con la comunidad y un apoyo “más potente” del Ceibal, como centro de innovación educativa con tecnologías digitales, promoviendo la integración de tecnologías a la enseñanza para mejorar los aprendizajes y potenciar los procesos de innovación, inclusión y crecimiento personal.
Para los adolescentes, se buscará ampliar y mejorar los ritmos de estudio y la formación en los liceos y en centros de UTU. La intención es que los jóvenes dispongan de más materias, deporte, ciencia y arte “en tiempos complementarios y opcionales”, acompañados por equipos docentes “estables”: que los educadores no se limiten a dictar “horas pizarrón”, sino que coordinen más tiempo en el centro para mejorar las prácticas.
De allí es que se considera necesaria la consolidación de equipos multidisciplinarios que atiendan emergentes y contribuyan a enriquecer prácticas inclusivas y que, además, atiendan la salud mental en la educación. Así tendrán “lugares seguros” de convivencia y formación, con profesores, talleristas y educadores, con los que compartirán más tiempo para evaluar y orientarlos mejor, indicaron las fuentes.
Explicaron que esta medida apunta a que los docentes mejoren su calidad de trabajo y bajen las inasistencias de los estudiantes, así como la cantidad de horas no dictadas.
Entre los pilares programáticos del Frente Amplio para la educación se incluye la protección de trayectorias, que implica generar más acompañamientos, seguimientos y alertas “para ir a buscar a los alumnos que no puedan sostener su presencia” escolar.
Para esto, se propone aprovechar y mejorar la infraestructura educativa, impulsando más actividades sociales, plazas de deportes, culturales y recreativas en horarios en los que estos espacios estén disponibles. Por ejemplo, los fines de semana, indicó un informante, con “escuelas, liceos y centros de UTU abiertos a la comunidad”, a su vez articulados con otros espacios educativos barriales.
La propuesta comprende “partidas económicas” y concretamente “un bono” para apoyar el comienzo de clases para todos los niños de primaria y educación inicial”, además de reforzar las becas en educación media.
El equipo programático frenteamplista plantea sumar apoyos a la formación terciaria para “sostener la finalización del bachillerato” promoviendo actividades comunes entre estudiantes y docentes de ambos niveles educativos. Así se buscará sostener el estudio y preparar la transición hacia la educación terciaria “entre pares”.
A nivel pedagógico, se promueve un Movimiento de Proyección Didáctica Nacional, que a través de las salas docentes, Ceibal, los centros educativos y de una universidad de la educación, “multiplique, apoye y estimule las buenas prácticas comunitarias en los territorios y sirva de ejemplo y reconocimiento a la labor docente”.
El Frente Amplio entiende que a partir de los 33 centros de formación de maestros y profesores de los que dispone el sistema, se puede construir “rápidamente” una estructura universitaria que cohabite y coordine con las zonas de descentralización de la Universidad de la República (Udelar) y los espacios de la Universidad Tecnológica (Utec).
Para el equipo técnico de educación, “la experiencia de los campus educativos debe ser considerada, fortalecida y expandida”, así como la creación de la varias veces postergada —por falta de quorum parlamentario— Universidad de la Educación. Parten de la base de que Uruguay cuenta con una “valiosa” tradición didáctico-pedagógica que “merece” un grado universitario. Además, esto dará “justo reconocimiento” al compromiso y prestigio profesional de maestros y profesores.
Desde el Frente Amplio también se buscará “generar una propuesta universitaria pública” para que más docentes puedan acceder a especializaciones, maestrías y doctorados. La idea, explicaron, es “avanzar en un sistema de educación universitaria que contribuya decisivamente en terminar con las desigualdades de aprendizaje”.