El Museo Figari tiene varios motivos para celebrar. Está cumpliendo 15 años en la hermosa casa de Juan Carlos Gómez y 25 de Mayo, con su fachada y segundo piso recién restaurados, y también está festejando los 30 años del Premio Figari con la muestra Trayectorias y legados, una selección de obras de los artistas que ganaron el premio en los últimos 15 años.
Inaugurado en 1995 por el economista y artista Ricardo Pascale (Montevideo, 1942-2024) en su segundo mandato al frente del Banco Central del Uruguay (BCU), el Premio Figari se adjudicó durante 15 años en varias categorías. En 2009, el BCU firmó un comodato con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y el premio pasó a ser gestionado por la Dirección Nacional de Cultura del MEC y el Museo Figari. A partir de 2010, y coincidiendo con la inauguración de la casa de la calle Juan Carlos Gómez, el Premio Figari se otorga a la trayectoria de un artista destacado y continúa siendo financiado por el BCU. Es el reconocimiento de mayor prestigio que se da en Uruguay a artistas visuales vivos por su aporte a la cultura. Y que un premio de esta importancia se haya sostenido durante 30 años es otro motivo para celebrar.
Las obras que se exhiben en Trayectorias y legados pertenecen a los premios que el BCU adquiere e integra a su acervo. La muestra tiene la curaduría de Pablo Thiago Rocca, director del Museo Figari, y de María Laura Pintos, encargada de la gestión de colecciones del BCU. La decisión de elegir solo obras de los últimos 15 años se debió, sobre todo, al espacio para exponerlas. Sin embargo, un video exhibe las obras premiadas anteriores a 2010.
En el segundo piso del museo, que aún huele a pintura y está hermoso con sus paredes blancas, las obras de grandes dimensiones se destacan solas en una pared. Así ocurre en la sala Ricardo Pascale con uno de los grandes tapices hechos de tela al estilo Margaret Whyte, que tiene como marco una moldura de la pared y parece especialmente hecho para ese lugar.
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Rosa fuego, de Pilar González, Premio Figari 2024
Colección BCU
“Una vez que se da el premio se hace una exposición o muestra y el artista trabaja con un curador a su elección. A veces se hacen retrospectivas o se muestran los procesos creativos de diferentes etapas en su trayectoria. No siempre son muestras cronológicas. Algunos artistas quieren mostrar dónde comenzaron, por dónde transitaron y qué es lo que deja ese tránsito”, dice a Búsqueda Florencia Machín, museóloga a cargo del área audiovisual del Museo Figari.
Machín empezó hace cinco años a hacer registros de todos los premios Figari, y los videos se pueden ver en el canal de YouTube del museo. En la muestra Trayectorias y legados, se exhibe el proyecto Figarianas, con el testimonio de las cinco mujeres artistas que recibieron el premio en estos últimos 15 años. Esa premiación única comenzó con la fotógrafa Diana Mines, y lo obtuvieron además de Whyte, González y Dicancro, Linda Kohen y Virginia Patrone.
La fotografía de Diana Mines elegida para esta exposición lleva por título Edades y es una maravilla en blanco y negro, de la época del revelado. “La mano es la de su bisabuela y el rostro el de su nieta. El fondo negro lo logró al velar esa parte de la foto con una linterna. Es de 1977 y muy icónica de la obra de Mines”, explica Machín. En el patio con claraboya la foto parece más iluminada, y el rostro de la niña sigue al visitante.
En ese mismo patio, está ubicada Circulante, la obra de Marco Maggi, sobre un piso de vidrio que oficia de tragaluz para el primer piso del museo. Un lugar que realza esta obra que parece flotar en ese espacio.
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Niño frente a La gran noche, de Linda Kohen, premio Figari 2021
MEC/adhocFOTOS
En otras salas se encuentran las obras de Linda Kohen, Domingo Ferreira, Juan de Andrés, Daniel Gallo, Marcelo Legrand, Oscar Larroca y Pablo Uribe. Por razones logísticas que impidieron o su traslado o su instalación, las obras de Larroca y de Uribe que se exhiben en esta muestra no son las adquiridas por el BCU.
