Vengo de un tiempo de una política diferente.
Hay un electorado, además del indeciso, con definición "débil" que todavía puede moverse
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAsí eligió empezar su correo Alicia, una lectora de esta newsletter a la que le pregunté por qué, a dos meses y poco de las elecciones, todavía está en el grupo de los que aún no definieron su voto.
En la adolescencia atravesé varios grupos de izquierda, teniéndole siempre un enorme afecto a Jorge Batlle. Eso era posible. Hoy no. Porque la política de hoy busca más los desencuentros y evade los encuentros. Cuando era una niña, mi padre, comunista, me llevaba por bares cerca del Palacio Legislativo y me decía: “¿Ves ahí en esa mesa? Uno es colorado y el otro comunista, están arreglando un conflicto”. Por eso pude votar a los tres partidos. Y lo siento como una gran virtud.
El resto del mail de Alicia, que recomiendo con fuerza, lo dejo para el final de esta entrega. Soy Guillermo Draper y la novena edición de Derrotero Electoral está dedicada a esas personas que desvelan a los políticos, sus estrategas, a los analistas y, por qué no, un poco a mí también: los indecisos.
Están los inamovibles. Esos que tienen decidido su voto desde hace tiempo y no cambiarán de idea de ninguna manera. Y son multitud. En entregas anteriores te hablé de los niveles altos de pertenencia partidaria y afinidades ideológicas claras de buena parte del electorado uruguayo.
Pero también están los otros, los que todavía no tienen claro a quién votar. Que un día pueden responder que al partido A, pero a la siguiente consulta dirán que no saben, o que mejor el B. O que son indecisos “puros”.
El 80% del electorado casi que al inicio del proceso electoral era parte de los inamovibles. Una estructura sólida dividida en dos mitades: Frente Amplio y partidos de la coalición oficialista, de tamaño muy parecido.
“En el medio hay un 20% líquido”, resumió en una entrevista con Búsqueda el director de Opinión Pública de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnabar. Es más, para esa encuestadora, en julio había 15% de indecisos, a los que se suma otro porcentaje similar que dice que votaría a un partido, aunque luego no está tan seguro. Estos últimos no tan firmes, al final, casi nunca se mueven.
En sus encuestas, Factum suele cruzarse con un 5% del electorado que no responde a la pregunta sobre a quién votarían si las elecciones fueran hoy. Otro 20% es un “voto débil”, me explicó el director de la consultora Eduardo Bottinelli. Son personas que “se inclinan por un partido, pero que no expresan total decisión de votar a ese partido”.
Esa mirada y esos números, puntos más, puntos menos, son consistentes con estudios previos sobre el comportamiento electoral. Gustavo de Armas y Antonio Cardarello publicaron un artículo en 2010 titulado Haciendo la autopsia de votantes “fieles”, “conversos” e “indecisos”.
Uno de los datos más interesantes del artículo es que en las elecciones de 2009, dos de cada diez votantes se movieron “a lo largo del mes previo a los comicios”.
Te comparto un cuadro incluido en ese trabajo que incluye, además, definiciones valiosas para el análisis.
Saber que hay movilidad es un dato que alienta las esperanzas de varios actores. Para el oficialismo, porque los necesita para la remontada; para la oposición, porque abrigan la esperanza de una mayoría parlamentaria y hasta de un triunfo en primera vuelta. Resuena la declaración de Zuasnabar de que esta podía ser una elección “incierta”, pero no necesariamente “pareja”.
En junio, no saber a quién votar no era un problema. Las elecciones internas son voluntarias, aun cuando de ellas salga el próximo presidente. Es un alivio para los que les cuesta tomar decisiones. Mucho más para aquellos a los que no les interesa la política, están distantes o descreídos.
Esta entrega de Derrotero Electoral no ingresa en el debate sobre si las elecciones deben ser obligatorias o voluntarias, pero sí trata uno de sus efectos: el margen para la duda vence el 27 de octubre.
El número de indecisos a esta altura del partido no es demasiado distinto que cinco años atrás. “No hay grandes diferencias del perfil respecto al de antes”, me dijo la directora de Cifra, Mariana Pomiés.
La literatura sobre el tema suele asignar a los indecisos un bajo nivel de interés por la política, y hasta cierto rechazo por esa actividad. Los indecisos no son siempre los mismos, hay gente que entra y sale de ese grupo a medida que avanza la campaña electoral.
Hay información sobre el perfil de esos indecisos. En su último informe, con datos recabados a fines de julio, Equipos Consultores detalló que se parecen bastante, en términos sociodemográficos, al conjunto de la población: “Algo más mujeres que hombres, algo más del interior que de Montevideo, y bastante dispersión en términos de edades y niveles socio-económicos”.
Los indecisos de Equipos Consultores perciben a la economía como “ni buena ni mala”. Además, aprueban la gestión del presidente Luis Lacalle Pou.
Tres de cada cuatro (74%) dicen que la política les interesa “poco” y “nada”.
Como si quisieran demostrar que son indecisos con todas las letras, alrededor de la mitad, según Equipos Consultores, “podrían votar” a Álvaro Delgado y Yamandú Orsi, un poco menos a Andrés Ojeda y algunos incluso a Pablo Mieres y Guido Manini Ríos.
Pomiés me dijo que “en muchas de sus opiniones” los indecisos “se parecen mucho al conjunto, y más de un tercio en general no opinan de nada”.
