En febrero del 2024 la Presidencia de la República divulgó un análisis de Equipos Consultores según el cual el 63% de los uruguayos evalúa positivamente el trabajo de los militares en el país, mientras que el 80% está de acuerdo con la participación militar en las misiones operativas de paz de las Naciones Unidas (ONU). La encuesta fue realizada en el marco del Proyecto Elsie, una iniciativa del Ministerio de Defensa y la ONU que busca incrementar la participación voluntaria de mujeres en las operaciones de los cascos azules.
El trabajo arrojó que en departamentos fronterizos como Artigas, Cerro Largo y Rivera la aprobación de las FF.AA. es del 84%, mientras que el punto más bajo de apoyo es en Montevideo, con el 53%. También mostró que el Ejército, por sobre la Armada Nacional y la Fuerza Aérea Uruguaya, es la institución que las personas más vinculan con la defensa del país. En cuanto a las tareas de los militares destacadas por la población, los encuestados mencionaron actuar en situaciones de emergencia, como inundaciones; la seguridad en la frontera, las aguas jurisdiccionales y el espacio aéreo; participar en las misiones de la ONU; apoyar en la seguridad en las cárceles; y formar parte de la organización de actos eleccionarios.
En 2022, otro informe de Equipos Consultores señaló que, a escala nacional, las instituciones que provocan más confianza en la gente son la Policía, las organizaciones sociales, el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas y el Parlamento. En diciembre, por su parte, Latinobarómetro presentó un análisis regional que abordó en Uruguay ejes temáticos relacionados con la democracia y las percepciones de los ciudadanos sobre el funcionamiento del gobierno.
De acuerdo con esa medición, la Policía (59%) y las Fuerzas Armadas (58%) están entre las instituciones que más confianza despiertan en la población uruguaya, solo por detrás de la Corte Electoral (60%) y por encima del gobierno (49%), el Parlamento (49%), el Poder Judicial (50%) y los partidos políticos (36%).
En su discurso, Stevenazzi reivindicó principalmente a los soldados, el escalafón más bajo del Ejército, frente a propuestas que buscan cambiar su función original. “Cuando alguien piensa en ellos para asignarles tareas para solucionar problemas diferentes a sus misiones, deberá tener claro que es una persona que tiene los mismos derechos que cualquier ciudadano de este país, no es alguien ocioso que tiene mucho tiempo libre y al cual hay que encomendarle tareas nuevas para que sea útil. Eso es un gravísimo error que solo atenta contra su prestigio, contra su vida personal y contra la historia del propio Ejército Nacional”, planteó.
En los últimos años, diferentes sectores políticos propusieron eliminar, modificar u agregar trabajos a los militares. Izquierda y Libertad, una corriente dentro del Frente Amplio creada en 2023, que aglutinaba al Partido Socialista, el PVP, Casa Grande y la lista 5005, llama en su documento fundacional a “una reforma democrática de las Fuerzas Armadas, discutiendo su rol y reduciendo drásticamente el Ejército, sin afectar puestos de trabajo y redistribuyendo funcionariado a actividades civiles”.
A su vez, dentro de los partidos de la coalición hay dirigentes que insisten en que las FF.AA., en especial el Ejército, comiencen a realizar tareas policiales más allá de la frontera para colaborar en la seguridad pública ante el incremento de los homicidios y los enfrentamientos entre bandas locales dedicadas al microtráfico y el narcomenudeo de drogas.
La situación en el Congo
Los actos protocolares por el 214° aniversario del Ejército Nacional se iniciaron el domingo a la mañana con un homenaje a los cuatro soldados muertos el 18 de mayo de 1972, en avenida Italia y Abacú. Ese día el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) asesinó a Saúl Correa (22), Ramón Ferreira (22), Osiris Núñez (26) y Gaudencio Núñez (27) mientras se encontraban en su habitual guardia frente a la casa del entonces comandante en jefe del Ejército, Florencio Gravina.
El acto pasó luego al campo deportivo del Ejército, en donde estuvieron presentes el presidente Yamandú Orsi y la ministra de Defensa Nacional, Sandra Lazo. Frente a ellos, Stevenazzi también se pronunció indirectamente sobre puntos de debate político en el Parlamento y también en el Poder Ejecutivo, como la posible modificación de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas y nuevos cambios sobre la reforma de la seguridad social que el pasado gobierno aprobó en 2023.
