—Siempre las instancias de debate son buenas. Yo primero quiero valorar el instrumento, después valoraremos cómo se instrumentó el debate, que es otra cosa. Pero en una campaña donde lamentablemente no hubo contraposición de ideas, de propuestas, donde no hubo oportunidad de presentarlas… Yo no la discuto, pero la estrategia del otro candidato fue no ir a ninguna instancia donde el resto de los candidatos presentamos las propuestas. Entonces el debate fue la posibilidad de contraponer visiones y modelos de país con el candidato del Frente Amplio. Y eso se valora. ¿Qué tipo de debate me hubiera gustado? Quedé con el sabor agridulce de ir a esa instancia pero no poder interactuar mucho más con esa persona. Debatir no es pelearse. Íbamos con ese tono. Cuando vimos en la negociación que no había mucha voluntad para generar intercambio cruzado de preguntas, dijimos que iba a ser un debate poco dinámico y poco atractivo para la gente.
—¿Pero no lograron imponer sus condiciones? ¿Perdieron en la negociación y fueron al debate que quería Orsi?
—No sé, le preguntan a quienes negociaron. Pero seguramente era todavía menos interactivo que el que hubo.
—Y más allá del formato, ¿qué sensación le dejó?
—Que no me contestaron ninguna de las preguntas. Y que tenemos diferencias, que representamos modelos de países diferentes. Yo represento certezas, futuro, garantías. Y del otro lado hay mucho más pasado. Y hay otro Frente Amplio. Con más incertidumbre, con disputa interna sobre qué modelo prevalece. Y que la gente va a correr un riesgo innecesario con este Frente Amplio.
Delgado-entrevista-papeles.jpg
Álvaro Delgado durante su entrevista con Búsqueda.
Mauricio Zina / adhocFOTOS
—¿Cree que algún indeciso pudo formarse una opinión en ese debate? ¿Cree que determina en algo?
—Si mueve la aguja, no lo sé. Este tipo de debate termina siendo, más que definitorio, confirmatorio.
—Estamos ante un escenario de paridad en las encuestas, algunas hablan de empate técnico y otras de una leve ventaja para Orsi, ¿cree que hay una subvaloración del voto a la coalición?
—Lo que decía en las elecciones de octubre se va a repetir en el balotaje: hay una mayoría silenciosa que yo la percibía y se manifestó el día de la elección. Y es la continuidad. Hay gente que podrá gustarle todo el gobierno o una parte del gobierno, pero sabe que el país está mejor que en 2019. Y sabe que a este Frente Amplio gobernando no quiere volver. La mayoría silenciosa se inclina por la continuidad.
—¿Cree que la coalición va a ser la triunfadora el domingo 24?
—Estoy absolutamente convencido. El 27 de octubre tuvimos varios mensajes. El primero es que la coalición vuelve a ser el proyecto político más votado del Uruguay. El segundo es que la coalición está junta y que nos dijeron que sigamos gobernando. El otro mensaje es que nadie tiene mayoría, así lo determinó la gente. Y lejos de ser una traba es una oportunidad. Yo entendí ese mensaje. Y al primero que voy a convocar el 25 de noviembre es a Yamandú Orsi. Necesitamos dar señales de unidad nacional. La gente nos dijo que hay que ponerse de acuerdo en algunos temas. Y el que tiene la responsabilidad de provocar el acuerdo es el presidente de la República. Por eso, como nadie tiene mayorías, es más importante tener el Poder Ejecutivo para poder hacer y para poder instrumentar.
—¿Y en qué quiere que haya un acuerdo con Orsi ese 25 de noviembre?
—Voy a poner todo arriba de la mesa.
—¿Cuáles son los temas principales?
—Voy a poner todo arriba de la mesa. Porque espero que el Frente Amplio también haya entendido el mensaje. Quiero que todos cambiemos el chip. La realidad es que desde 1999 para acá todos los gobiernos han tenido mayoría. Y el Frente Amplio en 15 años tuvo mayoría con mano de yeso, no pudimos incidir en nada. Y cuando fue oposición en estos casi cinco años le dijo que no a todo. Creo que el Frente Amplio también tiene que cambiar el chip: pasar de la confrontación a la colaboración, si entendió el mensaje. Yo lo entendí.
—Pero es muy amplia la agenda, hay que acotar: ¿cuál es su prioridad para que haya una política de Estado con el Frente Amplio jugando un papel a su favor?