Al costado de cada pieza, un código QR lleva a los datos del artista y al catálogo de la exposición que el Museo Figari realizó cuando ganó el premio y que figura en su página web.
El último artista en ganar el premio Figari en 2024 fue José Gamarra, artista nacido en Tacuarembó y que desde 1963 reside en París. En 2023 sorprendió con su muestra Antología, en el Museo Nacional de Artes Visuales, al que donó 31 de sus piezas, que mostró su variado mundo, en el que conviven el verde selvático con personajes del cómic, con lunas en cielos oníricos y con el lenguaje de los signos. El premio adquisición que se exhibe en Trayectorias y legados se llama Los adelantados y pertenece a su etapa en la que la historia se vuelve una tragicomedia.
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Los adelantados, de José Gamarra, Premio Figari 2024
Colección BCU
Una casa con historia
La sede del Museo Figari, construido en 1914 por el arquitecto José Raffo, fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1999. La casa tuvo varias vidas, con varios habitantes. Adquirida por la familia Alonso, fue en una época alquilada como pensión hasta que la compró el BCU.
“Aún hay miembros de la familia Alonso que vienen a visitar el museo, y están muy contentos con la reforma. Hay unos mellizos que nacieron acá y esta era su habitación”, dice Machín y señala una de las salas ahora destinadas a exhibir arte. La sala Ricardo Pascale era el comedor con balcones hacia la calle Juan Carlos Gómez. Desde allí se ve el Puerto de Montevideo. La vivienda estaba en el segundo piso, donde además del comedor y los dormitorios había un despacho.
Embed - Proceso de restauración y acondicionamiento de fachada
Las molduras son las originales de la casa, igual que las baldosas del piso. La restauración estuvo a cargo de Cecilia Castelló y Cecilia Vetrale, y la arquitecta Patricia Rabosto, coordinadora del Área de Infraestructuras Culturales (DNC-MEC), siguió todo el proceso. Aún queda mucho por restaurar: lo que era la cocina de la casa y las habitaciones de servicio, además del piso superior, donde hay otras habitaciones que dan a la azotea.
Cuando estaban en plena restauración encontraron un fresco. Limpiaron la pared con un bisturí y aparecieron los colores originales y así los dejaron como registro. “Hay colores que aparecieron en las habitaciones que posiblemente sean de los años 80, cuando aquí funcionaba una pensión y usaban colores turquesa y rosado”. En esas habitaciones, dejaron como testimonio un fragmento pequeño con el color original.
Este año se piensa terminar el segundo piso e instalar un elevador en la planta baja que permita la accesibilidad con sillas de ruedas.
Otras muestras
Si se visita Trayectorias y legados, es recomendable detenerse en Ancestros, identidades, leyendas. En torno a la cuestión indígena y Figari, que integran tres instalaciones. Una de ellas pertenece a Juan Luis Martínez, grabador que trabajó figuras para el cuento El chasque de Artigas. En la muestra se exhiben las diapositivas pintadas a mano sobre vidrio que hizo sobre ese cuento a medida que se relata la historia. Son figuras muy figarianas.
La otra instalación pertenece a Rosana Greciet y Nacho Seimanas, quienes trabajan con colectivos de descendientes de indígenas. Varios rostros de estos descendientes cuelgan a la altura del visitante. Son rostros de diferentes generaciones, de niños, jóvenes, ancianos, y esas telas en los que están impresos se pueden tocar. “Esto es muy atípico para nosotros, porque no es un museo para instalaciones”, comenta Machín.
Por su parte, Martha Castillo trabaja con dialectos aborígenes. Utilizando una tecnología simple, hace girar maquetas de papel que se proyectan en la pared a medida que “suenan” palabras en guaraní y la artista va leyendo una historia en esa lengua.
Hay mucho para ver y mucho para celebrar en el Museo Figari. A no perdérselo.