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    Andrés Ojeda: “Yo soy el más coalicionista de todos, el primer soldado desde que se cerraron las urnas”

    “Sigo creyendo que sería mejor que estuviéramos nosotros” en el balotaje, dice el excandidato presidencial colorado, quien de todos modos cree que Álvaro Delgado “puede ganar” y asegura que su partido tiene “mucho” que ver en sus chances de triunfo

    Andrés Ojeda deja muchas cosas para después del 24 de noviembre. La distribución de los cargos de gobierno en caso de una victoria coalicionista es una de ellas. Cómo seguir juntos en caso de una derrota es otra. Cómo encarar la elección de autoridades del Partido Colorado, otra. Todo debe esperar a que termine el balotaje. Todo, hasta la prometida adopción de una mascota.

    “Quiero que esto termine para poder pisar mi casa. Luego veré”, dice mientras almuerza a las cinco de la tarde un tostón de guacamole con tres huevos mollet. “Si hoy le digo a mi hermana que me cuide un perro una semana, me mata”. El senador electo está en un restaurante pegado a un estudio de radio donde Álvaro Delgado, candidato a la presidencia de la coalición republicana, está siendo entrevistado. Luego ambos visitarán el refugio Animales sin Hogar.

    “Así son todos los días”, afirma el abogado penalista en la recta final de un año que lo tuvo bastante protagonista: ganó la interna colorada, alcanzó el 16% de los votos el 27 de octubre y en este último mes estuvo “espalda con espalda” con Delgado, a quien le había dedicado algún que otro dardo camino a la primera vuelta. Cuenta que le “explotó” el teléfono luego de su spot con él. “Jamás un colorado y un blanco habían hecho algo así juntos”, resalta.

    “Valemos más juntos que separados, comprender el valor de la unidad define tus chances”, asegura sobre este mes en el que cinco partidos —Nacional, Colorado, Cabildo Abierto, Independiente y Constitucional Ambientalista— unieron fuerzas para seguir “el rumbo país”. También dice que actúa igual puertas adentro de su colectividad, una “internilla” sobre la que —al menos ahora— no se siente cómodo aludiendo.

    Lo que sigue es un resumen de la entrevista que Andrés Ojeda mantuvo con Búsqueda.

    —¿Cómo ha vivido este mes de balotaje?

    —Estuvo muy bien. La gira fue un cañón, muy intensa, recorrimos todos los departamentos en cinco días. Claro, no te podías dedicar todo lo que querías a los lugares, era medio visita de médico. Sí logré palpar algo: el resultado de la suma de los partidos de la coalición y el del Frente Amplio de octubre, sorpresivo, revigorizó a la militancia de forma brutal en todo el país.

    —¿Usted pensaba que les iba a ir peor y que al Frente le iría mejor?

    —Más que lo que yo pensara, la gente vio una encuesta que le daba bastante más al Frente y eso no ocurrió. Entonces, la militancia quedó enfervorizada. Lo que eran conferencias de prensa terminaron siendo actos. Lo que más notaba era un clima de coalición. Y veo que conmigo se “liberaron”. Ahora la simpatía es libre, no hay barreras partidarias. Ya había buena onda, ya nos veían con simpatía incluso los que no nos votaron. Los blancos me tratan espectacular. La militancia blanca y colorada nos quiere ver juntos, esa es la devolución más reiterada que recibo.

    —El concepto coalicionista y el espalda con espalda lo manejó siempre, ¿pero cómo intentó convencer de votar a Delgado cuando usted dijo que era el único que le podía ganar al Frente en balotaje, que la única renovación era con usted?

    —Creo que la competencia fue dura pero leal hacia octubre. Sigo creyendo que sería mejor que estuviéramos nosotros, no te voy a mentir. Pero a la luz de lo que surge, Álvaro puede ganar. Ha crecido, se ha acercado, la última encuesta lo ubica a un punto con un margen de error de tres. El domingo puede ganar y mucho hemos tenido que ver con que esté esa posibilidad. Lo mismo pasó en nuestra interna: fue dura, pero el mismo domingo pasamos raya. Acá también: al minuto que terminó de contarse los votos de las urnas, espalda con espalda. No hubo resquemores. Tengo que agradecerle a Álvaro que entendió perfectamente que nada es personal. El vínculo y el compromiso coalición están intactos y valemos más juntos que separados. Comprender el valor de la unidad define tus chances. Esto es como jugar fútbol 5 con amigos. Todos vamos a querer ganar, trancar fuerte en el medio y después nos vamos a comer algo.

    —Por más amigo que seas, todo aquel que jugó al fútbol 5 alguna vez pidió o debió dar explicaciones por alguna patada.

    —Sí, pero acá no pasó. No hubo necesidad. Y tengo que agradecerle a Álvaro la generosidad conmigo, que me ha dado mucho espacio en la campaña.

    —¿Qué tanta fidelidad coalicionista espera del votante colorado?

