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    El regreso de la “nueva Policía”: una decena de oficiales del eje Layera-Guarteche ocuparán puestos jerárquicos en la próxima administración

    En cargos clave relacionados a investigación e inteligencia, la Policía Nacional verá el retorno de efectivos formados durante los gobiernos del Frente Amplio

    Eduardo Bonomi, entonces ministro del Interior, la definió en 2016 como una “nueva Policía Nacional”. El término se instaló para describir a la institución que se encargó de la seguridad pública bajo la gestión de Bonomi, durante los últimos dos gobiernos del Frente Amplio.

    Liderada inicialmente por Julio Guarteche y luego por Mario Layera, la gestión de la Policía Nacional se vinculó con una mayor capacitación, transparencia, uso de tecnología y un enfoque más horizontal. Sin embargo, también se la señaló por su falta de eficacia en la represión del crimen y cierta debilidad frente a la delincuencia. Con la llegada del gobierno de coalición en 2020, algunos de los oficiales de ese período —sobre todo los más representativos— dieron voluntariamente un paso al costado o fueron dejados de lado; otros continuaron y terminaron en puestos de relevancia. Ahora, el futuro ministro del Interior, Carlos Negro, decidió agruparlos a varios de ellos para conformar su equipo policial.

    La semana pasada Negro los presentó a todos, días después de anunciar a los jerarcas políticos que lo acompañarán en el ministerio. “El equipo de oficiales que tendrá a su cargo la conducción de la Policía Nacional se destaca por su profesionalismo, trayectoria y experiencia. En todos los casos son funcionarios de carrera que han tenido altas responsabilidades en el actual y en anteriores gobiernos, trascendiendo por su propia condición de policías cualquier perfil político”, afirmó el exfiscal el jueves 30 en su cuenta de X.

    Fuentes oficiales aseguraron a Búsqueda que en los nombramientos hubo una incidencia “bastante grande” de Layera, más allá de la opinión de Negro, Alejandro Sánchez (futuro secretario de Presidencia), Jorge Díaz (futuro prosecretario de Presidencia) y José Manuel Azambuya, que se mantendrá como director de la Policía Nacional. “Su mano estuvo en todo”, dijo una de las fuentes.

    Layera fue jefe de Policía de Montevideo y luego director de la Policía Nacional, cargo que dejó el 1º de marzo de 2020 con la asunción de Luis Lacalle Pou. Gran parte de su carrera la realizó en la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (DGRTID) bajo el mando de Guarteche. De esa labor aprendió características policiales que considera esenciales: énfasis en la inteligencia, análisis criminal, actualización de tecnología, sigilo, seguimiento de protocolos y capacitación internacional con agencias más experimentadas.

    A pesar de no desempeñar funciones públicas desde 2020, en los últimos años sí se pronunció contra ciertas medidas de seguridad del gobierno —varias incluidas en la Ley de Urgente Consideración (LUC)— y asesoró al presidente electo Yamandú Orsi durante la campaña electoral. En la próxima administración será director de la Secretaría de Inteligencia Estratégica de Estado, desde donde se presupone que asumirá un rol más activo con la Policía Nacional, especialmente en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. El cuadro policial de Negro contará con jerarcas de máxima confianza de Layera, otros que trabajaron con él y otros del perfil profesional que él valora.

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    Los nuevos oficiales policiales en un encuentro realizado la semana pasada con las próximas autoridades del Ministerio del Interior.

    Los nuevos oficiales policiales en un encuentro realizado la semana pasada con las próximas autoridades del Ministerio del Interior.

    Uno de los nombres que sobresale es el de Alfredo Clavijo, muy asociado a Layera a pesar de que nunca se desempeñó en la Dirección de Drogas. Como integrante de la Dirección Nacional Guardia Republicana, Clavijo desarrolló funciones operativas bajo las órdenes de Layera. Por su juventud, aspecto atlético y formación teórica, Clavijo se transformó en un símbolo de la “nueva Policía” de Bonomi, figura acrecentada por la entonces oposición con versiones falsas sobre un vínculo familiar con el exministro. En la próxima administración será subdirector administrativo de la Policía, el segundo puesto de importancia por debajo de Azambuya en la escala jerárquica. Supervisará las acciones sobre Montevideo y se espera que, debido a su perfil operativo —propio de la Guardia Republicana— se lo designe también como supervisor de tareas operativas.

    Quien sí mantuvo una relación profesional estrecha con Layera es Julio Sena, que ocupará el cargo de director de Investigaciones. Es, en los hechos, un puesto casi más importante que el de Clavijo. Desde 2019 esa unidad aglomera a las divisiones más relevantes de la Policía, por lo cual en su persona confluyen las áreas más sensibles y determinantes contra el delito: Drogas, Lucha contra el Crimen Organizado e Interpol, Información e Inteligencia Policial, Hechos Complejos, Apoyo Tecnológico e Investigación y Análisis Penitenciario. Sena conoce a Layera de sus tiempos en la DGRTID y su último puesto fue en 2019 como director de Lucha Contra el Crimen Organizado e Interpol.

    También retornará Ana Sosa, que en el actual período de gobierno abandonó la Policía y trabajó como asesora en seguridad para la Intendencia de Montevideo. Con experiencia en la DGRTID y especializada en Análisis Criminal, el último puesto de Sosa fue como directora del Centro de Comando Unificado (CCU) desde donde se controlan las cámaras de videovigilancia, los servicios de emergencia y el monitoreo electrónico de tobilleras.

    Otro policía cercano a Layera que vuelve a la institución es Williams García, quien será director de Identificación Civil. Se trata de una unidad no estrictamente vinculada a lo policial ni a lo operativo, pero que en los últimos años tomó más relevancia debido a que autoriza la emisión de documentos de identidad y pasaporte en un contexto de globalización del crimen organizado y de inmigración a Uruguay de personas con lazos a bandas delictivas de sus países de origen. García también estuvo en la DGRTID y fue director de Investigaciones hasta la llegada de Lacalle Pou.

