Tras superar el último escollo surgido en la interna del Mercosur, la Unión Europea y el bloque sudamericano anunciaron que llegaron a un acuerdo sobre el contenido del mayor tratado comercial que cualquiera de las dos partes ha entablado. Los mandatarios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, junto con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen anunciaron el compromiso en una conferencia este viernes 6 en Montevideo.
Unos minutos después de lo que marcaba la agenda, acompañado de sus pares del Mercosur y de Von der Leyen, el presidente Luis Lacalle Pou dijo que en la reunión todos los presidentes destacaron la "trascendencia" de lo que estaba sucediendo. "No es solo un intercambio comercial, que lo es, quizás de manera más importante", dijo el mandatario, y agregó que "hay elementos con Europa que nos unen más allá de lo comercial y eso hay que valorarlo y entenderlo".
Lacalle Pou dijo que el presidente de Paraguay, Santiago Peña, planteó en la cumbre que "no estaba satisfecho" con el resultado del acuerdo, pero que tenía "entusiasmo" hacia adelante. El mandatario uruguayo relató que tanto Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) como Javier Milei (Argentina) reconocieron, con diferentes términos, que era un momento histórico.
"Es una oportunidad y estará en cada uno de nosotros la velocidad que le daremos a este acuerdo (...) para que esto vaya avanzando. Es muy importante que los pasos sean seguros", añadió Lacalle Pou.
A su turno, Von der Leyen destacó que se trata de un día "histórico" que se basa en la relación "profunda" entre los europeos y el Mercosur. La presidenta de la Comisión Europea dijo que, en un momento de conflictividad internacional, los dos bloques dieron un "mensaje claro al mundo" en cuanto a que las democracias pueden apoyarse y que la apertura y cooperación son el motor del desarrollo.
El acuerdo "fue creado para que funcione para ustedes", porque dará "más opciones", creará empleos y bajará barreras comerciales", dijo la representante europea dirigiéndose a los ciudadanos de los dos bloques. "Económicamente es un acuerdo ganar-ganar para las dos partes", resumió.
"Este acuerdo apoyará la innovación, creará empleos en ambos lados del Atlántico", dijo, y añadió que muestra también que "el comercio debe estar guiado por valores". Al respecto, destacó que ayudará a combatir la desforestación y a proteger a la Amazonía.
Von der Leyen envió mensajes, en particular, hacia Europa. Es que el acuerdo con el Mercosur despierta resistencias en algunos países, sobre todo vinculados al impacto que puede tener la producción agrícola sudamericana en los mercados europeos. Hasta último momento, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que su país estaba en contra del acuerdo e hizo movidas diplomáticas para evitar que se avanzara.
"Este acuerdo es para ganar", apuntó. Mencionó que miles de empresas europeas exportan al Mercosur y que el tratado permitirá que accedan a ese mercado con menos barreras. A "los granjeros" —uno de los principales motores de la oposición al tratado— les dijo que a la hora de las negociaciones escucharon "sus preocupaciones". Puso como ejemplo que el texto contiene una defensa muy fuerte de las indicaciones geográficas de productos europeos.
"Este es un buen día para el Mercosur, es un buen día para Europa", cerró Von der Leyen.
En la conferencia no hubo una explicación precisa de cuál fue el acuerdo alcanzado en los últimos días, y tampoco hubo espacio para preguntas. Recién en la Cumbre de Presidentes hubo datos más claros de lo que implicaba el anuncio.
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Luis Lacalle Pou habla en la LXV Cumbre del Mercosur en Montevideo.
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Una zona de libre comercio
El canciller, Omar Paganini, explicó en la reunión de presidentes que se trató del "anuncio de la finalización de las negociaciones del acuerdo de asociación". Describió el tratado como "el primer acuerdo comercial de alto impacto del Mercosur con terceros" y describió que crea una "zona de libre comercio y un mercado de más de 700 millones".
El ministro de Relaciones Exteriores dijo que 70% de los aranceles de la UE "serán eliminados de manera inmediata" una vez que entre en vigencia. Paganini dijo que lograron acordar "todas las cosas" que habían impedido que lo acordado en 2019 pudiera avanzar. En aquella ocasión, los bloques alcanzaron un "principio de acuerdo" en términos comerciales que luego quedó congelado.
Paganini añadió que a partir de lo negociado ahora hay "nuevos documentos que moderizan" aquel texto, en particular una adenda sobre "comercio y desarrollo sostenible".
Los dos bloques también sumaron "nuevos compromisos" sobre cooperación para "diseñar conjuntamente programas" para apoyar a todos los sectores de la economía.
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Luis Lacalle Pou y Javier Milei durante la LXV Cumbre del Mercosur en Montevideo.
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Último escollo
El texto del acuerdo estaba cerrado el miércoles de tarde, pero en ese momento apareció un planteo de último momento de Argentina. El ministro de Economía de ese país, Luis Caputo, planteó que darían su apoyo al tratado solo si Brasil se comprometía a respaldar la flexibilización del Mercosur, como informó Búsqueda.
El gobierno de Javier Milei, al igual que ha hecho Uruguay en los últimos años, ha planteado la necesidad de que el bloque permita a los Estados miembro negociar por separado con terceros países.
Brasil se negó al planteo argentino. El jueves, Argentina transmitió que no tendría un espíritu obstruccionista y que, pese a considerar que el acuerdo con la UE no era un "game changer", daría su respaldo. Eso terminó de despejar el camino.
Paganini dio un discurso el jueves durante la Cumbre del Mercosur que mostraba la inminencia del acuerdo.
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Cancilleres Omar Paganini (Uruguay) y Mauro Vieira (Brasil) durante la LXV Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común (CMC) en el marco de la Cumbre del Mercosur en Montevideo
Mauricio Zina / adhocFOTOS
Valoró el liderazgo de Brasil, que en el último año y con Lula en el gobierno, fue el motor principal de las negociaciones con los europeos. Era, también, uno de los países que más interés tenía en revisar algunos planteos de la UE y de aspectos negociados en junio de 2019.
Los europeos plantearon sumar una adenda para fortalecer las reglas medioambientales, en negociaciones que retomaron impulso tras la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil en 2023.
Los negociadores intentaron acordar la redacción de varias adendas al documento de 2019 antes de finales del año pasado, pero fracasaron. Las discusiones fueron más allá del tema ambiental, a pedido de Brasil y del gobierno argentino entonces liderado por Alberto Fernández.
El cambio de inquilino en la Casa Rosada hizo que Argentina virara hacia una posición mucho menos proteccionista. En los países de la región, sin embargo, existía temor de que el presidente Javier Milei trancara las negociaciones con los europeos por su posición crítica al cambio climático o la agenda de género, temas incluidos en el texto.
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Úrsula von der Leyen durante la LXV Cumbre del Mercosur en Montevideo.
Omar Anández / adhocFOTOS
Pasos a seguir
En la conferencia no quedó claro qué pasará después, ni cuán diferente es la situación actual con la de 2019.
Un análisis previo del Instituto Real El Cano, de España, explica que los aspectos comerciales del tratado, que es una competencia exclusiva de la UE, "podría entrar en fase de aplicación provisional una vez lo ratifique el Parlamento Europeo. El pilar comercial del acuerdo prevé la posibilidad de una aplicación bilateral, por lo que el Acuerdo podría entrar en vigor en cuanto lo aprueben el Parlamento Europeo y el Congreso o Parlamento de al menos uno de los países del Mercosur".