    —Creo que el desafío de fidelidad no es el del voto colorado. Ahí está la piola. Si separo la elección, saco los candidatos y pregunto por simpatía partidaria, el Partido Colorado sigue midiendo menos de 10 (puntos). Hay un voto nuestro que supera la simpatía partidaria, a diferencia de blancos y frentistas. Entonces, nuestro desafío es que nos siga votando el que nos votó y no es necesariamente colorado.

    —¿Habla de votantes suyos, de Ojeda?

    —Bueno, votantes por la renovación o por otras cosas no necesariamente partidarias.

    —Entonces, ¿qué tanta fidelidad coalicionista espera del votante ojedista?

    —El desafío es que todas las personas que nos votaron en octubre entiendan que nos siguen votando en noviembre con Álvaro Delgado, así no estemos en la papeleta. Es todo un desafío comunicacional.

    —Los analistas han dicho que el triunfo de la coalición depende mucho de la fuga de votos del Partido Colorado, ¿eso le preocupa?

    —No, tomo a bien la responsabilidad. Y el esfuerzo que venimos haciendo rinde, Álvaro se puso a un punto.

    —¿Y considera que ustedes tienen mucho que ver en eso?

    —Creo que tenemos un rol importante en la definición como siempre supimos que íbamos a tener. Teníamos que garantizar la continuidad del gobierno. El desafío nuestro, a diferencia del Frente, es que de octubre a noviembre cambiamos de humano para votar. Cambia la persona. Ahí tenemos que hacer una correcta traslación, de que votarlo a Álvaro es lo mismo que votarme a mí, sobre todo por la gran ponderación electoral que tenemos en la coalición.

    —Y con ese rol, ¿no teme que le carguen las tintas por una eventual derrota?

    —No, todo el mundo ve que hemos hecho lo que teníamos que hacer y más. Yo soy el más coalicionista de todos, el primer soldado desde que se cerró la urna en octubre.

    —En esa noche de la primera vuelta habló de “cogobierno”, ¿sigue en esa postura? A muchos, como a Pablo Mieres, no les cayó bien.

    —Sigo y la profundizo. También la refrendó Álvaro (en Telemundo) cuando dijo que todos los partidos de la coalición vamos a cogobernar en su debida ponderación electoral. Eso no es diferente a lo que dije, jamás dije que alguien no iba a estar. Esa noche le hablé a nuestra gente, resalté nuestro crecimiento y el espacio grande que vamos a tener en el próximo gobierno. Jamás hablamos de nadie más. Cogobierno no es obligatoriamente de dos, es de más de uno. Habrás visto que no tuve ninguna discusión pública con ningún compañero de coalición por este tema u otro. Pablo tampoco tocó más el tema.

    —Entonces se habló por privado.

    —No, en ningún momento. Yo lo di por laudado. Si habló Álvaro o no, no lo sé.

    —En caso de un triunfo de la coalición, ¿cuál será el rol del Partido Colorado en el gobierno?

    —Hoy somos un partido que es el 30 y pico por ciento del apoyo de la coalición y del gobierno que ganamos. Hay que sostenerlo, asegurarlo y hacer aportes en áreas claves más allá del lugar que toque. (N. de R. En el medio de la charla lo llama por teléfono Gastón Rusito González, del programa de streaming Era obvio, que está saliendo en vivo. Andy Vila, coconductora, le pregunta si se habla de política en la intimidad, iniciándose un breve ida y vuelta sobre los temas de conversación en el dormitorio). En qué estaba… Nuestra ponderación electoral nos pone en un lugar importante, el de sostener al gobierno en el Parlamento y colaborar con la gestión en los espacios que nos toquen, que por suerte van a ser unos cuántos.

    —¿Sabe cuáles son?

    —La ponderación es electoral.

    —¿Es algo matemático? ¿30 y pico por ciento de los votos, 30 y pico por ciento de gobierno?

    —El gabinete anterior se armó por cociente decreciente con los votos.

    —¿Y de qué espacios estamos hablando?

    —No hubo ninguna conversación por ahora referida a lugares, ni una.

    —Pedro Bordaberry pidió para el Partido Colorado el Ministerio del Interior. Sobre eso, Delgado no lo descartó y hasta mencionó su nombre en una entrevista con Búsqueda, ¿qué dice al respecto?

    —Que sentados en una mesa los cinco acordamos no hablar de cargos hasta después del 24 de noviembre. Ahora, Álvaro es mano, si hubiera querido nombrar algún ministro por estrategia electoral antes del balotaje, me parecía válido; pero hacer un reparto… El objetivo no son los cargos sino mantener un rumbo país.

    —¿Y qué opina sobre lo que dijo Delgado en esa misma nota, sobre incluir al Frente en el gabinete?

    —Decide el presidente.

    —Volviendo a usted, ¿dónde quiere estar?, ¿en el Senado, en un ministerio, en algún cargo?