“Es nuestra preocupación mejorar las condiciones de vida de los integrantes del Ejército, además de lograr la seguridad reglamentaria y jurídica para el desarrollo personal y profesional de cada uno de ustedes, fundamentalmente vinculados a temas que hace muchos años vienen siendo objeto de discusión en forma casi permanente, generando un alto grado de incertidumbre y un gran descreimiento. Estén seguros de que estos temas y otros de altísima sensibilidad serán presentados a los mandos de las Fuerzas Armadas en los lugares que corresponda y de la forma que corresponda”, aseguró el comandante en jefe.
No es la primera vez que Stevenazzi realiza una defensa pública a la institución que lidera. El general asumió el cargo el 1º de marzo de 2023, tras ser jefe del Estado Mayor del Ejército. En enero el gobierno electo definió su continuidad. Pocos meses antes, durante el inicio de la campaña electoral en 2024, Stevenazzi había escrito un editorial en la revista oficial del Ejército donde advirtió sobre cuestionamientos que dirigentes políticos hicieron a la institución. “Cuando se mienta o se ofenda a la fuerza, deberemos buscar mecanismos que nos permitan reparar ese daño hacia el público interno, pero también hacia el público externo. Así lo haremos, de la forma que elijamos dentro de lo que la ley nos permita, en la oportunidad que definamos, pero con la firmeza de siempre”, indicó.
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Acto de homenaje a Rodolfo Álvarez, integrante del Ejército Nacional fallecido en combate en la República Democrática del Congo
Javier Calvelo/adhocFOTOS
El domingo, además de abordar temas que vinculan al Ejército con el sistema político, Stevenazzi dedicó buena parte de su discurso a las misiones de paz, la principal operación de despliegue y combate del Ejército uruguayo y una de las mayores fuentes de ingreso para sus integrantes. El contingente más importante de Uruguay se encuentra en la República Democrática del Congo, una operación conocida oficialmente como Monusco que Naciones Unidas prevé retirar ante un pedido del gobierno congoleño, que considera su presencia inútil y causante de mayores conflictos civiles armados dentro del país.
En enero, una ofensiva de grupos militares rebeldes contra el gobierno, apoyada por Ruanda, buscó invadir la ciudad de Goma, al este del país, y dejó como saldo tres cascos azules muertos, entre ellos un uruguayo: Rodolfo Álvarez, soldado del Grupo de Escuadrones de Caballería Mecanizada N° 1. El 16 de abril murió otro miembro del Ejército, Julio César Álvarez Cáceres, de 41 años, aunque debido a un paro cardíaco y no a razones de combate.
El este del Congo, en particular las provincias de Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri, sufre desde hace décadas una intensa violencia provocada por la presencia de numerosos grupos armados como el M23, que actúa en nombre de la etnia congoleña tutsi, minoría en el país, a la que considera perseguida. Los militares uruguayos —en su mayoría pertenecientes al Ejército, aunque también hay efectivos de la Armada y la Fuerza Aérea— están presentes en esa región del país desde hace 25 años, con un contingente de aproximadamente 800 integrantes del Batallón Uruguay IV.
Stevenazzi definió al Congo como un “complejo entorno” que ha derivado en “ataques directos” contra el batallón uruguayo por parte de los rebeldes, aunque aseguró que el Ejército seguirá prestando sus servicios y a sus integrantes a las misiones de la ONU. “Durante esta dura crisis se pusieron de manifiesto los más claros principios del soldado uruguayo, sobre todo el profesionalismo en un contexto de muerte y destrucción. Nuestros efectivos han logrado con su comportamiento cumplir con el compromiso del país, que el mundo nos exige y nos agradece”, dijo.
Además, señaló que “los problemas no están solo situados en la República Democrática del Congo”, sino también en Altos del Golán, frontera entre Israel y Siria donde Uruguay también tiene cascos azules, y en otras zonas donde el Ejército colabora con la ONU mediante la presencia de observadores, como Líbano, Sudán, República Centroafricana, Colombia, India, Pakistán y Chipre.