El gobierno de Uruguay espera recibir buenas noticias en las próximas semanas sobre su pedido de ingresar al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11 o CPTPP, por su sigla en inglés), aunque signifique tan solo un movimiento que recién pueda aprovechar la próxima administración. Esa posible novedad, sin embargo, tiene una nube que sobrevuela: el Mercosur.
El jueves 28, en Canadá, los países que integran el acuerdo, entre ellos Chile, Japón, Malasia y Nueva Zelanda, mantendrán una reunión de trabajo. En esa oportunidad, decidirán qué camino seguir con las solicitudes de ingreso al bloque una vez que resuelvan la llegada de Reino Unido.
El primero en pedir acceso fue China, luego le siguieron Taiwán, Ecuador, Costa Rica, Uruguay, Ucrania e Indonesia. La decisión de con quién avanzar se debe tomar por consenso.
“Si hay acuerdo para saltearse a China, avanzaríamos con Costa Rica”, dijo Paganini. “Pero eso sería para el año que viene”.
El canciller dijo que Uruguay tiene un cumplimiento “muy alto” de los estándares del Transpacífico y además “tampoco amenaza la producción de otros países”. Paganini recordó que el país superó hace poco uno de los déficits que tenía y que era la falta de adhesión al Tratado de Cooperación en Materia de Patentes, lo que ocurrió en junio de este año.
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imagen de Mercosur acuerda con el EFTA
El problema del Mercosur
El 30 de noviembre, apenas el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, entregó la nota de Uruguay para solicitar la adhesión al CPTPP, los socios del Mercosur marcaron públicamente sus discrepancias.
“Ante acciones del gobierno uruguayo con miras a la negociación individual de acuerdos comerciales con dimensión arancelaria y teniendo en cuenta la posible presentación” para la adhesión al CPTPP, los coordinadores de Argentina, Brasil y Paraguay ante el Grupo Mercado Común avisaron en una nota conjunta que sus gobiernos “se reservan el derecho de adoptar las eventuales medidas que juzguen necesarias para defender sus intereses en los ámbitos jurídico y comercial”.
La oposición de los socios del Mercosur despierta dudas entre los miembros del CPTPP sobre las posibilidades de que Uruguay pueda sumarse al bloque, según las consultas realizadas por Búsqueda esta semana entre diplomáticos de esos países.
Paganini reconoció que han recibido consultas por ese tema este año, pero aseguró que han despejado las interrogantes. En julio, detalló, mantuvo una reunión con ministros de todos los países del Transpacífico, en la que explicó la posición uruguaya respecto de las reglas de origen y el Mercosur como zona de libre comercio.
“Un acuerdo con Uruguay no es un acuerdo con todo el Mercosur, es un acuerdo con Uruguay, con la producción uruguaya, con origen Uruguay. (…) De manera que no estamos en una unión aduanera”, detalló. “Fue bastante comentado esto y fue bien recibido por todos los países. Creo que el tema está despejado”.
Los esfuerzos de Uruguay por negociar acuerdos comerciales de manera independiente del Mercosur han fracasado por la oposición de los países vecinos. El último ejemplo claro fue la oposición de Brasil y Argentina a que Uruguay avance en la negociación con China, lo que fue escuchado por el gobierno de Xi Jinping.
Consultado acerca de si en el caso del Transpacífico esas trabas diplomáticas pueden volver a aparecer, Paganini reconoció que es posible.
“Nos puede pasar”, lamentó. “Entiendo de que no es un argumento planteable decir: ‘Yo no estoy de acuerdo porque me llamó alguien’. Pero, bueno, ya veremos”.
El vicecanciller, Nicolás Albertoni, que ha trabajado de cerca el tema del CPTPP, dijo a Búsqueda que las "señales son claras y positivas". En las reuniones bilaterales que mantuvo Albertoni le dan la pauta al gobierno que una mayoría de los países está de acuerdo con que Uruguay avance, mientras que el resto todavía no definió su postura.
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Vicecanciller Nicolás Albertoni
Mauricio Zina / adhocFOTOS
“El factor Mercosur ya no parece ser un escollo técnico, ya hemos mostrado suficiente evidencia para que vean que sí podemos avanzar. Lo que sí puede seguir latente desde la mirada de algunos países es el Mercosur como escollo político, pero esta es una variable que no podemos controlar. Lo que estamos seguros nosotros es que tenemos soberanía comercial para avanzar y vamos a seguir trabajando hasta el último día para lograrlo”.
La posibilidad de acceder al CPTPP es vista con optimismo por buena parte del sector empresarial.
Hoy jueves 21, en el Latu, el consultor Ignacio Bartesaghi presenta un análisis en el que muestra que los “impactos esperados” de un ingreso al CPTPP “son mayores en las importaciones que en las exportaciones”.
Otro estudio, difundido en marzo por Marcel Vaillant, Pedro Moncarz, Flavia Rovira y Sebastián Villano, concluyó que Uruguay se beneficiaría con el ingreso al bloque.
Evaluaron cuatro escenarios contrafactuales en función de cuáles serían los países integrantes del acuerdo: CPTPP con su composición actual de 12 signantes (Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Perú, Singapur, Vietnam y Reino Unido, exceptuando a Brunéi por falta de datos); CPTPP más Uruguay; CPTPP más China; y CPTPP más China y Uruguay. Consideraron además un equilibrio de corto plazo estático, donde solo cambian los precios relativos, y otro de largo plazo o dinámico, donde al cambio en los precios se le agregan efectos reales sobre el producto y el stock de capital, por lo que el bienestar aumenta.
“Los precios mejoran al liberalizar, hay más apertura comercial y ganancias de bienestar que se amplifican cuando se permite que los precios afecten las decisiones reales de inversión —el stock de capital— y por consiguiente el nivel real del Producto” Interno Bruto (PIB), explican los autores.
Para el caso de Uruguay, el efecto sobre el bienestar de quedar fuera del CPTPP es negativo pero reducido (–0,01%). En cambio, el impacto de ingresar sería en el corto plazo de un incremento de 1,2% y 2,76%, según si China estuviera afuera o ingresara al tratado. En tanto, en el largo plazo la participación de Uruguay en este espacio llevaría a un aumento del bienestar de 2,3% en el escenario sin China y de 5,3% si tanto Uruguay como China adhirieran. Vaillant explicó que a ese 5,3% no se llegaría de un día para el otro, sino a lo largo del tiempo. A los 20 años se alcanzarían las tres cuartas partes de ese incremento en el ingreso per cápita.
Con todos los resultados a la vista, Uruguay sería el cuarto país con mayor ganancia en el nivel de bienestar en el largo plazo entre los integrantes del acuerdo —luego de Vietnam, Singapur y Malasia—, con una contribución similar tanto de los términos de intercambio como del crecimiento del PIB.