    —Más allá de lo que me gustaría a mí, que es algo en segundo plano, están las necesidades de un gobierno y el lugar donde más pueda servir. El presidente es mano, insisto. Si bien la decisión de lo que yo haga es mía, no es menor que el presidente te pida algo. Yo estaré a lo que él decida.

    —Insisto, ¿qué lugar le gustaría?

    —No tengo una preferencia, veremos… Creo que puedo aportar en todos lados.

    —Y en el caso de una derrota el domingo, ¿cuál sería el rol del partido en el Senado?

    —Soy partidario de consolidar la coalición en todos los esquemas. Confío en que después del 24 no tengamos esta charla pero… pase lo que pase luego nos tenemos que sentar para ver cómo le damos para adelante.

    —Ahí discrepa con Guido Manini Ríos, que dijo que no le ve sentido a la coalición republicana en caso de derrota.

    —Confío plenamente en Manini Ríos como parte del equipo en todo tipo de escenarios.

    —En todo caso, la victoria une más.

    —Sí, pero también está el mensaje de la gente: júntense.

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    Andrés Ojeda (izquierda) junto a la fórmula de la coalición republicana y otros dirigentes de los partidos socios

    Andrés Ojeda (izquierda) junto a la fórmula de la coalición republicana y otros dirigentes de los partidos socios

    —Le cambio el tema, ¿cómo está la denuncia a Quarq por la presunta campaña de enchastre en su contra?

    —No he tenido una respuesta clara todavía, ni información. Me parece que aún no citaron a nadie. Allá tienen las mismas demoras judiciales que acá.

    —¿Se arrepiente de algo en esta campaña? Sobre el final por este tema se lo vio emocional, le tuvo que pedir incluso disculpas a una periodista (Lucía Brocal).

    —No, aprendí muchas cosas pero no me arrepiento. Obviamente, eso hubiera preferido no tenerlo, pero en un año de campaña electoral, donde nadie dio más entrevistas que yo, alguien puede permitirse tener un momento no perfecto.

    —Y durante este mes previo al balotaje, ¿tampoco lamenta decir que había que “googlear” a Zaida González cuando la exprecandidata colorada anunció su apoyo a Orsi? Usted sabe muy bien quién es.

    —Eso fue en un acto (de la coalición) en San José donde hablé mucho. Terminé mencionando los “micropases” a Orsi y me ponía en el lugar del uruguayo promedio, es obvio que no lo decía por mí. También es obvio que el 99% de la población no sabe quién es. Si no se hubiera descontextualizado solo ese fragmento, se entendería perfecto. Yo conozco a todos los colorados del país, hasta al militante más de a pie. Sobre eso, la política en la que yo creo no es la de ofrecer cargos, inflar las expectativas y sobredimensionar pases en base a esas expectativas. Eso lo hizo (Orsi) para generar una idea de correntada que no es tal. No fichó a ningún Neymar, en ningún caso. La gente no es boba, todo eso te hace cuestionar la veracidad de lo que ocurre, y el episodio de (el diputado cabildante Martín) Sodano (que dijo que dirigentes del MPP le ofrecieron cargos para apoyar a Orsi) termina de explicitar eso.

    —Eso, de ser verdad, no es nuevo en la política.

    —Desde acá, no hubo nada de eso.

    —Yendo al Partido Colorado, en números reales fue la mayor votación del siglo e igualó la representación parlamentaria de 2009, también la mayor del siglo. ¿Por qué aun así es tan reticente a hablar de “internillas”, como se le ha oído? ¿No se siente fuerte en la interna?

    —No tiene nada que ver, no me gusta camisetear, no suma. Hay una elección el domingo que es lo más importante en cinco años. Esta semana no quiero dedicarle un microsegundo a la interna colorada. Para eso habrá tiempo. Queremos una interna de armonía y unidad. Lo que aplico para el partido lo aplico para la coalición. Yo sueño con una bancada colorada y de coalición que pueda votar mayoritariamente unida; no mano de yeso, porque puede haber alguna cosa puntual de libertad. Pero en general quiero la capacidad de consensuar.

    —El 1º de noviembre, cuando presentó el sector Unir para Crecer en la sede del partido, se resaltó que fueron el sublema colorado más votado y el que tiene más senadores, ¿eso no es camisetear?

    —Que armemos un sector, lo presentemos y digamos que fuimos el más votado no es camiseteo. Lo hicimos una vez, saludamos a la gente y agradecemos el trabajo.

    —Sea quién sea el gobierno, ¿el interlocutor colorado va a ser usted?

    —Primero vamos a ganar, luego el partido debe renovar autoridades.

    —Su sector lo propuso como secretario general.

    —Es un planteo razonable. Me interesaría mucho que la elección de autoridades partidarias fuera de lista única, lo más amigable y de unidad posible. Pero esa es una charla para luego del 24.

    —¿El resultado del balotaje juega en eso?

    —No.