Un análisis cualitativo de un centenar de indecisos, en poder de uno de los comandos, dice que Orsi tiene buen nivel de simpatía en ese grupo, seguido por Ojeda, que pelea en algunos segmentos. Al dirigente colorado le complica que todavía es una figura desconocida para algunos (aunque eso también es una ventaja, porque en campaña tiene muchas chances de darse a conocer y captar votantes). Delgado aparece más fuerte en el interior. Entre los jóvenes indecisos, según datos de ese estudio que vi, gana la indiferencia.
De Armas y Cardarello escribieron, en 2010, que los indecisos “parecen ser menos equidistantes entre partidos de lo que el sentido comun indica”. En otras palabras: “Su comportamiento electoral a lo largo del tiempo (a quién eligieron en la elección anterior), asi como la proximidad entre su perfil ideologico y el de los partidos por los que votan y el peso que asignan a la situacion economica del pais al momento de determinar sus opciones partidarias”, indica que “una parte importante de ellos estaria compuesta por ciudadanos que lejos estan de la indefinicion y la apatia politica”.
Ese párrafo me hizo pensar en el intercambio que mantuve con Bottinelli para esta newsletter y también en datos de Opción Consultores.
Al presentar sus encuestas, Factum proyecta los indecisos y sus cálculos le asignan un mejor desempeño al oficialismo. El “voto débil” se da “mayoritariamente en los partidos que conforman la coalición” de gobierno, “dado que la debilidad del voto no está vinculada a dudas de bloque, sino a dudas entre los partidos de la coalición”, me dijo Bottinelli.
El director de Opinión Pública de Opción Consultores, Rafael Porzecanski, ve un cambio en el grupo de indecisos entre 2019 y 2024. No es demográfico, sino más bien ideológico o de cercanía partidaria. “Salen los ‘frenteamplistas desencantados’ y entran los ‘coalicionistas dudosos’”, me dijo.
Tiene sentido que, después de que en octubre de 2019, cuando los partidos que integran el gobierno sumaron 54% de los votos, hoy sean los coalicionistas quienes más nutran a la bolsa de indecisos. Algo de eso responde a aquello que te escribí sobre el “costo de gobernar”.
Los números abrigan expectativas al oficialismo. Si votaron la última vez a un partido, es posible que repitan, como ya mostraba el estudio de De Armas y Cardarello. “Por eso, cuando retrabajás con indecisos el voto, mejora un poco la coalición en la relación por bloques”, me explicó Porzecanski.
Pero vuelvo a lo del principio: no está claro para dónde se moverá el electorado líquido. Y con el Frente Amplio alcanzando un 43% en varias encuestas, el empujoncito que le falta para la mayoría parlamentaria no es tan grande.
Opción Consultores recordó en su último informe que “el sistema de asignación de bancas” en Uruguay —de una complejidad no apta para explicar en un párrafo— favorece a los partidos con mayor votación, “por lo que una situación equilibrada por bloques genera mejores chances” al Frente Amplio de alcanzar la mayoría parlamentaria. Y, si la coalición de izquierda alcanza ese objetivo, el balotaje sería un trámite.
En las últimas semanas, en parte por culpa de estos derroteros electorales que te mando, leí muchos artículos, hablé con analistas, especialistas y miré encuestas. Hice cálculos de almacenero a partir de los datos. Saco unas conclusiones una semana y las opuestas a la siguiente.
Soy otra clase de indeciso: aquellos que no tienen claro quién va a ganar.
Aquí, lo prometido. El resto del relato de Alicia, a quien agradezco que me permitiera compartirlo contigo.
Al que más le debo es a Jorge (Batlle) que hasta a mí me costó reconocerlo. En el 78 estuvo preso en Cárcel Central y ahí coincidimos. Me dio unas clases tiernas, profundas, generosas. Y en el 83 yo quería ir a Buenos Aires, como todo el mundo, pero no podía porque estaba bajo libertad vigilada, no podía salir de Montevideo. Tenía que firmar en Maldonado y Paraguay todos los jueves. Y para salir de Montevideo tenía que pedir un permiso y llevarlo a la seccional más cercana al lugar al que iba. Y para retornar a Montevideo, hacer de nuevo la ida a la comisaría y traer la constancia del día que llegué a tal lugar y el día en que me retiré y llevarlo a Maldonado y Paraguay. Salir del país lo tenía prohibido.
Jorge había armado un viaje a Buenos Aires en aquel 83 en que Argentina explotaba de actos políticos y libertades. Y Jorge me dijo: “No tengo gente en Carrasco ni en el puerto, pero hay un avioncito que sale de Colonia y ahí sí tengo; pensalo y, si te animás, hablamos”.
A la semana siguiente, volvió a llamarme a la cocina, que era el lugar de las reuniones con Jorge, sin todo el grupo de jóvenes que iban a ir en el Vapor de la Carrera. “¿Pensaste? ¿Te animás?”. Yo le dije que sí. Me dio un abrazo y me dijo: “Bueno, no podés ir sola, vas a ir con este”. Y ahí me puso delante al tipo que más quise y quiero en esta vida. No es poco.
Esta mirada de la campaña se alimenta, en parte, del trabajo que desarrolla el equipo de Búsqueda sobre el proceso electoral. Si querés leer todo nuestro contenido en estos meses claves, suscribite acá.
Federico Castillo escribió un artículo sobre la situación del Herrerismo, uno de los sectores centrales en la historia del Partido Nacional, mientras que Victoria Fernández y Santiago Sánchez estuvieron recorriendo comités de base frenteamplistas y lo reflejan en esta nota. Si querés indignarte un poco, podés leer sobre el manejo por lo menos laxo de los sistemas policiales.
La sección cultural de esta semana trajo, de Pablo Staricco, una muy buena nota sobre el aniversario de la película Whisky.