—Mi idea es instalar mesas de trabajo. En salud mental y adicciones no debería haber dos opiniones. En el tema discapacidad, tampoco. En los temas ambientales, tampoco. En pobreza infantil, en primera infancia… Son políticas que exceden períodos de gobierno. Y nosotros tenemos que cambiarlo en un sentido amplio, aun teniendo una propuesta como el Plan Familia, con 5 millones de dólares por año para bajar la pobreza infantil. Pero no se soluciona solo en un período de gobierno. El tema energético, innovación, investigación, el tema del narcotráfico. Voy a poner esos temas arriba de la mesa y ver hasta dónde da la piola. Vamos a tener rollo largo en esto.
Delgado-celular-balotaje.jpg
Álvaro Delgado durante su entrevista con Búsqueda.
Mauricio Zina / adhocFOTOS
—¿Cree que habrá clima para sentarse a negociar con el Frente Amplio luego de la confrontación de la campaña y de las críticas que le ha hecho?
—Y… ojalá que la ideología no meta la cola. Y ojalá que la humildad republicana haga que la dirigencia política cambie su forma de encarar estos cinco años que vienen.
—En sus últimos spots destaca su perfil dialoguista y cita a varios dirigentes del Frente Amplio que también han destacado eso. Uno de los políticos más populares de Uruguay es José Mujica, y en este último tramo de la campaña ha tenido algunas frases duras contra el presidente y el gobierno. ¿Se ha reunido con Mujica?
—Varias veces.
—¿Recientemente?
—Varias veces. Tengo muchas discrepancias y a veces he hablado simplemente por charlar de cosas del Uruguay, de temas que nos interesan a los dos. Tengo un buen diálogo con Mujica. No voy a debatir con Mujica.
—Pero es un político influyente…
—No voy a debatir con Mujica.
—¿Pero escuchó sus últimas declaraciones?
—No, ¿qué dijo?
—Que el presidente Luis Lacalle Pou se gastó 50.000 dólares en una moto, que hay políticos “miserables”.
—¿Saben lo que pasa? Yo no voy a debatir con Mujica. Mujica es pícaro, ¿ta? Y me junté varias veces con él. Soy de las personas que habla con todos, con más gente de la que suponen. Son reuniones reservadas y no las ando publicitando. Obviamente tenemos estilos diferentes. Yo no comparto ese estilo. En mi campaña no encontrás una descalificación, una agresión, un insulto personal. Más que nunca ahora, en el que no habrá mayoría, el camino que elegís para ganar es el que te convalida gobernar para todos. Quiero rehacer un gobierno de unidad nacional.
—¿Ve como un desafío liderar una coalición de gobierno después de la administración de Lacalle Pou?
—Obviamente voy a tener un estilo diferente. Voy a citar más consejos de ministros, voy a hacer gabinetes sectoriales, voy a tener una mesa de coordinación con la coalición.
—Otro estilo de conducción, no tan presidencialista.
—¿Pero sabés por qué? Porque la coalición maduró cinco años más. Pasamos a otro escalón.
—El excandidato del Partido Colorado Andrés Ojeda planteó después de la interna que debía haber un cogobierno. ¿Eso va a suceder?
—El concepto del cogobierno es que todos van a gobernar. Yo voy a gobernar con toda la coalición de gobierno. En la coalición cambiaron los parámetros internos en función de las ponderaciones. Como pasa en todos los gobiernos. El MPP tiene el 80% del Frente Amplio, ¿va a tener más incidencia en las decisiones del Frente? Sí. Es normal eso, te lo da la gente. Pero no implica (cambiar) una decisión de base, que es que todos van a participar en el Poder Ejecutivo. Es más, yo no descarto, y voy a ir un poquito más…, no solo no descarto, me parecería muy interesante y sería una oportunidad para Uruguay, que en algunos temas, en los que nos pongamos de acuerdo, quienes lo hagan no sean miembros de la coalición. No descarto tener ministros del Frente Amplio en algunos temas en los que estemos de acuerdo. Vamos a ponernos primero en la línea, en los qué, después en los cómo, y después no descarto (incluirlos).
—¿En algunas áreas en particular?
—En los temas sociales, en el tema energético. Pero no empecemos por el cargo, empecemos por el acuerdo.
