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    María Helena Mainard: “Vivís judicializando a gente que está enferma”, que “tiene un problema” de adicción

    La nueva presidenta del gremio de jueces cree que el consumo de drogas es “el factor que más incide” en los cambios en la criminalidad: “Antes había un homicidio y tenías los motivos, mataban por algo, ahora ya no hay”

    Una de las preocupaciones de la nueva directiva del gremio es “la cantidad de sumarios e investigaciones” contra jueces, sobre todo por acoso laboral. Otro tema que ven con inquietud y en el que se proponen trabajar es la alta cantidad de funcionarios con tratamiento psiquiátrico.

    Por otro lado, Mainard —que en octubre fue ascendida por la SCJ de jueza en lo penal a ministra del Tribunal de Apelaciones suplente— considera “un tema grave” el hecho de que en los últimos años se hayan registrado “muchas situaciones” de críticas de integrantes del Poder Ejecutivo a la labor del Poder Judicial. En su opinión, esa actitud “implica una injerencia” en las funciones de otro poder. Se refirió, como ejemplo, a las declaraciones que hizo Luis Alberto Heber cuando ella había resulto aceptar un habeas corpus presentado por Ricardo Cáceres para terminar con su aislamiento en la cárcel. “Realmente es una jueza que no nos ayuda”, afirmó en aquel momento el exministro del Interior.

    Lo que sigue es una síntesis de la entrevista que Mainard mantuvo con Búsqueda.

    —Fue electa presidenta de la AMU siendo la candidata de la lista de oposición. ¿Cómo fueron los primeros meses?

    —Cuando se me propuso, dudé, porque hubo que decidir cosas y ver si la gente estaba motivada para hacer otro tipo de propuestas. Pero realmente venimos muy bien, es una directiva en la que se habla, en la que nos comunicamos con todas las personas mediante el diálogo primero. Con diferencias, porque el dialogar no implica que estemos todos de acuerdo, pero van surgiendo buenas soluciones.

    —¿Y cómo tomó que renunciaran al gremio quienes integraban la directiva anterior?

    —Son decisiones personales que no afectan a la asociación.

    —¿Por qué cree que resultaron electos?

    —Creo que todos queremos lo mismo: lograr las mejores condiciones de trabajo. Pero a veces los métodos son diferentes. Nosotros siempre hemos apostado al diálogo con todos los actores que integran el Poder Judicial. Se van planteando cosas, se van resolviendo. Hace poco tuvimos una reunión con la SCJ, nos recibieron los cinco ministros, fuimos escuchados de una manera supercordial y se hizo un punteo de cosas que queremos modificar o plantear. Veremos qué resolución hay, pero vemos que hay disposición a dialogar, a conversar. Esa es la tesitura que tenemos.

    —¿Más diálogo y menos conflictos?

    —Sí, menos conflictos. Estamos tratando de buscar soluciones, y es una directiva que me resulta bastante madura. Acá nadie viene con soluciones impuestas, sino que las discutimos en la mesa, y eso da muy buenos resultados.

    —¿Cuáles son esas prioridades que le plantearon los ministros de la SCJ?

    —Hay muchas cosas para corregir. Sobre la carrera judicial, queremos obtener algunas mejoras, y en el tema de las calificaciones para los ascensos.

    —Son de los temas en los que más puso foco la directiva anterior, que incluso se declaró en conflicto. ¿Van a mantener esa posición?

    —Mantener el conflicto, o no, no lo resuelve la directiva, lo resuelve la asamblea de socios. Por ahora no nos sentimos en una situación de conflicto ante la Corte. Estamos en contra desde la lista que yo presidí.

    —¿Coincide con la directiva anterior en que hay falta de transparencia en el tema de la carrera judicial?

    —No sé. No creo que haya un sistema en ninguna parte del mundo que sea óptimo. Creo que todo es mejorable y en eso se está trabajando. Pero, bueno, la opacidad a la que se refieren es el tema de la discrecionalidad que tiene la Corte en las designaciones, y eso está establecido en la Constitución.

    —Entonces, ¿qué es lo que quieren cambiar?

    —Nosotros estamos a favor del concurso, a favor de todos los ítems que integran el concepto calificaciones. Estamos tratando de mejorar ciertas cosas. Por ejemplo, se propuso que para las calificaciones se integren otros tipos de ítems que antes no se consideraban, pero todavía estamos trabajando en eso.

    —¿Qué piensa con respecto a la posible creación de un Ministerio de Justicia?

    —Esos son temas políticos sobre los cuales no voy a emitir opinión, porque no me corresponde hablar sobre la conveniencia o no de crear un Ministerio de Justicia.

    —Respecto a los recursos que el sistema político le asigna al Poder Judicial, que se han mantenido, ¿qué piensa?

    —Obviamente que nos faltan recursos. Falta solucionar muchos problemas que tiene el Poder Judicial: edilicios, recursos humanos, técnicos. Hace años que estamos siempre con el mismo presupuesto.

    —¿Cuáles serán las prioridades que plantearán para el próximo Presupuesto?

    —Faltan recursos humanos; a nivel de jueces, mayor cantidad de jueces suplentes. A nivel del interior, planteos concretos no hemos tenido. El tema que más preocupa son las suplencias, por el tema de las licencias y de licencias maternales. También creo que uno de los temas fundamentales es el estado de las sedes. Hay muchas carencias del punto de vista edilicio y de seguridad.

    —¿Reclaman un protocolo de seguridad?