    Además de Sena, Sosa y García, otros futuros jerarcas conocidos por Layera y con pasado en la Dirección de Drogas son Robert Correa (quien será el director de la DGRTID), Juan Álvez (Crimen Organizado e Interpol) y Virgilio De los Santos (Hechos Complejos). En direcciones menos importantes estarán Fernando Arbiza (Aviación) y Ruben Rianni (Fiscalización de Empresas), mientras que al frente de al menos tres jefaturas departamentales habrá oficiales con amplia experiencia en la Dirección de Drogas: Pablo Lotito (Montevideo), José Osorio (San José) y Alfredo Rodríguez, actualmente director de la DGRTID y a quién se le ofrecerá la conducción policial de un departamento.

    ¿Quiénes se mantienen en la Policía Nacional?

    Al introducir el concepto “nueva Policía”, Bonomi argumentó que en 2005 se trataba de una institución “obsoleta, desactualizada, desmotivada y poco profesionalizada” que necesitaba de una “reforma integral”. Esa reestructura se impulsó a partir de 2010 con elementos como la Ley Orgánica Policial (N° 19.315), herramientas online de información como el Sistema de Gestión de Seguridad Pública (SGSP), cambios organizativos con la creación de nuevas direcciones, cambios en el despliegue con nuevas divisiones territoriales y medidas apalancadas en evidencia científica como el Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO), un patrullaje sostenido según las zonas con mayores delitos. La reforma fue promocionada dentro de la Policía por Guarteche y Layera.

    En marzo de 2020, ante cifras récord de algunos delitos como los homicidios y un complejo panorama de violencia en todo el país, la coalición republicana decidió virar el rumbo con la salida de oficiales como Layera, Clavijo, Sena, Sosa y García. Asumieron en puestos fundamentales Diego Fernández (director de la Policía Nacional) y Erode Ruíz (jefe de Montevideo), con una impronta más vertical y decidida a reprimir el delito frente a un desgaste en la relación Policía-Frente Amplio que había dejado en ciertas filas policiales la sensación de falta de respaldo político.

    “La equivocación nace de contraponer un relato, de instalar un gobierno dentro de la institución policial de tipo refundacional, de ignorar todo lo demás que se hizo, de decir que se ignora y de cambiar a los especialistas que estaban trabajando, simplemente porque habían participado en equipos de trabajo de otro gobierno”, dijo Layera en setiembre, entrevistado por Desayunos informales de Canal 12, al intentar explicar por qué se produjo la salida de él y otros efectivos. “Eso es caprichoso, es la falta de una política criminal de Estado donde la institución policial no sufra los vaivenes, la dejen actuar, le permitan ser escuchados y le permitan profesionalizarse de una vez por todas”, añadió.

    A inicios de 2023, el entonces ministro del Interior, Luis Alberto Heber, decidió reemplazar a Fernández por Azambuya como director de la Policía Nacional. Fue un cambio en un momento complejo para el gobierno, que enfrentaba públicamente el caso del exjefe de la custodia presidencial Alejandro Astesiano y la difusión de mensajes que demostraban su influencia en estamentos de la Policía.

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    José Manuel Azambuya (a la derecha de la imagen) acompañado en 2014 por el entonces director de la Policía, Julio Guarteche (al centro) y por Williams García, quien será director de Identificación Civil.

    José Manuel Azambuya (a la derecha de la imagen) acompañado en 2014 por el entonces director de la Policía, Julio Guarteche (al centro) y por Williams García, quien será director de Identificación Civil.

    Azambuya, de un perfil policial abierto, estudioso y con background técnico, fue después apoyado por Nicolás Martinelli cuando asumió como ministro a fines de 2023. El año pasado profundizó en la Policía la compra de tecnología y el análisis de insumos académicos, algunos de los puntos que determinaron su continuidad. En los últimos dos gobiernos frenteamplistas, Azambuya se había destacado en la Dirección Nacional de Policía Científica, donde ocupó los cargos de subdirector y director, y donde se relacionó con Guarteche y García, entre otros oficiales.

    “El aumento de tecnología es positivo. Hay que seguir estudiando las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial... hay un montón de situaciones que deben integrarse. Y hay que mejorar la inteligencia”, había anticipado en setiembre Layera, al insistir en la necesidad de estabilidad en los apellidos y las políticas de Estado en seguridad pública.

    De los 23 nombramientos policiales que Negro realizó la semana pasada, siete son de efectivos que permanecerán en sus cargos actuales. “Han trabajado durante esta administración y en administraciones anteriores. Lo que importa es cómo trabajaron y cómo trabajan”, afirmó el próximo ministro en rueda de prensa.

    Además de Azambuya, quienes siguen en sus puestos son Efraín Abreu (subdirector ejecutivo de la Policía Nacional), Ernesto Cossio (director de Seguridad Rural), Álvaro García (director de Seguridad en el Deporte), Hugo Imas (Unidad de Apoyo Tecnológico), Paulo Rocha (Unidad de Cibercrimen) y Héctor Álvez (director de la Regional Norte de la Dirección de Investigaciones).

    Negro también designó como jerarcas a otros tres policías que en la actual gestión ya ejecutaron funciones: Mariana Moura, que dirigirá la Unidad de Vigilancia de Puertos y Aeropuertos y fue directora de Información e Inteligencia Policial; Henry De León, que dirigirá Educación Policial y está hoy al frente de Fiscalización de Empresas; y Angelina Ferreira, quien liderará la Guardia Republicana y actualmente es directora nacional de Políticas de Género.