—El Partido Colorado se mostró interesado en liderar el Ministerio del Interior, ¿es una posibilidad?
—No lo descarto. No me lo pidieron oficialmente. Pero el Partido Colorado tiene hombres muy notorios, como tiene el Partido Nacional, y muy preparados en seguridad pública. Empezando por Andrés Ojeda, que se ha dedicado al tema penal y al tema policial, que conoce la Policía y el ministerio por dentro, pero después también una cantidad de técnicos, así que no lo descarto.
—¿A Ojeda como ministro del Interior?
—No descarto que el Ministerio del Interior sea del Partido Colorado. Pero no lo pidió oficialmente. A todos les dije “no va a haber planteamientos de ministerios por ahora”, porque entre otras cosas también quiero ver si podemos hacer acuerdos e incorporar al Frente Amplio en un gobierno de “unidad nacional”.
Delgado-entrevista-Busqueda.jpg
—En una entrevista con Búsqueda en el ciclo Desayunos Candidatos habló de construir nuevas prisiones para mejorar la situación carcelaria. Uruguay tiene hoy récord de presos y está entre los 10 países con más presos per cápita. ¿Es deseable que siga aumentando la cantidad de presos?
—Primero, el narcotráfico es el enemigo central de cualquier gobierno. Si es un gobierno de unidad nacional, mejor, porque te da más espalda para combatir el narcotráfico. Quiero invitar al Frente Amplio a que nos acompañe. Nosotros podemos exhibir una gestión más exitosa en seguridad pública que la anterior. 2018 y 2019 fueron los años más violentos en Uruguay, con récord de delitos. Este es el único gobierno que le va a dejar al siguiente, por primera vez del año 84 a la fecha, menos denuncias de delitos de las que recibió. O sea, se actuó. ¿Estamos conformes? No, pero el camino es este. Hubo confianza en la policía, respaldo jurídico a través de la LUC (Ley de Urgente Consideración). Y nosotros no tenemos prejuicios ideológicos con la policía. Ahora, ¿cómo combatís para adelante? ¿Con represión? No hay seguridad pública sin represión, rehabilitación y reinserción. Ese es el enfoque dual. Hay 28 o 29 personas que salen de la cárcel por día. Ahí tenés que tener un Estado cerca, presente, en la rehabilitación y en la reinserción, porque salen sin familia, sin amigos, y son muy vulnerables a los circuitos delictivos si no les das oportunidades, vía Dinali (Dirección Nacional de Apoyo al Liberado), el Mides (Ministerio de Desarrollo Social), el programa de donde el Estado subsidia parte del salario y de los aportes a las empresas que los contraten, con Inefop (Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional) o la UTU que les dan capacitación. Ahí es que empezás a generar un circuito que permite a la gente tener una segunda oportunidad. Este gobierno va a hacer tres cárceles nuevas, una de máxima seguridad, además de que arregló varias del interior. Vamos a terminar con 3.500 plazas más. Ahora, también es verdad que los que reprimen no son los que rehabilitan. Por eso mi idea es sacar el manejo de las cárceles del Ministerio de Interior y que la maneje el Ministerio de Justicia.
—Volviendo a la pregunta, el récord de presos que tiene Uruguay hoy, unos 16.000, ¿lo ve como un problema o no necesariamente?
—Es parte del accionar efectivo de la policía.
—Pero podrían imponerse más penas alternativas que no impliquen cárcel para delitos menores, por ejemplo.
—Hay penas alternativas, y se usan. Pero no depende de nosotros, depende de la Justicia, ¿no?
—También depende del seguimiento que se da a las penas alternativas, la eficacia con que se cumplen…
—Nuestra idea es incorporar tecnología de inteligencia artificial para ver conductas patológicas y hay un mecanismo que queremos implementar para las penas alternativas o sustitutivas a la prisión, un software con georreferenciación que utiliza el celular donde tenés que reportarte varias veces por día y tenés un verificador de rostro. Es un mecanismo mucho más ágil de seguimiento de las penas alternativas, sobre todo cuando tienen prisión domiciliaria o restricciones de cercanía. Pero yo no comparto que la raíz de la inseguridad pública sea esa visión romántica de la delincuencia, que son las causas del delito. No la comparto. Creo que hay que atacar las causas pero también las consecuencias. Por eso hablo de represión y rehabilitación. Enfoque dual. El Frente Amplio fracasó en las dos, en las consecuencias porque nos dejó el récord histórico de delitos en Uruguay, y también en trabajar en las causas porque la mitad de los homicidas tienen menos de 26 años y el 50% de los que están en prisión tienen menos de 29. Son personas que cuando empezó el Frente Amplio en el gobierno tenían cinco años.
