Esos ajustes en el funcionamiento contemplarán las “trayectorias y situaciones funcionales” de las posiciones actuales y tendrán como objetivo “preparar a la organización para un eventual proceso de reconversión o reestructuración integral”, indica el documento presentado por las autoridades de Ancap a fines de agosto y que contiene definiciones, como la creación de la Gerencia de Excelencia Operacional o líneas de orientación y gobernanza en las empresas vinculadas.
Tras el fracaso de aquella estrategia impulsada por el entonces presidente de Ancap, Alejandro Stipanicic, la producción de pórtland se mantuvo activa en las dos plantas industriales pero de forma rotativa, alternando el encendido de los hornos entre la de Minas y la de Paysandú. Esa operativa, que se llevó a cabo desde mediados del año pasado, sigue hasta hoy, con algunos ajustes, porque se suceden roturas, falta de repuestos, entre otros problemas.
La intención de Ancap es mantener la participación en el mercado de cemento, que, tras el ingreso en 2021 de la empresa Cielo Azul —cuya planta está en Treinta y Tres—, se redujo a cerca de un tercio.
Presidenta Ancap.jpg
Presidenta de Ancap, Cecilia San Román.
Mauricio Zina/adhocFOTOS
Tras asumir, la presidenta de la empresa estatal, Cecilia San Román, dijo a Búsqueda que una de las “prioridades” de la gestión sería buscar para el área del pórtland una solución rápidamente, a partir de un análisis consensuado, para avanzar “con pasos cortos pero seguros”. También señaló que sería “un desperdicio” perder la porción del mercado que Ancap tiene ganado, pero que debía haber una “sensatez del negocio” con base en el análisis de la situación de cada planta.
En esa misma línea, el 22 de setiembre en Radio Carve se refirió a la “capacidad ociosa gigantesca” de las fábricas y afirmó que la de Minas es la “más eficiente”. Consultada sobre las decisiones a futuro, opinó que “lo ideal” sería “fortalecer” o “concentrar en una planta” la producción.
”Conjunto de alternativas”
Puertas adentro de Ancap, ocho técnicos trabajan en la elaboración de alternativas para encaminar el negocio del pórtland hacia una senda de sostenibilidad para los siguientes 15 años, dijo a Búsqueda una fuente del ente. Explicó que los escenarios que se están elaborando se realizan con los datos del mercado actual, en función del nivel de ventas, el precio por tonelada del producto y las inversiones necesarias para la adecuación tecnológica de las plantas.
En paralelo, el ente contrató dos consultorías. Una se enfoca en evaluar el flujo financiero y económico del negocio del pórtland y la otra en analizar el impacto económico y social de la producción de cemento en Paysandú y en Lavalleja, indicó.
Se definió elevar a fin de este mes el “conjunto de alternativas de reorganización y estrategia” para el negocio, según señala el documento presentado en agosto.
Actualmente, el pórtland de Ancap se está produciendo principalmente en Minas, que cuenta con 180 trabajadores, de los cuales 86 son tercerizados. Cuando se tiene que detener la producción por roturas o desperfectos que no se pueden resolver en poco tiempo, se alterna la fabricación con la planta de Paysandú, en donde trabajan 190 personas, de las cuales 75 son contratadas, detalló la fuente.
En 2024, las ventas de pórtland de Ancap totalizaron 279.000 toneladas, de las cuales 41.000 (15%) compró a Cementos Artigas, una de las competidoras en el mercado local.
Las pérdidas que ese año arrojó el pórtland totalizaron US$ 24,5 millones, según la última publicación de resultados financieros que el ente realizó en abril. Ancap cerró el ejercicio de 2024 con un rojo de US$ 118 millones.
En lo que va de 2025 se llevan vendidas 220.000 toneladas, informó a Búsqueda una fuente de Ancap. De ese total, indicó, 180.000 fueron propias y las otras 40.000 fueron abastecidas por su competidor, Cementos Artigas, cuyos accionistas son españoles.
En 2023 y 2024 la producción de cemento del ente utilizó clínker comprado por un acuerdo comercial que había cerrado con otra de las firmas competidoras.
Ni privatización ni cierre de planta
En el marco de los conflictos que se sucedieron en los últimos meses con el sindicato de Ancap (Fancap) en las áreas de operación y mantenimiento de cañería de la planta de La Teja, los dirigentes solicitaron participar de la construcción de los escenarios posibles para el pórtland. “Sabemos los límites, no vamos a tomar una decisión, pero sí queremos aportar, acompañar el proceso, ver en qué podemos incidir y hasta donde”, indicó a Búsqueda una fuente sindical.
“No vamos a aceptar la posibilidad del cierre de ninguna planta o la asociación o privatización. Nos podemos poner de acuerdo de hacia dónde podemos llegar, de ir consolidando paso a paso la industria. Habrá que invertir progresivamente para que eso venga acompañado con creación de oportunidades en el mercado y baja de costos”, reflexionó uno de los dirigentes.
Consideró que en un plan estratégico de largo plazo debería haber hitos y metas de mejora año a año.
Hasta el momento, se conformaron dos ámbitos de intercambio con representantes de los trabajadores: uno bipartito y de carácter más político, integrado por el directorio oficialista de Ancap, la Gerencia General y la de Recursos Humanos, los dirigentes de Fancap de primera línea y los de los sectores de Minas y Paysandú.
Fancap.jpg
Representantes de la Federación Ancap comenzaron a reunirse con autoridades y técnicos del ente para analizar alternativas para el pórtland.
Santiago Mazzarovich, adhoc/FOTOS
La segunda mesa de trabajo es de carácter técnico, para la que Fancap nombró a tres representantes, dos de Minas y uno de Paysandú. En este último ámbito, las partes acordaron trabajar bajo confidencialidad porque se prevé el intercambio de datos e información sensible para un mercado donde participan otros tres competidores (Cementos Artigas, Cielo Azul y Cimsa).
Para Fancap, la solución de fondo para el pórtland debe descartar el cierre de alguna de las plantas, la no incorporación de personal, procesos de desinversión o despidos del personal tercerizado, señaló la fuente sindical. Y apuntó que cualquier estrategia para recomponer e ir consolidando la industria va a llevar no menos de 10 años de trabajo con cambios graduales y en función de la coyuntura del mercado.
Evaluó que, actualmente, la actividad del sector está “deprimida” en cuanto a capacidad de producción y nivel de consumo.
Antes de que asumiera la actual administración, Fancap presentó a la designada ministra de Industria, Fernanda Cardona, un documento en el que reconocía que la situación en el pórtland era “bastante complicada”. Indicaba que mientras se discutía un “plan de desarrollo” futuro para fortalecer la industria, las plantas funcionaran durante todo el año. Para ello, advertía, se requeriría un “shock de al menos un tercio del personal actual”, además de realizar inversiones para el mantenimiento cotidiano y “de fondo” para sostener la capacidad de producción.