    —Sí. No tenemos policías. Me pasaba que estábamos en la Oficina Penal Centralizada (Opec) todos esperando las audiencias con los detenidos y no tenías un policía que llevara al preso del carcelalaje hasta tu despacho. El tema de la policía fue planteado por la directiva anterior y venimos insistiendo también, pero no depende del Poder Judicial, depende del Ministerio del Interior.

    —También afecta la dificultad para el traslado de los detenidos hacia los juzgados…

    —Empezar en hora una audiencia en la Opec era como sacarte un premio. Yo creo que en los meses que estuve empecé en hora tres audiencias. Si no está una de las partes, falta el fiscal o el preso no vino porque no hay policías para conducirlo, tiene que haber soluciones. Ya ha habido reuniones, pero le falta gente al Ministerio del Interior para asignar a los juzgados.

    —Se ha especializado en la materia penal, ¿cómo cree que ha evolucionado el crimen en estos últimos años? Se ha visto un cambio en la criminalidad.

    —Ese cambio obedece a muchos factores. En el aumento de la criminalidad está el tema del narcotráfico y la droga. La mayor parte de la gente que formalizamos o condenamos en la Opec es gente consumidora. Vivís judicializando a gente que está enferma. En definitiva, es gente que tiene un problema que es el consumo de estupefacientes, amén de la venta. Creo que el factor que más incide es el tema de consumo de sustancias en el aumento de la criminalidad. Han cambiado muchísimo los delitos desde que fui por primera vez juez letrado hasta ahora. Antes había un homicidio y tenías los motivos: te mataban por algo. Ahora ya no hay motivo, no hay motivación. Antes era reimportante preguntar “¿por qué lo mató?”. Ahora ya ni cuenta eso, porque no se sabe por qué lo mataron.

    —¿Cómo impactó el Código del Proceso Penal en la población carcelaria?

    —Hay más condenas, porque la mayor parte de los procesos se resuelven por el proceso abreviado, y obviamente que la población carcelaria está desbordada. Desde el punto de vista de los jueces estamos ocupando el rol que tenemos que ocupar: el juez decide, el juez no instruye. Ahora los jueces cumplen la función que tienen que cumplir, que es la de juzgar. El único tema que veo ahí es el tema de los procesos abreviados, que muchos expertos dicen que ni siquiera es un proceso porque no hay diligenciamiento de prueba, no hay evaluación de prueba. Pero en casi todos los países donde hay un proceso acusatorio está el mismo problema de la sobrepoblación carcelaria.

    —¿Se trabaja de forma adecuada en el control del consentimiento?

    —El juez no solo controla el consentimiento. A veces te vienen a plantear acuerdos y te relatan hechos y vos decís “esto no es una rapiña”. El juez está a lo que las partes acuerdan: hechos, derecho y pena. Por la ley estamos muy limitados, pero yo he rechazado procesos abreviados, porque de repente los hechos que me están relatando (los fiscales) no coinciden con lo que están pidiendo, relataron un arrebato cuando era una rapiña.

    —¿Cree que falta formación en los fiscales?

    —Creo que están saturados de trabajo, que la nueva función que asumieron los sobrepasó. Hay que decir la verdad, los jueces trabajábamos con una oficina totalmente diferente, con todo un equipo que trabajaba para que después el juez cumpliera su función. Y esa función de golpe pasó a una Fiscalía que no estaba organizada como estaba el Poder Judicial, y les cuesta mucho. Están haciendo lo que pueden.

    —¿Cómo toma las críticas que realizan desde el sistema político al trabajo de los jueces? El año pasado fue cuestionada por el exministro Luis Alberto Heber por conceder un habeas corpus a Ricardo Cáceres, condenado por reiterados delitos de organización de actividades de narcotráfico, para que tenga acceso al patio y a educación.

    —Creo que todo el mundo tiene derecho a opinar pero, cuando esa opinión implica una injerencia en lo que son las funciones de otro poder, creo que es un tema grave. Yo no tuve ningún problema con él, fue Heber el que lo tuvo conmigo, ni siquiera conozco al exministro. Solo lo conozco porque es una persona pública. Lo tomé con mucho disgusto. En su momento me ocasionó muchos problemas, porque yo mantengo un perfil muy bajo y se me expuso públicamente. No solo Heber. Se me expuso de una forma cruel, en la prensa también. Me la banqué muy bien, con ayuda de toda la gente que me conoce, que sabe cómo he trabajado, pero no fue fácil. Lo más grave fue la injerencia de un poder a las funciones de otro poder. Se supone que son son poderes independientes y una cosa es la opinión que vos des en un asado con amigos y otra cosa es como titular de un ministerio. Creo que eso fue grave.

    —¿Cree que en el último tiempo eso se ha agravado?

    —Sí, claro. Hubo pila de situaciones. Y creo que está mal.

    —¿Qué otro tema les preocupa?

    —Se confirmó la creación de la oficina de salud laboral de nuevo, que es todo un tema por la cantidad de sumarios e investigaciones que hay a nivel de jueces. La mayoría ahora son por acoso laboral. Es un tema que nos preocupa y que estamos tratando en la directiva.

    —¿Creen que faltan más acciones que la creación de la oficina?

    —Hay que trabajar muchísimo en salud laboral. No es por victimizarnos, pero la carrera de jueces es muy difícil. A veces implica ir a vivir a otro departamento, llevarte a tu hijo, el desapego con tu familia, con tus vínculos, ir a lugares donde no conocés. No es fácil. Hay mucha gente que está bajo tratamiento psiquiátrico, psicológico, no es una carrera fácil de sobrellevar, y estamos tratando de que todo no se agote en la creación de una oficina de salud laboral.