—Uno de los claim de campaña del Frente Amplio es que gobierne la honestidad, y en el debate Orsi hizo hincapié en que los dos principales escándalos de presunta corrupción en el gobierno ocurrieron en la Torre Ejecutiva. ¿Cree que los casos de Marset y Astesiano impactarán en la votación del oficialismo?
—Lo de corrupción yo no lo asumo. Nadie está vacunado contra eso, pero en este caso no hubo ningún jerarca ni cargo de confianza ni ministro ni vicepresidente ni presidente de banco procesado o imputado.
—Hay investigaciones en marcha todavía…
—Dije que no hubo. Hasta el momento no hubo ningún jerarca de la administración procesado o imputado por un tema de corrupción. Cosa que no pueden decir en el Frente Amplio porque sí hubo casos sonados. Pero no me voy a detener en eso. Me imagino que la frase ‘si sos de izquierda no sos corrupto y sos corrupto no sos de izquierda’, que lo dijo ya sabemos quién, quedó perimida. Nadie está vacunado. A mí lo que más me preocupa es la deshonestidad intelectual. La honestidad no es un valor diferencial para que un político pida que lo voten. Ahí sí creo que el Frente hizo mucha agua. Tiene que ver con la credibilidad para decirle la verdad a la gente.
Delgado-balotaje-entrevista.jpg
Álvaro Delgado durante su entrevista con Búsqueda.
Mauricio Zina / adhocFOTOS
—Usted sumó al exasesor presidencial Roberto Lafluf a su equipo, a quien la exvicecanciller Carolina Ache acusó de haber destruido un documento que debía ir a la Justicia relacionado al caso de la entrega del pasaporte a Sebastián Marset (destrucción que el presidente Lacalle Pou confirmó, aunque dijo que no era parte del expediente administrativo). ¿Haber incorporado a alguien que tuvo una conducta que está siendo investigada por la Justicia no es una señal negativa?
—Estás partiendo de una afirmación que yo no comparto.
—¿Cuál?
—Lo estás casi imputando de cosas que no están decididas.
—No, no.
—El equipo lo integran 20 personas. Hasta donde sé, hasta ahora no hay ningún tipo ni de investigación ni de imputación.
—Investigación sí, en la Fiscalía.
—Bueno, todavía no fueron citados. En Uruguay rigen el Estado de derecho y el principio de inocencia. Si mañana son otras condiciones, vemos. Pero hoy esta es la realidad, yo le tengo confianza personal y profesional. Y tengo otro relato de los hechos, pero en definitiva lo va a definir la Justicia. Mientras no lo defina, ni tú ni yo somos jueces para definir quién está imputado y quién no.
—No dije que está imputado. También hay cuestiones que pueden evaluarse desde el plano de la ética, aunque no necesariamente constituyan delito.
—No es por ahí. En Uruguay se parte del principio de la inocencia y hasta que la Justicia se expida esta es la realidad.
—¿Cree que el domingo se va a saber quién es el próximo presidente?
—Creo que sí, espero que no pase lo de la elección pasada. Creo que los uruguayos nos merecemos mantener la tradición que tenemos y que lo que pasó la vez pasada fue una excepción en la historia del Uruguay y no estuvo bueno. Creo que está bueno que esa noche saludemos todos al presidente de la República. Después es la gente la que resuelve y lo vamos a ver el domingo.
—Hablaba de que espera que el Frente Amplio haya cambiado el chip, que haya entendido la señal y esté dispuesto a acordar; en un escenario donde el triunfo sea del Frente Amplio, ¿va a encontrar esa misma actitud en la coalición?
—Sería deshonesto intelectualmente si lo planteara solo en un escenario de si gano. Estoy convencido de que voy a ganar y estoy convencido de que voy a ser el presidente electo y por eso estoy convencido de que el 25 voy a citar a Yamandú a empezar a hablar de unidad nacional.
—Y si Orsi lo cita a usted…
—Sería deshonesto intelectualmente si fuera unidireccional, porque no podés pedir lo que no estás dispuesto a dar.