Durante un encuentro con el presidente Yamandú Orsi, el ex primer ministro británico destacó el potencial del país para experimentar con esta tecnología en la modernización del Estado
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáTony Blair llegó a Montevideo el miércoles 22, cerca del mediodía, acompañado por tres colaboradores, con un interés especial en conocer al presidente de la República, Yamandú Orsi. Después de su arribo al aeropuerto se trasladó directo a la Torre Ejecutiva y mantuvo un encuentro reservado con el mandatario uruguayo, antes de continuar su viaje a Buenos Aires, en lo que fuentes del gobierno consultadas por Búsqueda describieron como una parada corta pero significativa.
La reunión apuntó a avanzar en la agenda de cooperación entre Uruguay y el Tony Blair Institute (TBI), la entidad que dirige el ex primer ministro británico y que impulsa proyectos de modernización estatal en más de 50 países. El vínculo formal se estableció en setiembre, cuando ambas partes firmaron en Nueva York —a donde Orsi viajó para participar en la Asamblea General de la ONU— un convenio de cooperación y entendimiento mutuo.
Durante la reunión se abordaron distintos temas de “interés estratégico”, incluyendo el desarrollo tecnológico, la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, así como la potencial aplicación de la inteligencia artificial (IA) en la gestión pública, un área que la fundación considera decisiva para modernizar los Estados en un contexto de cambios tecnológicos acelerados.
Blair planteó que la IA está cambiando rápidamente la forma en que empresas y gobiernos manejan la información, y que muchos Estados acumulan datos sin poder aprovecharlos bien. Por eso, destacó “la importancia” de que los funcionarios aprendan a usar estas herramientas de manera efectiva en su trabajo, sin que la tecnología los sobrepase.
En ese marco, Uruguay fue señalado por el británico como un país con “condiciones ideales” para funcionar como un “laboratorio de IA” regional. Según el ex primer ministro, el tamaño del país, su experiencia en gestión pública y el talento local ofrecen oportunidades para experimentar con nuevos enfoques.
Tras la reunión en Montevideo, Blair se trasladó a la capital argentina para participar en la reunión anual del Consejo Internacional del JP Morgan, donde ejerce como presidente, y continúa involucrado en estrategias internacionales, incluida la presentada recientemente por Donald Trump sobre la situación en Gaza. Fuentes consultadas aclararon que, aunque se discutieron oportunidades de cooperación, no se habló de la apertura de oficinas de la fundación en Uruguay.
Blair fundó el TBI en 2016 con el objetivo de recaudar fondos de donantes de alto nivel para financiar análisis de políticas y proyectos de interés social, y hoy la fundación se centra sobre todo en promover la tecnología y la IA como herramientas para modernizar la administración pública.
El TBI asesora a gobiernos y empresas sobre estrategia y políticas, estudia la percepción de la IA y la gestión de datos públicos, y publica informes, como “Gobernando en la era de la IA”, que muestran cómo la incorporación de la IA puede modernizar los servicios públicos y aumentar la eficiencia del Estado.
El ex primer ministro también utiliza foros internacionales para difundir esta visión. En junio pasado, durante el festival SXSW London, advirtió que Gran Bretaña debía incorporar la IA en áreas como salud y educación o corría el riesgo de quedarse atrás en lo que describió como “la mayor transformación desde la Revolución Industrial”. Según Blair, los temores sobre la IA deberían verse compensados por su impacto “absolutamente transformador”, capaz de hacer a los gobiernos más eficientes, mejorar la atención en los servicios y ahorrar tiempo y recursos. “Se puede usar la inteligencia artificial para agilizar los procesos gubernamentales, desde tareas rutinarias hasta la atención a la ciudadanía. También permite fusionar datos entre departamentos para tomar decisiones más acertadas, por ejemplo en salud, y personalizar servicios como la educación con tutores de inteligencia artificial o integrar médicos y enfermeras asistidos por esta tecnología”, señaló.
La cercanía de la fundación con las principales empresas tecnológicas ha despertado críticas. Una investigación desarrollada por varios medios, entre ellos el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística y Lighthouse Reports, detallaron en setiembre que el TBI recibe cada vez más financiamiento de compañías como Oracle.
En Uruguay, el gobierno asegura que avanza en la incorporación de la IA en los servicios públicos. La Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y el Conocimiento (Agesic) está implementando una “hoja de ruta” para acelerar su adopción y lanzará un par de proyectos de “alto impacto” como casos pilotos que combinan infraestructura, capacidades técnicas y la colaboración de distintos organismos públicos.
Además, la agencia cuenta con la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial 2024-2030, elaborada con el apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina y la Unesco, que busca promover un uso ético, responsable y seguro de la tecnología. Sin embargo, más allá de los planes estratégicos, la regulación avanza con lentitud.
El Parlamento, que busca legislar sobre IA, aún carece de protocolos, normas y mecanismos de control interno sobre el asunto y no existen medidas claras para prevenir filtraciones de datos sensibles a través de plataformas como ChatGPT o Gemini, según informó Búsqueda a principios de octubre. Esta falta de directrices genera un vacío operativo: los funcionarios podrían utilizar estas herramientas sin pautas claras, con el riesgo de que expedientes con información personal de ciudadanos terminen incorporándose a grandes modelos de lenguaje desarrollados por empresas como Meta, OpenAI o Google.
El gobierno de Orsi ha anunciado que impulsará una norma específica como parte de su nueva agenda digital, aunque todavía no hay fechas ni propuestas concretas.
En paralelo a la reunión de Blair, Uruguay busca atraer más inversiones tecnológicas y desarrollar un nuevo centro de datos (data center) que sigue el ejemplo del anunciado por Google en 2024, en Canelones, que implicará una inversión de 850 millones de dólares y se convertirá en su segundo centro de datos en Latinoamérica.
El secretario de la Presidencia, Alejandro Sánchez, destacó recientemente en un evento organizado por la Cámara de Comercio Uruguay-Estados Unidos que el país necesita “políticas sectoriales” que faciliten este tipo de inversiones y permitan aumentar la capacidad tecnológica del país. En ese marco, el impulso a la instalación de data centers se suma a la estrategia del gobierno para impulsar la innovación, que también incluye proyectos como Uruguay Innova, “el desarrollo de energías verdes y la promoción de la movilidad eléctrica”, todo con el objetivo de atraer inversión extranjera.